Dos...Cuatro...Seis... Siete... y un vaso de limonada.
Ese era el número de botellas de bebidas alcohólicas que estaban sobre la barra de aquel club.
Y ahí, con los brazos recargados en el mismo lugar que aquellos vasos de cristal y con las mejillas sonrosadas por el efecto que la mezcla de licores había surtido en él, un joven hombre sollozaba.
- ¿Por qué carajosss..? ¡Me dejooó! ...*Snif.*... Yo no le había hesho nada, mesero...-
Y ahí, el pobre y viejo barman escuchaba los problemas del desconocido frente a él, limpiando unos tarros con una toalla especial, asintiendo con la cabeza de vez en cuando; Después de todo, estaba acostumbrado a escuchar los problemas de la gente.
¿Cuando llegaría su compañero a cubrir su turno?- Meserooo... Dígame... ¡Dígame qué hice mal!- Pedía el ojiámbar hablando sin que se le entendiese ni un poco, agarrando al cantinero de la camisa y acercándolo a él.
Realmente todo comenzaba a ser muy incómodo para el canoso empleado, así que comenzó a levantar su mano para llamar la atención de la seguridad de la taberna para que se llevaran a ese molesto muchacho, pero antes de que lo hiciera, una delicada y pálida mano lo detuvo.
- No hay por qué tomar medidas drásticas, Ben. - Dijo una muy suave y sensual voz femenina detrás de los dos, con el mismo uniforme que los demás trabajadores; A diferencia de las empleadas del lugar, ella portaba un pantalón negro de vestir, que encajaba a la perfección con su cuerpo de modelo. Inmediatamente, el ebrio joven soltó la camisa del viejo y alzó una ceja, sonriéndole a la dama. Bueno, su vista estaba totalmente borrosa gracias al alcohol que había consumido, y no podía verla de manera detallada, pero sí podía distinguir un par de cosas: Era pálida, con ojos enormes y oscuros, de cuerpo extraordinariamente voluptuoso y una larga cabellera negra.
El compañero de la fémina arqueó una ceja, observándola de arriba a abajo como si de una desconocida se tratase; Después de ver el nombre en su gafete soltó una muy suave risa, sonriéndo de manera ladina.
- ¿Este es otro de tus juegos, maniaco? ... Vale, vale. De igual manera, te ves "hermosa" hoy. -
La sexy mujer fulminó con la mirada a su colega, y este se fue; Su turno había terminado, y ahora le había encomendado la tarea de limpiar los tarros sucios a ella.
Esta, sin que se lo tuvieran que mencionar lo hizo, recargando un codo en la barra, para así ver al embriagado chico frente a él de manera fija.- ¿Cuál es tu nombre, tío? - Pregunto la pelinegra, de manera rápida y desinteresada, aparentemente.
- Hi..*Hic*...Hisoja. Soy Hisoj...Hisoka.- Respondió este con dificultad.
- Vale, ¿Y se puede saber por qué carajos vienes aquí a echarte a perder de esta manera? - Cuestionó, frunciendo el ceño; Parecía una madre regañando a su hijo... No... Una novia riñiendo a su pareja.
- Vengo a ahogar mis penas, dulzura.~ A ahogarlas para que nunca más vuelvan a respirar. -
Esa respuesta hizo que la muchacha pareciera interesada por unos segundos, pero volvió a simular aburrimiento al instante.
- ¿Te has peleado con alguien? ¿Un amigo, familiar, tu jefe...?- Fue interrumpida.
- Con el chico del que estaba enamorado. -
Un pequeño silencio reinó el ambiente entre ambos.
- Así que... ¿Amor? ... Quiero... Quiero saber qué paso...- Musitó suavemente, tomando una botella de pulque para así servir una buena porción de este en el vaso de "Hisoja". Pareciera que la que quería embriagarlo era ella, pues esa bebida era bastante fuerte en cuando a su nivel de alcohol.
Este no dudó en aceptarla, y se la tomo de un profundo trago. Inevitablemente, el mayor se puso sentimental.
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Te veo luego, princesa. ♣
FanfictionFanfic que narra como fue el primer encuentro entre Illumi Zoldyck y el misterioso Hisoka, y que poco a poco desencadenará tensos momentos en el futuro. ¿Será que ambos se quedaron atascados en el pasado, o por qué será que su presente no progresa...