Me siento en la silla de mi escritorio y mientras enciendo el ordenador, me quito la chaqueta y la voy a colgar en el perchero. Me siento en la silla y miro el correo. He recibido varios correos de la directora de redacción; quiere que vaya a la reunión de las 10 en punto. Le respondo al correo con un simple "De acuerdo". Sigo mirando los corres nuevos, hay uno de Bárbara, la recepcionista. Decía lo siguiente:
-Hola Alana, he estado mirando mi agenda para hoy de tarde y creo que tengo un hueco para nuestro café. Te espero en el Starbucks a las 16:30. ¿Te viene bien?-
A lo que yo le respondo que si, sin ningún problema. Sigo mirando los correos, veo que por fin, me han respondido acerca de la entrevista que le quiero hacer a una periodista china, para que me hable sobre lo que saben de la desaparición del presidente chino. Por muy complicado que pareciera conseguir la entrevista, la television nacional china ha cedido. Ahora solo me queda concertar un dia para hacer la videoconferencia con la policía.
Ya son las cuatro en punto de la tarde, mi hora habitual de salida. Saco de mi bolso el móvil y miro a ver si tengo algún mensaje, hay varios e-mails de publicidad y unos cuantos mensajes de la compañía telefónica ofreciéndome un tarifa mejor; pero nada relevante. Me levanto de la silla mientras el ordenador se apaga y me pongo la chaqueta. En el ascensor me encuentro con el nuevo empleado de la empresa, Liam.
La estancia en el ascensor es muy corta por lo que solo nos da tiempo a saludarnos y nada más. Salgo al vestíbulo y cruzo la puerta giratoria, salgo del edificio y cruzo una de las calles más densas (por no decir la más densa) de Londres.
Entro en Starbucks y busco a Barbara, pero no la encuentro. «Puede que haya ido al baño, o puede que aún no haya salido del trabajo» Pienso mientras me dirijo a la barra y pido un café latte. Me siento en la misma mesa que antes, en la terraza y espero a Barbara.
-¿Alana?- Una voz familiar me llama y automáticamente giro la cabeza en dirección a la voz. Es Barbara, cruza corriendo la calle mientras grita mi nombre. Me siento un poco avergonzada por verla correr y gritar, siento que la gente me mira y bajo la vista hacia la mesa, le pego un sorbo al café y miro a Barbara mientras se sienta en la silla de enfrente.
-Perdón por el retraso- Dice jadeando
-No pasa nada, tranquila- Me levanto de la mesa para ir a pedir. -¿Que quieres?- Le pregunto a Barbara.
-Me apetece un café con leche, nada más-
Acto seguido empiezo a caminar hacia el interior del local y le pido a la chica que esta colocando las pajitas un café con leche. La chica me mira y asiente, se mete detrás de la barra y comienza a preparar el café. Le dejo un billete de cinco libras y recojo el café. Salgo con el y se lo dejo a Barbara en la mesa mientras me siento.
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Sexo, amor y otras drogas 2: Dolce vendetta©
RomanceTras 5 años desde que la abuela de Alana le destrozara la vida, Alana ha empezado su vida desde cero, se ha graduado en periodismo y ahora trabaja para la BBC®. Alana conoce a Liam, un chico nuevo en la redacción que no pasara desapercibido ante los...