Tres mil pies al gato

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Porque nunca dejo de buscarte en mis canciones, en mis acuarelas, en mis noches en vela, en mis tristezas y en mi felicidad. Porque nunca me canso de buscarte, aunque quiera con todas mis fuerzas esconderme. Soy así de estúpida y de sensible, de apresurada y de impaciente. Pero siempre de ti. Que si tú no me buscas ya me encargaré yo de remover cielo e infierno para buscarte. Aunque tenga que regresar con poemas arrugados y flores marchitas por el tiempo y al volver a casa pise el felpudo de mis ganas. Que me niego a estar callada, a no buscarle tres mil pies al gato y a escupir el orgullo cuando menos hace falta. Y tanto daño hace. Echarse la culpa.
Sentirse desolada.
No me importa que ya no se lean mis textos, seguiré escribiendo.
En lo último que pienso ahogarme es en palabras.

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