Capitulo XI

24 3 0
                                    


- ¿Se puede saber que haces aquí?.- levanto la mirada y encuentro a Ethan con cara de enfado, creo que estoy en un lío.
- Solo estaba...- no puedo acabar la frase ya que él agarra mi brazo con fuerza para que me levante - Ey, Ey...- suelto palabras de dolor debido a que el clava un poco sus uñas en mi piel. Le doy un pequeño manotazo en el brazo para que me suelte, a cambio recibo una mirada de reproche, a la cual le respondo con los ojos en blanco.
- ¿Puedes tranquilizarte? Se caminar yo solita...- digo elevando un poco el tono. Después de unos segundos, en ese mismo instante, suelta mi brazo.
Ethan suelta un bufido esperando a que comience a caminar pero su paciencia se agota en segundos, agarra mis piernas y consigue cargar mi cuerpo en su hombro.
- ¿Se puede saber que te pasa? ¿Que he hecho mal?- gritó mientras entra en el edificio. Hace un movimiento brusco y fuerte que provoca un choque de mi cabeza y su espalda.
Froto mi cabeza para que pase el dolor, con furia le doy unos fuertes golpes en la espalda que parecen provocarle dolor ya que reacciona encogiéndose.
Caigo al suelo de inmediato mientras Ethan sigue encogiéndose de dolor, consigo acercarme a él pero el rechaza mi ayuda cosa que me enfurece y la chispa para que descargue mi mal humor.
- ¡¿Que te pasa, no puedes ni dirigirme una sola palabra!? ¡¿ Que he hecho para que estés así conmigo!? - suelto las palabras mientras le empujo, le pego algunos golpes...pero sigo sin ser respondida con alguna palabra procedente de su boca.
De la nada aparecen dos guardias que intentan sujetar mis brazos y sacarme de la sala a la vez que forcejeo para exigirle explicaciones a Ethan que poco a poco consigue levantarse del suelo.
- ¡Ya basta! - las palabras de una profunda voz retumban por todo el pasillo, provocan que Ethan y yo quedemos  inmóviles.
Giro la cabeza a la vez que mi mirada para confirmar la aparición del Alfa, Ethan reacciona poco tiempo después que yo y recoloca el uniforme.
- Debería haber llegado 30 minutos antes Srt.Abby, la puntualidad es un criterio muy importante en nuestra manada, ¿verdad Ethan?.- dice a la vez que dirige una mirada reprochante hacia él.
- Lo siento, señor.- dice después de retirar su pelo en modo de excusa.
- Bien... Srt.Abby acompañe a estos guardias a la sala de entrenos, cuando acabe le acompañarán para que hable conmigo.- dice dirigiendo una mirada hacia los guardias.
Cada guardia se coloca a mi lado, comenzamos a caminar a lo largo del pasillo pero antes de que doblemos la esquina hecho una última mirada hacia atrás. Ethan y el Alfa desaparecen poco a poco hacia el otro extremo del pasillo oscuro hasta que mi vista no puede alcanzarlos.

(...)

