No hay vuelta atrás (Billdip)

"Mitomano"Capitulo XIII

"Tú has sido engañado todo este tiempo, él ha jugado contigo y te hizo creer que todo estaba bien, mientras él hacia sus sucias fechorías a tus espaldas y lastimando a quienes de verdad te aman..."

"Dipper, debes volver a casa..."

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Abrí los ojos nuevamente y mire a mí alrededor para comprobar que todo lo que estaba ocurriendo era verdad, parpadeando unas cuantas veces me aleje lentamente de Bill con una sensación extraña que recorría todo mi cuerpo.

-¿Que ocurre Pino? ¿No es esto lo que siempre habías deseado? ¡Oh ya se! ¿Te intimida un poco todo este ambiente cierto? No te preocupes no lucirá así por mucho, quise poner un toque del mundo humano por ti, pero la verdadera ceremonia es un poco mas...habituada a mi- dijo con un aire egocéntrico mientras alzaba una de sus manos de la cual comenzó a materializarse un bastón largo y negro que era enmarcado por llamas azules el cual azoto con fuerza contra el suelo haciendo resonar el chasquido por todo el lugar.

Mis ojos se posaron rápidamente en aquellas llamas azules casi como si me hipnotizaran y de repente imágenes en mi cabeza comenzaron a aparecer, era acerca de llamas azules, ellas quemaban mi cuerpo y de fondo, una risa cruel hacia de orquesta. De pronto imágenes de algo desconocido aparecieron, era como una imagen gigante llena de un color azul más tenue y más cálido, adornado únicamente con pequeñas cosas blancas, parecían algodones, y una extraña melodía acompañaba esas imágenes... eran risas. Risas femeninas.

De repente la luz y los tonos cálidos del gran salón se obscurecieron, esto me saco de mis pensamientos y por inercia mire a mi alrededor apresuradamente con nerviosismo y confusión, observando cómo las largas cortinas que enmarcaban los ventanales se corrían una tras otra con un chirrido obscureciendo el gran salón. Las llamas de los candelabros que habían estado iluminando con calidez el lugar eran remplazadas por un color azul eléctrico.

Baje mi mirada lentamente hasta toparme con sus ojos.

-¿Te resulta más familiar esto Pino?-pregunto Bill mientras acortaba la distancia entre nosotros tomándome por la cintura y acercándome a su cuerpo.

Sus ojos brillaban más que nunca, el seguía vistiendo el mismo elegante traje de antes, mientras con su mano recorría mi espalda.

Era extraño.

Como él había dicho antes, esto era lo que había deseado, que él me reconociera formalmente como algo más que solo un amante, que lo gritara a los 4 vientos, no que me exhibiera como un trofeo, si no como algo que atesoraba. Y más importante, que él nunca me dejara.

Pero en ese instante aquellas imágenes que habían inundado mi cabeza hace unos segundos estaban casi quemándome por dentro, me molestaba, me hacían sentir algo desagradable y de repente creí que aquellas sensaciones podrían ser que estuviese a punto de recordar algo.

Me sentí algo mareado y me aferre a Bill con fuerza mientras intentaba calmarme.

Trague saliva mientras escuchaba la risa fanfarrona del otro.

-Se que te mueres por mí pero no me iré a ningún lado, no tienes por qué apretar tanto Pino-

-Yo, solo estoy algo sorprendido- dije entre cortadamente mientras escuchaba como los amigos de Bill se reían por lo bajo. Maldición, aquello era tan humillante. Me hubiese gustado que solo estuviésemos él y yo.