Capitulo 4

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Cuando llego a casa, dejo el bolso y la chaqueta colgados del perchero y me tiro en el sofa. Dylan aún no ha llegado. Enciendo la television y me relajo. Hoy ha sido mi primer dia de trabajo y estoy bastante contenta. Me gusta lo que hago, aunque sea cansado.
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-¿Hola?- Siento que alguien me toca el brazo para despertarme, pero no lo consigue. Sigue intentándolo hasta que abro los ojos; es Dylan.
Me giro sobre mi misma y le miro.
-¿Qué hora es?- Le pregunto con los ojos cerrados. La luz me molesta demasiado y no quiero abrirlos.
-Es medianoche, llevas dormida casi tres horas y me daba pena dejar de aquí, en el sofá. ¿Vamos a la cama?- Me lleva unos segundo procesar toda la información, pero al final asiento y me levanto del sofá. Dylan me envuelve la manta alrededor y me coge en cuello. Cuando llegamos a la cama, me echa en ella y me da un beso.

A la mañana siguiente, me despierto pero no me levanto de la cama. Es sábado.
-Bueno días Dylan- Le miro, abre los ojos y sonríe. -Buenos días- Me contesta y me besa.
-¿Has dormido bien?- Me pregunta.
-Si, ¿y tu?-
-Bastante bien, la verdad, pero... Ayer pensé que me ibas a esperar despierta, ya sabes.- Me guiña un ojo y me río.
-Intente esperarte, pero tenía mucho sueño. A demás, has tardado mucho en venir. Pensé que ibas a tardar menos.-
De repente, Dylan se pone encima de mi y me empieza a besar, abro las piernas y el se mete entre ellas. Enrosco mis piernas alrededor de su trasero. Él me beso por el cuello dejando un rastro desde mi boca hasta la parte más baja de mi cuello. Gimo y noto como mi respiración se acelera cada vez más.

Sexo, amor y otras drogas 2: Dolce vendetta©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora