Capítulo III

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Después de salir casi corriendo de la biblioteca, entramos a la cafetería, la cual estaba inundada de asquerosa gentuza. Como pudimos llegamos hasta la cola de la fila, la cual casi exageradamente salía por la puerta.

-Si no hubiese sido por la jirafa aquella ya estuviésemos tragando- Refunfuñé mientras me cruzaba de brazos. Zayn sólo río levemente mientras negaba con la cabeza. Pasó su mano por debajo de mi mochila hacia mi espalda, hasta llegar al centro de esta, obligándome a enderezar mi cuerpo, escuchando como algunos de mis huesos tronaban al igual que mi cuello al estirarlo. No fue hasta ese momento que me daba cuanta que estaba arqueado como si mi espalda fuese una enorme joroba. Voltee mi mirada a verlo, recibiendo de él una pequeña sonrisa ladeada, como diciendo "de nada". Suspiré menos tenso y esperamos a que llegase nuestro turno.

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-Esto sabe a coño de vieja- Escupí el pedazo que había cogido de aquella manzana y la tiré a la mierda.

-Te dije que no se veían comestibles- Dijo Zayn, simple, mientras seguía comiendo de aquella ridícula hamburguesa de panes pequeños y carne exageradamente grande.

-Eww, lo se, pero siempre caigo de pendejo- Bufé, mirando mi hamburguesa y dudando de si comerla o pasar el resto de la tarde comiendo del cereal que aún seguía en mi mochila. Miré a Zayn, esperando alguna reacción de envenenamiento o algo.

-Se ve peor de lo que sabe, aún se puede comer- Volví a mirar la cosa fea entre mis manos. -Oh vamos, comes hasta comida caducada, una hamburguesa con carne babosa y blanca no te matará- Reí, era cierto, pero no confiaba en los almuerzos de las viejas locas que estaban encargadas de cocinar lo que se suponía que era "comida". -O estás así por otra cosa- Me atraganté con el pedazo que por fin había mordido.

-¿D..de que hablas?- Lo miré fijamente con una ceja alzada.

-Te conozco Lou, no estas acostumbrado a que alguien se te acerque y te hable así sin más- Nos quedamos unos segundos callados. Yo volví mi mirada hacia los alrededores de donde estábamos, uno de los patios de la escuela donde nadie se pasaba, sentados en forma de indio bajo unos grandes y putos árboles.

-Pff, claro que no- Odiaba que me conociera tan a la perfección.

-¿Entonces porque salir corriendo de la biblioteca?- Me miró y alzó una ceja, imitando mi expresión anterior y esperando a que me rindiera y le diera la razón, pero no lo haría.

-Me moría de la puta hambre, además, no me interesa hablar con el primer pendejo que se me aparezca como acosador- Zayn seguía mirándome con aquella mirada de que no me creía, pero simplemente bajé la vista hacia mi hamburguesa y la seguí comiendo como si nada. -¿Sigue en pie lo de mañana?- Vi por el rabillo del ojo como rodaba los ojos, pero sin seguir con el tema del marica de la biblioteca.

-¿Lo de mañana?- Dijo dudoso.

-Nah, lo del mes pasado, si, lo de mañana- Voltee mi mirada a verlo y lo vi con los ojos cerrados y la cabeza hacia abajo, como si fuese un muñeco de trapo sentado junto a mi. Esperé a que volviera a reaccionar hasta que abrió sus ojos de nuevo. De vez en cuando su cuerpo se "dormía" involuntariamente por lo de la maldita narcolepsia, pero aún así seguía consiente de lo que sucedía a su alrededor.

-Oh, ya me acordé. No se si podamos ver el partido, Safaa le pidió permiso a mamá de traer unas amigas y verán una serie tonta de la cual están últimamente obsesionadas- Dijo bufando y poniendo uno de sus codos en el muslo, para posar su cabeza en su mano y seguir comiendo de la otra. Una de las cosas que Safaa y Zayn tenían en común eran las series, pero no siempre eran las mismas. Mientras Zayn veía de acción, ciencia ficción, aventura e incluso dramáticas, su hermana veía cosas para niñitas pendejas y con romance de ese que "oh te vi y me enamoré, ven hazme crías y seamos esposos muack muack eww". Eran deprimentes, pero lo que mas jodía era el hecho que la mamá de Zayn le permitiera a la mocosa ver sus basuras todo el día y que los demás se jodieran a ver televisión a la mierda. A veces odiaba que Zayn fuese el típico hermano mayor con una hermanita menor molestosa, mucho más de lo que eran mis propias hermanas chillonas.