Consigo descargar todo mi odio a través de mi fuerza en todos los ejercicios que tengo que hacer.
Seco el sudor de mi frente con una pequeña toalla que llevo colgando en mi cuello, me adentro a la pequeña sala con cristaleras para practicar la lucha con pequeñas armas.
Me coloco las gafas de visión y expulsó todo el aire de mis pulmones antes de pulsar el botón de inicio. Mi visión permanece unos minutos en negro y sin darme cuenta aparezco en un paisaje lleno de montañas nevadas.
La visión resulta tan real que sin resistirme me agacho para tocar la nieve que cubre toda la hierba, se siente todo tan real que me entran ganas de tirarme en la nieve pero de pronto la paz es interrumpida por un aullido.
Reacciono en una posición de ataque y me concentro para observar o captar algún movimiento a mi alrededor, todo parece tranquilo pero sigo manteniendo mi posición. Me muevo en círculos en mi sitio para estar prevenida en todas las direcciones.
Al fin percibo a lo lejos un pequeño grupo de lobos, tal vez de 3 o 4, me pregunto por qué no corren hacia mi, por qué no quieren despedazar en segundos mi cuerpo... Poco a poco me acerco a ellos pero siempre esperando un ataque sorpresa.
Ya cara a cara a ellos, note que no eran lobos como yo o como cualquiera que hubiese visto antes, uno de los lobos se adelanta para atacarme y en segundos ya esta sobre mi. Forcejeo para liberarme de él, consigo alejarlo de mi cuerpo y tirarlo a la nieve, con el poco tiempo que tengo, busco alguna cosa que pueda servirme como arma.
Otro de los lobos que miraba la escena, salta sobre mi. Con suerte he podido agarrar una gruesa rama de árbol, doy unos cuantos golpes en el aire a ciegas ya que estoy un poco aturdida y consigo golpear su cabeza.
Cuanto más intento liberarme de los lobos,  más aparecen, me agobio, estoy confusa y alterada por lo que me resulta más difícil acabar con ellos.
Pasados unos minutos todos los lobos están igual de cansados como yo, cuando por fin creo que todo puede haber acabado, caigo de rodillas en la nieve.
Un lobo se lanza a mi espalda, sus garras rasgan mi espalda, veo sus dientes afilados y sus ojos llenos de agresividad y odio. Todos los lobos se lanzan sobre mi, todas sus caras cubren mi visión mientras ellos intentan despedazar mi cuerpo.
- ¡Ahh!- gritó en vano ya que los lobos siguen desgarrando mi cuerpo, todo parece tan realista que sigo gritando creyendo que pararan. Intentó cubrir con mis brazos todas las partes posibles de mi cuerpo pero ellos siguen mientras yo grito.
- ¡Abby!- noto cómo algo toca mis brazos y espalda, intentó apartarme y pienso en salir corriendo. Algo retira las gafas de visión de mi cara, eso hace darme cuenta de que nada ha sido real. Mantengo los ojos cerrados e intento respirar sin dificultad.
- Ey... tranquila, nada ha sido real - dice una voz que me recuerda a alguien, todo ha sido tan real que tengo miedo de abrir los ojos.
- Vamos, te ayudo a levantarte - poco a poco noto que todo vuelve a su sitio y muy despacio abro mis ojos.
Me apoyo en el hombro de la persona, a la que aún no he reconocido, mientras damos unos pasos hacia las sillas, me siento con su ayuda y pestañeo para aclarar la vista.
Él coge una silla y se coloca enfrente de mi esperando a que le de alguna respuesta, cuando recupero poco a poco la vista descubro que él, es Scott.
Pestañeo varias veces a la vez que pellizco un poco mi pierna para corroborar que estoy en la realidad, Scott me mira sonriente y me ofrece un vaso de agua que acepto.
- ¿Que haces aquí? - digo con la voz ronca, me extraña su comportamiento, suele ser grosero y antipático.
- Estaba entrenado, ya sabes, y escuche unos gritos - dice con cara de preocupación.- deberías saber ya que nada de lo que ves involucrado en el entrenamiento es real.
- No he podido llegar a acostumbrarme.- digo recuperando un poco más mi voz. Toda la sala queda en un silencio incómodo, ninguno de los dos habla, yo solo miro el vaso que cada vez está más vacío. El sonido de la puerta cerrarse acaba con el silencio, un guardia aparece delante de nosotros y los dos nos levantamos esperando a que diga algo.
- Srt.Abby, el Alfa le espera.- asiento y voy en busca de mis cosas. Recojo todo lo rápido que puedo todas las armas, el material... que he utilizado en el entrenamiento, estoy dispuesta a dirigirme hacia la puerta donde me espera el guardia pero Scott me frena.
- Te llevaré yo ante el Alfa.- dice ofreciéndome mi chaqueta para marcharnos, asiento y nos dirigimos hacia la puerta donde el guardia ya no está.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 21, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Abby's Donde viven las historias. Descúbrelo ahora