Sarah
Abro los ojos notando la cálida luz que se cuela por mi ventana, me estiro y salgo de la cama hacia la ventana, la abro y aspiro el aire frío de por las mañanas. Bajo las escaleras de mi casa corriendo y me dirijo hacia la cocina que desprende un olor delicioso. Ahí me encuentro a mi madre preparando tortitas.
- Buenos días mamá.- digo feliz.
- Buenos días hija.- responde mi madre con una gran sonrisa.
- Huele delicioso mamá.- dicho esto, le doy un beso en la mejilla.
- Gracias, he hecho tu desayuno favorito, para celebrar tu última mañana aquí.- dice en un tono melancólico, la miro y se le cae una lágrima traicionera.
- No llores mamá, vendré a verte.- le limpio la lágrima, se me parte el corazón al verla así.
- Ya lo sé, pero no puedo evitarlo.- me contesta mostrándome una sonrisa forzada.- Anda siéntate a la mesa que se van a enfriar las tortitas.
Nos sentamos y empezamos a comernos las tortitas con chocolate y nata, el desayuno transcurre tranquilo mientras le cuento a mi madre cosas sobre la universidad. Cuando terminamos, cojo los platos y los meto al lavaplatos. Después subo a mi habitación, me cambio poniéndome unos leggins negros rotos, un top blanco ceñido, unos botines de tacón negros y mi cazadora de cuero, cojo mi bandolera negra que pone "The New Black" en blanco, aquí es donde guardo mis libros, cuadernos y un pequeño estuche con mis bolis, lápices, etc.
Una vez comprobado que no me falta nada bajo hasta la entrada donde me espera mi madre.
- Me acaban de llamar de la residencia de la universidad para decirme que ya han llegado tus cosas a tu habitación.- me cuenta mi madre al acercarme a ella.
- Genial.- le contesto sonriendo, mientras me acerco a ella.
Me abraza y me susurra al oído:
- Cuídate mucho, intentaré ir a verte pronto, te echaré mucho de menos peque.- me encantaba que me llamara así.
- Yo a ti más mamá, descuida. Te quiero.- le digo mientras se me escapan unas lágrimas y la abrazo más fuerte, enterrando mi cabeza en su cuello.
Nos separamos, le doy un beso de despedida y cojo el casco de la moto dirigiéndome a la puerta. Una vez en la calle, me acerco a la acera donde he dejado mi moto, es una Triumph, es negra mate y sus asientos son de cuero, me encanta el cuero. Me coloco el casco mientras me monto y antes de arrancar le agito la mano en forma de despedida a mi madre.
Me encanta como el viento mueve mi melena mientras piloto, es una sensación de libertad, al principio, mi madre no quería dejarme aprender a montar en moto porque decía que era muy peligroso, pero no sé como, al final, la convencí para que me dejara y la verdad se lo agradezco, también sé conducir un coche, pero no me gusta tanto como la moto. El viaje más o menos dura cinco horas desde Washington D.C. hasta Connecticut, aunque todo depende del tráfico. He querido llegar un día antes de que empezaran las clases para tener todo claro y controlado. Cuando llego al campus, aparco en una esquina del parking de estudiantes, que está apartada de la entrada para no llamar la atención, no se ven mucho chicas que montan en moto, dicen que es para chicos, pero yo eso no me lo creo, podemos hacer lo mismo que ellos, me saco el casco y muevo mi cabeza para apartarme el pelo, es una acción muy sensual dicen algunos, aunque para mí, es normal hacerlo, saco de la bandolera unas gafas de sol polarizadas y me las pongo. Espero que no haya mucha gente un domingo y sobretodo que no me reconozcan.
Empiezo a caminar hacia Dirección, en mi camino me encuentro a muy pocas personas y como llevo las gafas ni me prestan atención y sin preocuparme sigo caminando hasta que doy con mi destino.
En una mesa me encuentro sentada a una mujer de pelo rubio, que deberá de tener unos treinta y pocos años, bastante guapa la verdad, yo me imaginaba a la típica viejecita amargada que está refunfuñando todo el rato, aunque menos mal que no es así. Me acerco a ella y la saludo amablemente.- Buenos días, venía a rellenar los papeles que me dijisteis para la residencia.- digo con la voz más cortés que puedo.
- Nueva, ¿verdad?.- me pregunta con una sonrisa sincera, mientras me da unas hojas para que las rellene.
- Si, ¿tanto se nota?.- contesto yo mientras relleno los datos que me piden en las hojas.
- No, tampoco tanto, pero la mayoría viene aquí cuando es nuevo.
- Ah.- es lo único que he podido responderle, le doy las hojas y espero a que me dé la llave de mi habitación.
Revisa mis datos y de repente noto como abre sus ojos y pestañea varias veces, suelta un gritito y dice emocionada:
- ¡¿Eres la famosísima modelo Sarah Brown?! - me pregunta gritando entusiasmada.
- Shhhhh.- la digo.- Sí, soy yo, pero guárdame el secreto.- le pido, mientras me quito las gafas revelándole quien soy realmente.
- No me puedo creer que tenga delante de mí a la mismísima Sarah Brown en persona, soy una gran fan tuya.- me dice mientras saca una revista de uno de sus cajones y me la enseña. Aparezco yo en la portada, es un catálogo de la ropa que se lleva esta temporada.- ¿Me la firmarías?
- Claro, ¿cómo te llamas?
- Uy, lo siento por no presentarme, me llamo Sandy.
Me da la revista y pongo: "Para mi amiga Sandy de Sarah Brown", y al lado de mi nombre pongo un corazón.
Se la doy y me da las gracias.- Pues... yo venía a por la llaves de mi habitación.
- Oh sí, perdona. Es que me ha sorprendido verte, bueno, ¿a quién no?.- dice mientras revisa el listado del que me imagino que será el de las habitaciones asignadas, cuando la vuelvo a mirar, su rostro me dice que algo no va bien, y me contesta las peores palabras que me podrian haber dicho: "Tenemos un pequeño problema."
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FOREVER? © REESCRIBIENDO #PADP #FDA17 #PGP2017
Novela Juvenil¿Qué pasaría si, de pronto, tuvieras a tu merced al mismo chico que te hizo la vida imposible en el instituto, ahora convertido en un hombre peligrosamente atractivo? ¿Te vengarías aprovechando la oportunidad o por el contrario...? Lo último que pen...