Como el fuego de mil soles.

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Siento que tengo el universo entre mis manos cuando te recorro con las mías.
Y cada beso en tu cuello es un intento de robarte una estrella.
Para que me ilumine en mis dias negros oscuros.
Qué dos faros tan hermosos me guiaron para no estrellarme contra el iceberg de entre mis costillas...
Qué dolor cuando no te encuentro en mis utopías, de noche.
Las teclas del piano me susurran tu nombre.
Que no. Que me niego al amor sucio, al amor preparado, al amor con mentiras y sin secretos de dos. Que te tengo y no. Y me jodo cada vez más con mis pensamientos. Pero me jodo más si tú no estás en ellos. Que te quiero en bucle, sin pausas. Que acabaste con esta muerte en vida no es algo nuevo.
Nunca creyeron en mí, quizás sea como Campanilla.
Quizás dependa demasiado de que crean en mí.
Y quizás nunca jamás lo hagan.
Pero cada vez que me encierro, pequeña y estoy a punto de apagarme, tú te encargas de avivar las llamas de mi alma.
Y vaya si creias en mí, apostaste a doble o nada. Ahora ardo como el fuego de mil soles.
¿Lo sabías?
Mis ojos brillan como astros cuando me estrello contra tu mirada.
Que me arrancaron las alas. Que me deshice como una vela olvidada en una tarta de cumpleaños esperando a ser soplada.
¿Lo sabías?
He descubierto que no me hacen falta alas para sentir que vuelo, que cada año cumplo más deseos.
Tuviste que aprender a caminar sobre los trozos rotos de mis sueños, y aunque doliese no soltaste mi mano. Maldito coraje el tuyo.
Te quiero.

Arterial.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora