"Ahora eres mio" Capitulo I

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Sus muñecas le dolían a causa de las cadenas que evitaban que escapara, tenía hematomas y heridas por todo el cuerpo debido a los constantes golpes que el demonio le daba cada vez que quería "divertirse", pero no le importaba -o tan solo no quería darle vueltas al asunto- si soportando aquel agonizante dolor lograba mantener a salvo a su hermana Mabel.

El pequeño castaño agacho la cabeza, con frustración, soltando un suspiro casi inaudible mientras mordía su labio, tratando de no pensar en su familia, cada vez que aquel demonio le dejaba tirado en aquella habitación mal herido, recuerdos de su familia y amigos saltaban a su mente, lo cual odiaba ya que solo provocaba una terrible tristeza en su interior. "¿Algún día volveré a ver a mi familia?" se preguntaba constantemente. Unas lágrimas comenzaban a asomarse por sus ojos y este trataba de reprimirlas con todas su fuerzas.

El sonido de una risa burlona lo sacó de sus pensamientos, apretó los dientes con rabia.

—¿Qué sucede Pino? ¿Es que acaso ya extrañas a tu familia? ¡Pero si he tratado de mantenerte ocupado para que no pienses en nada! —dijo Bill de manera burlona desde una esquina de la habitación, tenía una gran sonrisa en sus labios y un escalofriante brillo en su ojo —Tal vez solo necesite "marcarte" un poco más para que duermas más fácil y dejes de dar tantas vueltas en tu cabeza... ¿No lo crees mi dulce juguete?

~•~

Dos días antes el joven castaño se encontraba caminando en medio del bosque en compañía de su tío Stanford, quien tan solo unas semanas atrás había regresado de otra dimensión. Al principio no había logrado relacionarse muy bien con él, su tío era algo cerrado y misterioso, sin mencionar el mal carácter que desprendía, pero fue cuestión de días para que Dipper notara que entre él y su tío habían muchas cosas en común, su amor por la lógica en las cosas, la curiosidad por las anomalías que el pueblo escondía y la habilidad para entender el mundo de las matemáticas, entre otras, fortalecieron su lazo familiar.

Ese día se encontraban en el bosque porque el tío Stanford le había mostrando algunas criaturas que él había estado estudiando años atrás, pasaron gran parte de la mañana y la tarde buscando criaturas mientras que Dipper no paraba de hacerle preguntas con respecto a estas a su tío. Ambos se sentían extrañamente observados, el tío de Dipper comenzó a preocuparse después de que esa sensación no se fuera desde el momento en que habían partido hacia el bosque y sugirió regresar a la cabaña después de un rato.

—¡¿QUÉ?! ¡Pero tío Ford! ¡Aún nos faltan 27 especies más! Todo el verano he esperado el momento para conocer al autor de los diarios y hacerle muchas preguntas sobre estas criaturas ¿Por qué se quiere ir? ¡Estamos llegando a la mejor parte! —exclamó Dipper mientras se subía a una roca para quedar casi a la altura de su tío y le miraba con gran decepción.

–Escucha Dipper, tengo una extraña sensación desde que hemos salido, será mejor volver a la cabaña te prometo que mañana seguiremos con el resto, ¿de acuerdo?- dijo Stanford en tono tranquilo, para no preocupar mucho al chico.

Dipper se limito a soltar un exagerado suspiro y saltar de la roca, comenzando a caminar de regreso a casa mientras hacía un puchero.

Cuando regresaron a la cabaña, Ford aún seguía angustiado debido a la sensación de que alguien los vigilaba, pero decidió ignorarlo y tratar de calmarse, tal vez aún era algo paranoico, además no quería preocupar al resto.

Todos se sentaron a comer y continuó el día, un rato después esa sensación desapareció mágicamente, Ford se sintió aliviado y decidió bajar al sótano para relajarse en su espacio y tener un poco de privacidad.

Bill se quedó suspendido en el aire, había estado siguiendo a Stanford durante casi todo el día, estaba más estresado que antes, tenía que lograr deshacerse de toda la información que había recolectado Ford. Cada vez estaba más y más cerca de saber los secretos del universo, y eso le sacaba de quicio, al principio le había seguido sin un plan concreto pero perdió el interés en el hombre cuando consiguió una idea mejor.

No hay vuelta atrás (Billdip)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora