Ni siquiera divisé a la persona frente a mí, cerré los ojos en cuanto sus labios se estrellaron contra los míos, de inmediato reconocí esos increíbles movimientos, aunque ahora eran violentos y desesperados seguían teniendo ese amor que me hacía sentir completo. Su lengua entró desesperada a mi boca por hacer contacto, dios sabia tan bien, tan malditamente bien, la tome de la cintura haciendo que entrara, cerré la puerta y la arrinconé en ella, poniendo sus manos sobre su cabeza para dejarla inmóvil. Me pegue a su cuerpo cubierto por un vestido del que no supe el color pero sentí lo ceñido que estaba. La falta de aire se hizo presente y se apartó tirando de mi labio inferior con sus dientes.
-Camila... ¿que...-Me interrumpió poniendo su dedo en mis labios, nuestras respiraciones definitivamente ya no eran normales.
-Shh... mañana te casarás y yo solo vine a pedirte una cosa-Dijo en tono de susurro.
-¿Qué cosa?-Pregunté nervioso.
-Hazme el amor, lo necesito, necesito sentirte mío por última vez, prometo que te dejare en paz después de esto-Pidió, un escalofrío me recorrió en cuanto dijo lo que quería.
-Siempre voy a ser tuyo mi amor, siempre-Dije quitando cabello de su rostro para acomodarlo detrás de su oreja mirándola directo a los ojos.
No me respondió, en cambio volvió a unir nuestros labios en un beso apasionado y desesperado, explore su boca con mi lengua, entonces me di cuenta de cuanto la había extrañado, cuanto había extrañado sus besos, sus caricias, cada rincón de su cuerpo.
Me separe de ella y quite mi camisa lo más rápido que pude mientras ella se quitaba sus zapatos, gimió cuando mis labios se fueron a su cuello, mi lengua y mis dientes lo recorrían con violencia y a ella parecía encantarle. Ahí estaba su increíble aroma que me volvía loco, me embriagaba, ahí estaba esa asombrosa caricia que me encantaba cuando recorría con sus uñas mi espalda. Necesitaba un mayor contacto baje mis manos de su espalda a su trasero lo apreté provocando que nuestros cuerpos estuvieran más juntos, la cargue haciendo que me rodeara con las piernas la cintura y el cuello con las manos. Me estaba dirigiendo a las escaleras para llevarla a la habitación pero me detuvo...
-No... Ya no aguanto, hazme el amor en el sillón, después en tu habitación-Pidió con la respiración dificultosa, para después besarme de nuevo.
La llevé hasta el sillón, pero esta vez provoco que ella quedara encima de mí, mientras mis labios no se despegaban de los suyos y sus manos no paraban de acariciarme, empezó un movimiento que me estaba matando, se estaba frotando contra mi cuerpo de una manera tan sensual que sentía que me iba a morir.
En un movimiento rápido se sacó el vestido, revelando su ropa interior color negra, después se deshizo de mi short, volvió a colocarse encima de mí con ese movimiento otra vez pero esta vez se sentía mejor por el hecho de que había menos tela que impedía el contacto directo.
-Mierda Camila... tienes que dejar de moverte así, me estas volviendo loco-No podía soportarlo, cerré los ojos para disminuir la ansiedad. Encontré el broche de su sujetador y lo quité.
-¿Porque? ¿No te gusta?-Preguntó en un tono seductor en mi oído, para después lamerlo y morderlo.
-Me encanta, me encantas, todo lo que haces me encanta-Era verdad, me senté al igual que ella, estaba encima de mis piernas rodeándome con las suyas la cintura, empecé a besar sus pechos, metí un pezón a mi boca haciéndola gemir y morderse el labio me prendía demasiado verla excitada, sentía su calor golpear con mi abdomen y eso acabo con mi autocontrol, la necesitaba y ella a mí.
La levante para poder quitar mi bóxer y aproveche quitarle su ropa interior inferior, volví a sentarla provocando que entrara en ella, ambos soltando un gemido al momento, ahora tenía el control ella sabía lo que quería, de qué modo lo quería, tenía el control de las envestidas, empezó lento y fue acelerando muy despacio. Mientras veía su rostro inundado de placer le bese el cuello, los labios, sus pechos, tome con la palma de mi mano cada uno, masajeándolos, mordí muy levemente su clavícula provocando otro gemido de su parte, su sabor era increíble y me volvía hambriento, sentía que ya no podría parar.
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My Best Mistake {Ausmila}
RomanceCamila es una chica de 20 años, con una gran responsabilidad a su cargo. Su padre murió un año atrás, y ella tiene que dejar las clases de música que tanto ama para hacerse cargo del negocio familiar. Sus experiencias en el amor no han sido muy bue...