VI: Hundido.

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Había mucha sangre, sangre derramada por todos lados. Illumi temblaba, en sus ojos se podía notar el miedo que le consumía por dentro y por fuera.
Después de unos segundos, un gran grito resonó en todo aquel jardín.
El pelinegro sostenía el cuerpo de alguien vestido a traje, se había dejado caer de rodillas para poder abrazar con fuerza al cadáver frente a él.

Poco a poco, sus desgarradores gritos atrajeron a sus mayordomos, y su padre permanecía ahí; Había visto la trágica escena frente a él, y no podía creer lo que sus ojos acababan de ver. Era la primera vez que el mismísimo Silva se mostraba inmutado, sin palabras.

¿Cómo podía ser que una de las personas en las que los Zoldyck más confiaban estuviera a punto de asesinarles a todos?
¿Cómo podía ser que el mejor amigo del pelinegro hiciera tal hazaña?
¿Cómo podía ser cierto que fue Illumi el que lo asesinó?

Entre toda esa conmoción, un muy pequeño niño de cabellos albinos se dirigió a la escena; Era tan solo un bebé, caminaba con dificultad hacia su hermano mayor.
Realmente no tenía idea de que era lo que acababa de suceder, pero el ver al pelinegro en aquel estado le extrañaba.

- ¿Aniki? ¿Por qué estás llorando? -

Se alcanzó a escuchar de su infantil voz, y luego todo se coloreó en negro.
Oscuridad. Ahora lo único que los ojos de Illumi podían apreciar era una infinita oscuridad, acompañada de un brillante color carmín. Una voz grave comenzó a resonar en su cabeza, atormentándolo con sus recuerdos.

» No los pudiste proteger. « » Has confiado en mi, y esa ha sido tu debilidad.« » Huye. « » Los asesinaré a todos, y tú no podrás hacer nada. « » Voy a comenzar por el mocoso de cabellos blancos.«

Y el chico se levantó de golpe, soltando un muy leve jadeo; Su respiración estaba increíblemente agitada, y sus negros cabellos se pegaban en su rostro por el sudor que lo empapaba.
Observó a su alrededor, analizando todo con detalle; Estaba en su cuarto, todo había sido otra pesadilla. La pesadilla que le recordaba su gran error.

Intentando regular su ritmo respiratorio, se llevó una mano a la frente, para así notar como sus muñecas estaban siendo apretadas por unas vendas que parecían detener una enorme hemorragia, pues estas se veían aún húmedas, coloreadas con un muy profundo tono carmesí.
Siendo él un Zoldyck, no podía sentir dolor físico, por lo tanto los cortes que él mismo se había hecho antes en sus brazos y muñecas no le afectaban realmente.

El ojioscuro suspiró, cerró sus ojos por unos segundos y después se puso de pie.
El reloj marcaba las 13:24 PM, era bastante tarde. Se dirigió a uno de sus cajones de ropa, y eligió un conjunto bastante simple para vestir ese día: Una sudadera en tonos lavanda, una camisa negra, pantalones negros y botas del mismo tono, estilo militar.
Entró al baño que su recámara incluía, y no tardó más de diez minutos en estar completamente listo.
Salió de su habitación y se encaminó a la sala principal, donde su familia se encontraba: Kykyo y Silva hablaban, Milluki jugaba con una consola portátil y Killua, Alluka y Kalluto jugaban con unos muñecos y peluches. Los tres eran tan solo unos bebés.

- Aniki, ¿Vas a salir? -

Preguntó el albino, a lo que el mayor asintió con la cabeza. Todos los presentes tenían su atención fija en elmayor de los Zoldyck's.

- Ah, sí. Tengo trabajo que hacer, y voy algo tarde. Probablemente vaya a llegar por la noche; No me esperen.-

Contestó este, para así salir sin más.

Tardó aproximadamente una hora en llegar al lugar de su misión; Era una comunidad bastante pobre, vieja y desgastada. El punto de estracción del objetivo era un viejo callejón en el que las pandillas y grupos asesinos solían juntarse, ahí fue a donde el adolescente se encaminó sigilosamente, para darse cuenta de algo: Alguien se le había adelantado, pues se lograban escuchar los gritos de auxilio a pocos metros de llegar.
Realmente no se asustó o algo por el estilo, por que sabía que podía encargarse de cualquiera que se le cruzara; Los últimos cuatro años habían estado llenos de duro entrenamiento, ya no era el mismo niñito inexperto de antes.

Alguien logró escapar, pero antes de que pudiera alejarse lo suficiente, Illumi convirtió sus uñas en garras de asesino y le cortó la garganta. Así, decidió retomar su trabajo, y quitándole la diversión a la persona que le había arrebatado su misión, lanzó agujas a las cabezas de sus oponentes, haciendo que todos cayeran de rodillas inertes.

El hombre que anteriormente peleaba con sus objetivos, frunció el ceño y dirigió su mirada al pelinegro, claramente molesto.
Y después, al analizar su rostro sus facciones se relajaron, y parecieron impresionadas; Comenzó a caminar lentamente hacia el ojioscuro, ignorando los cuerpos que obstruían su camino.

-... ¿Illumi? ♣ -

A diferencia del contrario, el Zoldyck no cambió su expresión; Era como si no le interesara; Como si no lo conociera.

- Ah, Hisoka.

Te veo luego, princesa. ♣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora