🧵🦋🌙Pequeñas historias🌙 🦋🧵

🎭Glorius...¿Otro pirómaniaco?...(Parte 4)🎭

-Mi espalda esta rígida y no puedo levantarme...-Murmuro sintiendo que los músculos de dicha zona estaban tan contraídos que tratar de enderezarse resultaba agobiante.

Las manos también le dolían, al haber ejercido tanta presión para tratar de arrancar tantas plantas como les fuera posible sus falanges parecían tan acalambradas que ya no podía mover los dedos sin sentir dolor, por lo bajo maldijo el hecho de que su cuerpo lo traicionara en un momento como ese donde necesitaba mostrarse fuerte para no perder el control sobre sus estudiantes que de igual manera se esforzaban al máximo por abrirles camino sin la necesidad de magia. Aunque sus pensamientos fueron irrumpidos cuando sintió una mano frotando su espalda justamente en la zona acalambrada a la par que otra mano se apoyaba en su pecho con la misma delicadeza ayudándolo a enderezarse lento pero seguro sacándole un ligero suspiro de alivio cuando finalmente pudo erguirse por completo.

No tuvo que voltear para saber de quien se trataba, las manos delgadas pero firmes eran inconfundibles junto a un perfume ligeramente dulce, además de que solo una persona en todo el grupo tendría la experiencia para mover a alguien sin agravar sus dolencias o heridas por lo que no se quejó. Al menos eso era lo único bueno que había aprendido de su centro de estudios anterior.

-Sosténgase de mis hombros. No se preocupe puedo soportar su peso.-Ofreció la supervisora sosteniéndolo con cuidado de no lastimarlo ya que sin mucho problema había escuchado como sus huesos habían crujido desde hace un rato.

Por lo que para ese punto era evidente que la espalda de su profesor estaba pagando las consecuencias de la postura con la que no estaba familiarizado y si inclusive a ella empezaban a dolerle los dedos por arrancar maleza no se imaginaba como la estaría pasando el profesor Trein quien se limitó a negar ligeramente ante su oferta empezando a frotarse el mismo la zona acalambrada tratando de despejar los músculos.

-¿Cómo es posible que siquiera esta cosa este aquí? No soy botánica pero dudo que encontrara semillas en cualquier lugar.-Finalmente cuestiono ya que era una duda que surgió desde el momento que escucho la palabra "Extinta"

Y su duda atrajo la atención de la gran mayoría quien se había detenido a tomar un descanso (A excepción de Epel y Ruggie quienes estaban familiarizados con el trabajo) siendo algo bastante razonable ahora que tenían una breve pausa para respirar.

-Es cierto, se supone que se extinguió hace demasiado tiempo...-Fue el análisis por parte de Riddle que trato de hacer algo de memoria en búsqueda de respuestas.

Eso basto como para que la gran mayoría se desanimara en el acto, si Riddle no tenía información de algo era casi un hecho que nadie más lo sabría, un simple intercambio de miradas lo confirmo y seguido de ello todos los ojos recayeron en el profesor encargado que suspiro por lo bajo al ser el centro de atención. Lamentablemente tendría que desilusionarles en esta ocasión.

-No hay mucha información al respecto siendo honesto.-Se sinceró ya que en realidad era un milagro que el nombre de esa planta hubiera venido a su memoria cuando más lo necesitaron.

-¡Oh puedo ver la luz al final del camino! Parece que está conectado con el exterior.-Aviso Epel con entusiasmo seguido de cerca por Ruggie que se rio por lo bajo.

Ninguno de los presentes tras de ellos servía para trabajos pesados, bueno quizá la supervisora, pero con ese vestido era prácticamente imposible arrastrarse por el suelo sin correr el riesgo de que la falda se le levantara o algo mucho peor por lo que una vez todo se terminara podría pedir una gratificante bonificación por el simple pero arduo trabajo de arrancar hierbas. Sobre todo porque sabía que los bolsillos de algunos rebosaban en plata lo que lo hizo sonreír aún más mientras sus manos se movían a toda prisa sosteniendo uno de los tallos más grandes poniéndose en cuclillas tirando con todas sus fuerzas arrancando todo un tallo de golpe terminando de abrir un sendero lo suficientemente grande para que pudieran salir de uno en uno pasando sin problemas entre las paredes que aún estaban tapizadas en flores.