«Él me hizo daño, pero se sentía como el amor verdadero. Me enseñó que amarlo nunca era suficiente»
La muerte de Joseph había salido en todos los medios de comunicación de Inglaterra. Impresionó a todos. Encontraron a Harry y Louis en el hotel luego de que la señora del autoservicio llamara a la policía, luego de reconocer en las noticias el rostro del muchacho que había ido temprano esa misma mañana.
A Louis le costó horrores soltar a Harry cuando los encontraron. Harry se fue en un patrullero en dirección a su casa mientras que Louis fue llevado a la comisaría para testificar lo ocurrido; no le tembló la voz cuando reconoció haber matado a Joseph.
Estuvo una hora completa sentado solo hasta que en el final del pasillo, más delgada de lo que recordaba, entraba su mamá. Ella se tapó la boca como si no creyera que estuviera vivo, y siendo sinceros, ni el mismo Louis terminaba de asimilar esto último. La abrazó tan fuerte como pudo; Johanna temblaba mientras le miraba el rostro; todo golpeado y lleno de moretones. Lo abrazó con más intensidad, como si quisiera meterlo en su pecho y no dejarlo salir nunca. El señor Tomlinson los abrazó a ambos sin creer que por fin, toda la pesadilla había acabado.
Louis estaba vivo y con ellos, después de eso, no necesitaba más.
Volver a casa fue indescriptible. Louis miraba toda su casa con los ojos abiertos, redescubriendo todo de nuevo. Había vasos nuevos, alguna que otra telaraña en el techo pero la seguridad flotando en al aire seguía intacta. Quiso llorar sin creerlo; no podía terminar de convencerse que miraba las paredes de su casa y no donde había estado encerrado por casi medio año.
- ¿Estás bien cariño? -preguntó Johanna a sus espaldas a lo que Louis asintió lentamente.
- Solo estoy cansado. Creo que necesito dormir un poco, eso es todo.
Besó la frente de su madre antes de dirigirse a su habitación. Seguía intacta, recordaba haber dejado ropa tirada en el piso el último día que había estado ahí. La cama seguía desordenada y la ropa limpia seguía sin doblar a los pies de su casa.
Se dejó caer en la cama y miró por largos minutos las calcomanías de estrellas que tenía en el techo, esas que cuando la habitación se oscurecía, brillaban fuertemente.
Cerró los ojos y durmió el resto del día.
Cuando despertó al día siguiente, su mano por costumbre tanteó el otro lado de la cama, encontrándolo vacío.
Al mismo tiempo, Johanna golpeaba la puerta de su habitación.
- Louis, cariño -se escuchó su dulce voz del otro lado y se preguntó cómo es que había sobrevivido tanto sin escucharla. -, hay alguien que estoy segura, quieres ver.
Louis asintió aunque su madre no le veía. - Vale. -dijo y se puso de pie. Se quitó la ropa que traía y la reemplazo por los pantalones holgados esos que usaba los sábados a la mañana, la única excepción que hacía con la ropa grande.
Al salir tomó un suspiro escuchando murmullos en la planta de abajo. Se preguntó de quién podría tratarse la otra voz femenina mientras bajaba escalón por escalón.
No esperó encontrar a Harry sentado en el sofá con la expresión más aburrida que había visto nunca. Al lado de él, una mujer que tenia el mismo color de ojos que Harry; su mamá sin duda alguna.
- Harry. -dijo antes de que sus ojos se llenaran de lágrimas. Harry lo miró con una pequeña sonrisa surcando sus labios. Se puso de pie tan rápido como pudo y no dudo ni un segundo en abrazarlo fuertemente. - Harry... Dios...
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Durmiendo Con El Enemigo » Larry Stylinson
FanficHarry y Louis son sometidos al encierro donde el paciente psiquiátrico Joseph Philips mantuvo prisioneros a sus víctimas antes de matarlas por 'no enamorarse'. Harry y Louis tiene seis meses para enamorarse antes de tener el mismo final. *** ¡Leer...