-Si mañana llegamos a tu casa después de la escuela y la bruja de tu hermana está en la sala con sus parásitos llamados "amigas" viendo la tele, juro que quemo tu casa-

-¿Y si lo vemos en tu...- Pero lo interrumpí.

-¿Estas bromeando cierto? Ja, ja, ja. Buen chiste amigo, si quieres morir atropellado por gritos y mierdas de mis SEIS hermanos, bienvenido seas a hacerlo solo, pero ni pienses añadirme a tu suicidio.

-Perdón- Dijo sarcástico y alzando sus manos ya vacías de la hamburguesa que aún masticaba pero que se había terminado. -Solo decía- Y mientras él bajaba sus brazos, yo terminé el ultimo pedazo de la mía. Cogí su soda y bebí de lo que quedaba, causándole que me mirara mal de manera cómica y reí burlonamente. Di un salto cuando escuchamos como la campaña sonaba anunciando a que volviéramos al martirio de las clases, así que agarramos la basura, sobras y nuestras mochilas para caminar de vuelta hacia la cafetería y botar las bandejas. Fuimos a nuestras clases, todo normal menos la sensación de ser seguido u observado. Me sentía ansioso, se me hacia un infierno controlar mis tics motores, no podía quedarme quieto en mi asiento y seguía haciendo sonidos con las primeras cosas que encontrase disponibles para agarrar con mis manos y empezar a jugar o hacer ruidos con ellas. Zayn solo dormía y me sentía solo, intranquilo. A la hora de salir vi la mata de pelos del marica raro de la biblioteca, caminando hacia donde Zayn y yo estábamos parados en nuestros casilleros. Cerré el mío con fuerza, causando un salto de Zayn y mío, pero el chico raro solo siguió sonriendo con todos y caminando alejado de vernos. No fue hasta que aparte la vista de él, que me fijé que estaba casi ocultándome detrás de Zayn.

-Lou, ¿estas bien?- Me enderecé de golpe, acomodé y sacudí mi ropa de manera nerviosa, sin saber que hacer con mis manos inquietas.

-Seh, no es nada, vamos, si, vamos ya, no pasa nada, vamos- Él moreno frente a mi solo me miró algo raro, pero me siguió hacia afuera, donde estaba su viejo, feo y rojo auto estacionado. Nos subimos en él y seguimos hacia mi casa sin hablar.

-Cualquier cosa me llamas, puede ser que me tome una siesta pero tendré el celular cerca- Rodé los ojos en forma de burla.

-Si una patada en los huevos no te despierta, no creo que lo haga tu celular-

-Si despertaré, así que deja de siempre estar rodando los ojos como pendejo o se te saldrán por el culo- Dijo burlón, imitando la forma en que yo mismo lo diría.

-Bah, jodete- Dije aguantando aquella carcajada en la garganta que amenazaba por salir. Salí de su auto dando un gran portazo. Debería dejar de estar enseñándole tal vocabulario.

-Oye, se que piensas que este auto es lo mas horrendo que hayas visto en la vida, pero tampoco lo maltrates tanto, al fin y al cabo es el que te transporta- Dijo guiñando un ojo y partiendo hacia su casa, la cual solo quedaba a dos cuadras de aquí. Me quedé un rato observándolo hasta que se perdió en la distancia. Nunca lo decía, pero realmente me preocupaba que condujera. Con tal condición como la narcolepsia, lo ponía en más peligro de lo que tendría una persona normal ante el guía. Nadie cercano a Zayn dejaba que condujera solo, incluso siempre le pedía que me dejase en su casa para luego yo caminar hacia la mía, asegurándome de que llegase bien y a salvo, pero habían veces en las que Zayn podía ser tan testarudo como yo. Cuando iba a voltearme hacia mi casa, vi una sombra rara en una de las ventanas de la casa de al frente. Reaccioné y volví a mirar, pero la ventana seguía tapada por cortinas como siempre lo ha estado desde que los últimos vecinos se habían ido de allí hace unos meses. Abrí la puerta de mi casa y escuché el lloriqueo de uno de los gemelos y el fuerte grito de una de mis hermanas mas grandes. Con un movimiento algo brusco pero ruidoso con mi cuello de forma voluntaria y tenso en los hombros, iba a empezar el infierno matutino de todas las tardes.

Tourette {Larry Stylinson}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora