Capítulo 21

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"Soy frágil..."


Narra Camila:

No respondió mi pregunta solo me sonrió y continuo besando mi abdomen, lamiéndolo, mi entrepierna gritaba por atención y al parecer él se dio cuenta porque siguió bajando. 


-¿Que... que vas a hacer?-Pregunte con la respiración entrecortada y viendo sus movimientos. 


-Ya lo veras-Se quedó en silencio unos segundos como si estuviera pensando-O más bien, ya lo sentirás-Y con eso dicho, sentí sus manos alrededor de mis caderas, bajando el elástico de la única prenda que cubría mi cuerpo, no podía creer lo que iba a hacer... Dejo un beso corto en mi zona más íntima y me estremecí, implorando que volviera a hacerlo, apreté las sabanas con todas mis fuerzas, volvió a dejar otro beso, y otro, otro hasta que se detuvo, tenía los ojos cerrados fuertemente.


 -No por favor... no pares-Dije sin verlo, supuse que sonrió y volvió a mi zona baja. Esta vez sus labios fueron reemplazados por su lengua, él me estaba haciendo lo mismo que yo le hice hace algunas semanas. Nunca me habían hecho algo así, los otros chicos solo buscaban su propia satisfacción y no les importaba si lo disfrutaba o no. -Mierda, no... No te detengas por favor-Implore para después soltar un gemido alto, por el gran placer que su lengua me proporcionaba. 


Estaba perdiendo el control, a la mierda todo, esta era la mejor sensación que pude haber experimentado, se sentía tan jodidamente bien. Enrede mis dedos en su cabello haciendo que tuviera más cercanía. Mis gemidos eran cada vez más altos, me estaba retorciendo en la cama, su lengua estaba en mi punto más alto de placer. Sentía mis piernas temblar, probablemente me estaba haciendo daño a mí misma al morder mi labio tan fuerte en un inútil intento de contener mis gemidos pero no podía, era imposible no dejar que escaparan, más que nada no quería dejar que se me salieran por si le incomodaban o algo por el estilo, pero no, los sonidos que salían de mi boca parecían encenderlo más, ya que cada vez que soltaba alguno su lengua se tornaba más agresiva y desesperada como si todo lo que quisiera fuera escucharme gemir a causa suya, su lengua me recorría hambrienta y yo simplemente como él había dicho juraría que podía tocar el cielo al sentir esa sensación tan malditamente placentera, succiono fuertemente y después dio un leve mordisco que me hizo soltar un grito con su nombre. Dios, ¿cómo podía haber algo que se sintiera mejor que esto? Nunca había estado tan excitada en toda mi maldita vida, nunca había disfrutado tanto del sexo y esto era lo mejor que pude haber sentido. 

Estaba a poco de llegar así que sin despegar su boca de mi intimidad, escuche como desabrochaba su pantalón y se lo sacaba, separo su lengua y empezó a abrir el empaque del preservativo, abrí los ojos y lo tenía completamente desnudo frente a mi mientras se lo colocaba. Cuando termino lo tome de los hombros haciendo que me besara nuevamente, sabía que estaba probando mi propio sabor. Pronto sentí como entraba en mí lentamente, sus movimientos eran lentos al principio, después fueron tomando más velocidad, la sensación de tenerlo dentro de mí y sus labios besando mi cuello era simplemente perfecta. Todo lo que me hacía era perfecto. Pocos minutos después nos hicieron llegar a un orgasmo delirante, que me hizo perder los sentidos, sentía las olas de placer recorrer mi cuerpo, mis piernas estaban temblando aún más fuerte que antes, Austin salió de mi lentamente, tiro el preservativo y se acostó a un costado.

My Best Mistake {Ausmila}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora