III: Pelea conmigo.

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Un silencio bastante pesado e intenso reinó la habitación, acompañado de igual manera por una clara confusión por parte del propietario de aquella choza.

Finalmente, y como era de esperar, el pelirrojo rompió aquel ambiente.

- Hahaha... Eres tan buena con las bromas. ♥ ¡Por un segundo pensé que ibas en se-... -

Fue interrumpido antes de poder terminar.

- No estoy bromeando, de verdad soy un chico. -

- ¿Ah, sí? ¿Y cómo puedes probármelo? ♣ -

Aquel silencio volvió, seguido de una mirada pensativa por parte del de ojos oscuros. No sabía como podía probarlo; Seguramente si estuvieran en su mansión, podrían preguntarle a su madre o padre. No se le ocurría alguna otra manera de mostrar la verdad, ¿Cómo un niño de 11 años podía hacerlo?
Al misterioso muchacho ya se le habían ocurrido muchísimas formas de hacerlo.
Cada una peor que la otra.

-No sé como quieres que lo haga. ¿De verdad tienes du-...?-

Y esta vez el chico interrumpido fue Illumi; Ahora se encontraba recostado en aquel viejo colchón, con el pelibermejo prácticamente sobre él, siendo aprisionado por las piernas y brazos contrarios.
- ¡Oh, yo sí que sé como puedes hacerlo! ¿Quieres...Que te lo muestre? ♥-

Y así, comenzó a acercar su rostro al cuello del pelinegro, al mismo tiempo que bajaba una de sus manos con rumbo al agarre del kimono de su prisionero.
Ese acto sin duda alguna molestó al menor; ¿Cómo se atrevía a acorralarlo de esa manera? ¿Por qué se aprovechaba al tenerlo herido?
Inmediatamente, una pesada e impresionante sed de sangre se apoderó del ambiente, una que daba escalofríos hasta a la distancia.
Las preciosas hebras azabache del niño comenzaron a ondearse, y ahora su rostro parecía estar sombreado en un intenso y aterrador tono oscuro. Sus ojos se habían reducido a dos pequeños puntos negros, rodeados de unos cuantos círculos en movimiento.

- No me tomes a la ligera. -

Demandó el azabache, con una voz más grave y dominante de la que usualmente utilizaba. Eso dejo perplejo al mayor, el cual en aquel momento se encontraba en total sumición.
Así, antes de que nadie pudiera hacer nada, las garras del más joven se hicieron afiladas, y rasgaron con brutalidad el brazo del que aún seguía sobre él, desde su muñeca hasta su codo, como si de un ataque de león se tratara.
Por reflejo, el que recibió el rasguño retrocedió un poco, y ahí el violento pequeño aprovechó para clavarle un tremendo rodillazo en la entrepierna al ojiámbar, haciendo que soltara un quejido y casi se retorciera de dolor.

- Agh...E..Eres bastante agresiva, pr-...-

Ese comentario fue la gota que derramó el vaso. El cuello del adolescente fue tomado entre los finos dedos ajenos, alzándolo hasta que sus pies ya no tocaron el suelo.

- E...Eh... ¡E-Eso es ju...jugar sucio! Me has... Me has pillado desprevenido...-

Intentaba decir el sofocado chico, forcejeando por libertad.
Y sí, Illumi le dio la libertad que solicitaba, de una manera distinta: Con fuerza, lo lanzó contra una pared, para después hacer caer en seco al más grande.
El pobre muchacho tosió un par de veces, sangrando en el proceso. Illumi, por su lado, se calmó; Volvió a parecer aquella hermosa muñequita estática de siempre, sentado en el colchón de antes. Mantenía sus ojos cerrados, se había cruzado de brazos y su rostro iba en dirección opuesta a la de Hisoka, como si de una rabieta infantil se tratara; Y bueno, después de todo se trataba de un niño.

Una enorme sonrisa se dibujó en los labios del muchacho de los chicles rosas una vez que había recuperado el aliento. En lugar de haberse asustado, podría decirse que una muy extraña y agradable sensación de placer se había apoderado de su cuerpo al ver aquel estado de exasperación en su sombrío y adorable acompañante.

-Ah, ¡Esa es la cara que quería ver tan intensa! ¿E incluso sabes mis debilidades? Oh, esto solo se pone mejor y mejor...♥ -

Decía el mayor con un tono de voz bastante lascivo, poniéndose en posición de combate. Tomó un par de cartas de un mueble junto a él, y justo cuando estaba a punto de lanzarlas para dar inicio a una batalla justa, el Zoldyck se puso de pie y comenzó a caminar hacia la puerta.

-Me voy. No pienso meterme en problemas con alguien que ni siquiera me ha dicho su nombre; Además, no eres mi objetivo. -

El menor fue tomado de la muñeca, tuvo que parar su caminata en seco ante tal agarre.

- Hisoka. ♣ -

-...¿Ah? -

- Mi nombre es Hisoka. -

Ambos mantuvieron un suave contacto visual por unos cuantos segundos, hasta que el pelinegro retomó su viaje.
"Hisoka" lo volvió a sujetar, esta vez de la mano.

- Pelea conmigo. ♣ -

- Olvídalo. -

- Por favor pelea conmigo. ♥ -

- No. -

- ¡Anda, un solo encuentro! ¿Si? ♥-

- ... Ya te he dicho que no. -

- ... ¿Por favor? ❤-

Aquel por favor vino acompañado de una expresión totalmente adorable por parte del pelirrojo: Ladeaba la cabeza, achicaba sus preciosos orbes dorados, había arqueado suavemente sus cejas, sonreía apretando sus labios y aún tomaba la mano ajena.
Illumi desvió la mirada al verlo, girando su rostro hasta que sus cabellos hicieron imposible que el mayor viera su colorada y fina cara; Soltó un suspiro y jaló su propio brazo con fuerza, hasta que quedó libre de cualquier tipo de contacto físico.

-... Vale. -

El ojidorado dio un salto de festejo, alnmismo tiempo que sonreía mostrando su blanca y perfecta dentadura.

- ¿Te molestaría si te pido que vayas enserio esta vez? -

- , me molestaría.-

|| ¡Hola! Quería agradecerle a todos y cada uno de mis lectores por seguir este pequeño fanfic. De verdad, me encantan sus comentarios, son una ternura ❤
Aclaro que las imágenes no me pertenecen, y quiero brindar créditos a su respectivo autor/a por la misma. ^^||

Te veo luego, princesa. ♣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora