Mientras Chris perdía la mirada recostado en la cama, Will tomo la ropa que usaría y salió de la habitación.
―Ponte lo que quieras, me cambiare en el baño.
A veces Will se cuestionaba de cómo era posible que fueran amigos. Chris no era una gran persona, tenía bastantes problemas en casa pero siempre trataba de dar lo mejor de sí. Era el típico payaso de la clase, el terror de los maestros y la cinta adhesiva que unía a todos sus compañeros de clase cuando pasaba algo.
Ante cualquier situación siempre era un buen amigo de todos. De lealtad inquebrantable.Al regresar Will a la habitación, Chris traía puesta la pijama favorita de su amigo.
―¿Es una broma verdad? ―le dijo Will― porque tenías que escoger esa.
―¡Esta genial! ¿no te parece?.
―Chicos el chocolate está servido, dense prisa o se enfriara ―les grito la madre de Will.
―Ya qué... conservala cómo un recuerdo y cuidala, es de mis favoritas ―dijo Will antes de abandonar la habitación.
Al bajar la señora Polter ya los esperaba.
―Acérquense al fuego, veremos una película para relajarnos un poco.
―Chris te queda genial ese pijama ―exclamo el señor Polter.
―Lo sé, los colores oscuros me favorecen.
La señora Polter había colocado una colcha en el suelo para que se recostaran los chicos.
―Tirense donde quieran muchachos... es libre ―les sugirió el señor Polter.
Arriba de la chimenea había una enorme pantalla.
―Cuidado está caliente ―les advirtió la señora Polter y entrego las tazas con chocolate cuando los chicos se acomodaron.
―¡Gracias! ―dijeron ambos.
―Bien ¿que hay para ver? ―inquirió el señor Polter.
Tomó el control y presiono el botón de encendido.
Apareció una mujer que corría por un camino oscuro mientras miraba asía atrás. La música que se escuchaba inspiraba terror. De pronto la chica tropezó y aquella cosa que la perseguía le cayó encima cortándole el cuello de lado a lado.
―Dios santo, quiten eso ―exclamo con horror la señora Polter al regresar de la cocina.
Inmediatamente el Señor Polter arrojo el control que cayó al lado de Will.
―Will pero que cosas son esas ―se apresuró a decir su padre― queremos ver algo sano, que alivie la tensión de este día y pones esas masacres.
―¡Por Dios Will! ―Chris le siguió el juego al señor Polter― ¡Debes estar realmente enfermo para ver eso! Señora Polter a considerado llevar a Will con un especialista.―Pero tu... ―intento defenderse.
―Nada de peros, dale el control a tu madre.
Parece ilógico pero en Mortem Stone lo que más se transmite en televisión son películas de terror y documentales paranormales.
La señora Polter le entrego a su esposo una taza con chocolate caliente y se acurruco a su lado.
―El control Will ―le exigió a su hijo.
Will se lo entregó.
―Iré por la basura que compramos ―susurro Chris queriendo levantarse.
Will le dio un codazo a su amigo en las costillas.
―Espera a que mis padres se aburran y vayan a dormir. Sí mi madre ve todo lo que compramos tratara de guardarlo en la alacena.
―Pero ella fue quien nos dio los veinte dólares para que compráramos la basura que quisiéramos.
―Si, pero solo lo hizo para que aceptaras quedarte aquí.
―De acuerdo ―acepto Chris.
Después de cinco minutos de buscar en vano en todos los canales, finalmente se rindió la Señora Polter y le cedió el control a Will.
―Vean cualquier tontería que quieran ―dijo la mujer fastidiada―. Sí está demasiado fuerte me iré a dormir.
Will cambio dos veces de canal y miraron por unos minutos:
Había dos personas en una habitación y conforme vieron, parecía que tenían que hacer cosas atroces para poder salvarse, como: cortarse un pie con una cierra o traicionar a su compañero para ganar el "juego".
―Suficiente ―exclamo la Señora Polter― eso es horrible y estúpido. Tratare de dormir, si me necesitan no me molesten. Cualquier cosa díganle a tu padre.
El señor Polter yacía dormido en el sofá con los gafas a media nariz.
La Señora Polter se levantó y desapareció subiendo las escaleras.
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Epidemia de Demonios
HorreurMortem Stone es un pequeño poblado rodeado por enormes bosques. Todos pueden entrar pero nadie puede salir. Maldecida por un sortilegio, en Mortem Stone cada veintinueve días sucede un ataque a una familia determinada. Con el propósito de aumen...