"Hoy toca fiesta" Capitulo XII

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"Fiestas" esas actividades en las que bailas hasta que amanezca, en las que bebes como si fuera el fin del mundo y esa fuese la última oportunidad de sentir y embriagar tu cuerpo con alcohol, en las que los impulsos predominan por sobre la razón, la locura es esencial y el sexo el pan gratis del buffet.

Esas actividades creo que serian las segundas favoritas de Bill, claro después del sexo.

A él le gustaba organizarlas todo el tiempo y parecía un pecado el no celebrar una cuando pasaba algo bueno aun si esta era algo insignificante.

Yo por otro lado, no eran de los que gozaban de perder la memoria y amanecer con bigote pintado en la cara y el culo engarrotado; por alguna extraña razón sentía que no encajaba con ese ambiente alocado, ni mucho menos con la gente que parecía importarle una mierda lo que les pasara de tanto alcohol. Bill había intentado convencerme de lo contrario numerosas veces pero yo me había negado.

La primera fiesta a la que fui (Claro aquí con Bill porque si hubiera ido antes a otra fiesta en el otro mundo, esta ya no estaba disponible en mi memoria) fue una en honor a el "Rutherfordio" (Para quien no lo conozca es un elemento de la tabla periódica que bien no sirve de nada aprender) a Bill se le había hecho una brillante cosa por la cual celebrar así que hizo una enorme fiesta en la mansión con todo lo que conlleva una gran e inolvidable fiesta salvaje.

Esa sería la primera y última vez a la que asistiría a una de esas fiestas.

En resumen, Bill me había dejado con sus amigos "Solo" ellos me dieron de beber algo de colores sospechoso pero insistieron tanto que termine por tomarlo "mala idea". Y así fue como conocí mi propio lado ebrio, el lado loco de Dipper.

No lo recuerdo en lo absoluto, pero por las fotografías que me habían tomado en esa ocasión, había bailado como loco, había jugado tanto juego de azar que termine con una vaca como premio (la cual llame clarabella en ese estado de ebriedad) tome tanto que había roto una marca impuesta por un amigo ciclope de Bill y todo el mundo lo disfruto, excepto yo claro, ya que al día siguiente no pare de vomitar, y la jaqueca sumando el cuerpo cortado me hicieron pasar el peor de los momentos.

No dudo el haber tenido sexo salvaje con Bill esa noche también, ya que en la mañana brillaban sus ojos como luces de navidad y estaba más feliz de usual, pero preferí no preguntar me asustaba lo que no habría hecho la noche anterior.

Eso me hizo alejarme de todas la fiestas posteriores que pasaron en la casa, y si tuviera que contarlas serian suficientes como para haber destruido ya esta mansión, pero claro era casa de Bill, su estructura era tan extraña y encantadora a la vez que no había ciencia que explicara cómo es que seguía de pie con una fiesta como esas cada noche.


En esta ocasión tras haberme tatuado junto con Bill, el parecía ya estar planeando una, no era necesario preguntar lo sabía porque, no paraba de mandar cartas de fuego y de andar de un lado a otro por la mansión, ritual que siempre hacia antes de una fiesta.

Intente esconderme en todos los sitios posibles para evitar a toda costa ser invitado, no quería discutir aquello con él, después de todo si se trataba de una discusión el siempre salía ganando, entonces prefería evitarla y ahorrarme las palabras al viento.

Pero evidentemente era igual de estúpido esconderse que evitar la pelea, después de todo, él sabía siempre donde estaba.

No hay vuelta atrás (Billdip)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora