Sintió un alivio al ver a su madre durmiendo.
La mujer yacía tranquilamente en su cama cubierta de pies a cabeza por una sabana color blanco.―Señora Polter ―musitó Chris― ¿Está dormida?
―Por supuesto que está dormida ―repuso Will entre dientes―. Vayamos con papá a decirle que no fue nada.
Se dieron la vuelta y salieron de la habitación.
―Todo es tu culpa Will ―escucho la voz de su madre.
Desconcertado volvió a entrar en la recamara.
―¿Sucede algo Mamá?
De pronto aquella opresión lleno nuevamente el ambiente, ésta vez con más fuerza. Se podía sentir cómo les apretaba el pecho.
―Todo es tu culpa Will ―repitió.
El silencio se hizo durante unos segundos. Will intentó decir algo pero nada salía de su boca.
Y de pronto, como si algo hubiese reunido las fuerzas suficientes atacó a la mujer. La señora Polter se estremecía y retorcía en la cama.
De su boca emanaban todo tipo de gritos y aullidos infernales, de dolor y angustia.
Algunos eran grabes, otros agudos y otros parecían el chillido de las bestias.
Todo aquello cómo si por su garganta se escucharan las voces del infierno.―¡Mamá! ―gritó Will horrorizado.
Al intentar ayudarla una fuerza lo arrojó contra la pared.
La mujer continuaba retorciéndose, sus brazos y cuerpo se doblaban incontrolablemente. Parecía como si la estuviesen quemando viva.
En su cuerpo se plasmaban marcas de garras que le abrían la piel.
De pronto todo fue silencio.Will cayó de rodillas contra el suelo; la fuerza que lo detenía había cesado.
Chris continuaba grabando.
La mujer regresó a su postura normal, con los brazos y pies extendidos.
―¿Señora Polter? ―musitó el chico con un dejo de miedo en la voz a la vez que enfocaba la cámara. Pasó saliva―. ¿Se encuentra bien señora Polter?
Por el cuadro de la cámara pudo observar como la mujer se empezaba a elevar en el aire; la sábana blanca que la cubría daba el aspecto que estaban presenciando un acto de magia.
―¡Increíble! ―musitó Chris.
Will se incorporó y se colocó al costado de su amigo.
―¡Dios mío pero qué es esto! ―masculló sollosando. Las lágrimas de sus ojos entraban en las pequeñas heridas en su cara―. ¿Mamá? ¿Qué te están haciendo?
Sentía impotencia y coraje por no poder hacer nada. Por no poder ayudarla.
La mujer se enderezo hasta quedar en una posición horizontal.
―Todo es tu culpa Will, lo sabias y jamás lo mencionaste.
La mujer giró bruscamente el cuello, se escuchó un crujido y la sábana blanca se tiñó de hilos rojos.
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Epidemia de Demonios
HorrorMortem Stone es un pequeño poblado rodeado por enormes bosques. Todos pueden entrar pero nadie puede salir. Maldecida por un sortilegio, en Mortem Stone cada veintinueve días sucede un ataque a una familia determinada. Con el propósito de aumen...