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Harry.

Sentirme como una mierda es mi estado normal desde que pasó aquello. Así que ya empiezo a acostumbrarme, ya empiezo a conocer a "El nuevo Harry."
Son las tres y media de la madrugada y como no puedo dormir decido ponerme una sudadera y pantálon de chándal y salir a que me de el aire. Estamos en vacaciones, por Navidad y toda esa mierda... odio la Navidad pero también odio la universidad así que lo prefiero así... yo me toco los cojones y a la Navidad que le jodan.

Bajo las escaleras de casa e intento no hacer mucho ruido, pero creo que eso va a ser un poco difícil ya que esta casa es vieja de la Hostia... grande, pero vieja.

Por fin salgo a la calle y el frío aire me azota en toda la cara, y siento un alivio enorme al respirar el aire tan frío, sentía que me ahogaba ahí dentro. Empiezo a caminar sin rumbo alguno aunque tampoco alejandome mucho, no es que quiera llegar con agujetas después. Saco el móvil del bosillo delantero de mi sudadera y empiezo a mirar Facebook, no me interesa nada realmente ya que solo hay publicaciones estúpidas que hacen que me den ganas de estampar el móvil. Así que decido guardarlo de nuevo en el bolsillo y dejar que el suave, pero frío aire, me roze la cara.

Estoy empezando a hartarme de no saber lidiar con mis problemas, me cuesta negarlo pero todo me supera de forma excesiva, y me toca los cojones, parecer débil y vulnerable cuando antes no lo era, todo fué culpa de él, todo lo que esta pasando y en lo que se ha convertido mi vida es culpa de él, nunca se lo perdonaré... jamás.

Algo me saca de mis absurdos pensamientos, es un... ¿llanto? ¿Quién coño está llorando a estas horas de la noche en medio de la nada?
Paro de andar por un momento para intentar descubrir de dónde proviene el llanto, parece de una chica. Camino un poco más y de repente la veo, esta pegada a un árbol, con las rodillas pegadas al pecho, la cabeza escondida entre sus brazos y asustada. Muy asustada, aterrorizada diría yo...

Me acerco a ella muy despacio y le toco el hombro, cuando lo hago su reacción me hace estremecer.
Ha empezado a gritar sin levantar la cabeza escondida.

-¡No por favor, por favor... no! ¡No puedo más, por favor! No, no, no...

-Hey, tranquila chica. No te voy a hacer nada.

-No, déjame por favor...

-Oye, mírame -al ver que no lo hace me agacho para estar a su altura y con suavidad le levanto la cara escondida.

Y lo que me encuentro al levantarle la cara no es nada comparable con los gritos de antes, si eso me estremeció...
Tiene la cara totalmente ensangrentada, el labio roto, un ojo morado, y si no fuera porque es de noche y no veo muy bien diría que su pómulo está un poco hundido.

"Dios mío, pobre chica." Pienso para mis adentros mientras ella no hace más que mirar para un lado y para otro, sin inmutarse de mi presencia.

No sé qué hacer, nunca me habia encontrado en una situación así. Intento decirle algo pero nada sale de mi boca, solo un sonido extraño y sin sentido. Ella no se inmuta de nada de lo que hago, ni si quiera de mi presencia.

He pensado en irme y dejarla aquí, pero hay algo que me impide irme. La pobre chica parece devastada, desorientada... hay algo que me dice que debo ayudarla. Debo hacerlo.

STAYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora