Halsey.
Ha pasado una hora desde que Bea se marchó y yo sigo aquí sentada. He estado pensando y he llegado a la conclusión de que no me puedo quedar más tiempo aquí, estoy abusando de lo que Bea me ofrece y ya es demasiado, hablaré con ella... se que me costará que me deje ir pero debo hacerlo.
Un espantoso ruido me saca de mis cabilaciones, alguien esta dando puñetazos a la puerta principal de la casa de Bea.
No puedo dejar de pensar que es él, viniendo a buscarme y hacerme pedazos de nuevo, pero me doy cuenta que no es así cuando oigo la voz de Bea, gritando.
-¡Abrir la puerta! ¡POR FAVOR!- Bea suena desesperada y yo corro hacia la puerta igual que Harry hace.
No puedo creer lo que veo cuando éste se aparta de el umbral espantado.
Bea esta llorando, temblando y llena de arañazos y morados.
"No, no , no..."
-B-Bea...-intento tocarla pero ella me aparta de un manotazo.
-Para, voy a darme una ducha.-dice secándose las lágrimas con brusquedad.
Harry no ha dicho nada, ni siquiera ha pestañeado.
No puedo quedarme quieta así que subo detrás de Bea.
-Bea, ¿qué ha pasado?
Bea no contesta, sé que me esta escuchándo pero ella simplemente, no dice nada.
No aguanto este silencio.
-¡Bea dime qué pasa! ¡Dímelo!-grito desesperada por oir algo que salga de su boca.
-¡Cállate! Todo esto es por tu culpa. ¡Casi me violan! ¿Y a qué no sabes quién?
Sí... ¡SÍ QUE LO SABES!-Bea cierra la puerta de un portazo y oigo su llanto detrás de ésta.No puedo creer lo que está pasando... lo que ha pasado.
Joder, casi violan a Bea por mi puta culpa. Soy la mujer más estúpida y miserable que ha existido nunca.
¿Porqué tuve que meterla en todo esto?
¿Porqué no sé afrontar mis problemas yo misma?Me doy asco, y creo que voy desmayarme del punzante dolor en mi pecho... Todo esto es por mi culpa.
Mis rodillas ya no aguantan un segundo más mi peso y caigo al suelo, sollozando de culpabilidad, de arrepentimiento...
-Dios, todo esto es culpa mía! - sollozo casi ahogándome. Harry viene y me intenta levantar, pero no quiero me que toque.
No quiero que nadie se involucre más en esto, sencillamente no se lo merecen, y soy tan hija de puta como Tom por haberles contado todo y hacerles parte de mi asquerosa vida.
Apartó a Harry de un manotazo pero el insiste junto a palabras consoladoras que ni siquiera escucho, ya que la rabia me consume.
-Halsey basta, escúchame Bea está mal por eso ha dicho lo que dijo... Voy a ver como está, no te muevas por favor.
Escucho a Harry y asiento como si de verdad creyera lo que dice, en cuanto gira la esquina que se dirige al lavabo donde esta Bea salgo por la puerta.
Me dirijo hacia mi casa, estoy harta de todo esto, haré las maletas y me iré... donde sea que pueda irme.
Empiezo a correr para tranquilizarme aunque sea un poco y así también llegar antes, en media hora ya estoy subiendo la empinada cuesta que me lleva hacia mi casa.
Cuando estoy en frente de la puerta, todo mi vello se eriza y siento un espeluznante escalofrío recorriendo toda mi espalda. Pero me armo de valor y entro.
Cuando abro la puerta... no puedo creer lo que estoy viendo, es asqueroso, me dan arcadas y no me puedo mover ni quitar la vista de ellos.
Tom y mi madre, están en el sofá... besándose y-y... Dios mio no puedo ni pronunciarlo en mi cabeza.
Cuando me ven, echo a correr. Oigo gritos y pasos detrás de mi, pero no me detengo. Esta vez siento una furia que recorre todo mi cuerpo, siento miedo pero el enfado es mucho mayor, así que me siento más fuerte.
De repente alguien me coge del brazo y me gira para verle la cara. Es mi madre y Tom atrás suyo.
Antes de que ella pueda decir nada le escupo en la cara, y ella levanta el brazo para darme una bofetada en la cara, pero la esquivo como puedo.
-Das asco, eres repugnante... y estoy harta de tener miedo, así que si me quieres matar Tom... hazlo ya, cóbarde.- No sé cómo mierda he dicho eso, pero por fin lo he hecho, que me mate si quiere, pero que me dejen en paz.
-¿Quieres que te mate, bonita? -dice en un tono que me eriza la piel del asco.
-Sí, y no me llames bonita otra vez, eres un hijo de puta. Y que sepas mami que Tom solo te estaba follando porque su intento de violación a mi mejor amiga, le dejó con el calentón. - Una lágrima se escapa de mis ojos al pronunciar esas duras palabras, pero intento controlarme y no llorar más.
-¡Cállate zorra!- dice Tom avalanzandose sobre mi.
Está borracho y drogado ahora mismo así que me ha sido fácil esquivarlo, por primera vez en toda mi vida... lo he esquivado. Él se cae en el asfalto e intenta moverse pero está en un estado tan pésimo que no puede.
Mi madre lo mira enfadada y a mi ni siquiera me mira... parece que solo le importa el hecho de que se tire a otras mujeres... o que las viole, incluso... es repulsivo.
Empiezo a correr de nuevo, me da igual mi ropa, me da igual todo. Sólo quiero irme lejos, muy lejos. Donde nadie me pueda encontrar...
<>
Llego a un prado precioso... Aquí siempre solía venir a pensar cuando todo estaba más calmado en mi vida, aquí corría con mi padre y fuimos una familia feliz, este lugar sigue siendo maravilloso aunque recordar la felicidad que contiene solo me aporte tristeza.
Empiezo a llorar desconsoladamente una vez más, sin embargo me siento un poco más libre. Decirle eso a Tom y a mi madre, ha sido lo mejor que he podido hacer... ha sido como enfrentarme a mis demonios... demonios hechos personas pero aun así seres diabólicos.
Las lágrimas no cesan, pero esta vez no quiero parar de llorar... quiero soltarlo todo, que el dolor disminuya, aunque solo sea por un escaso minuto.
Después de una hora llorando sin parar, los ojos me duelen pero las vistas al prado calman esa molestia.
Adoro este lugar con toda mi alma, aquí siento a mi padre... lo puedo sentir de verdad, por primera vez en mucho tiempo.
-Papá... te echo tanto de menos.- digo susurrando al viento.
-Todo va a ir bien mi pequeña.
Abro los ojos de golpe, no hay nadie... y era su voz... la voz de mi padre.
No estoy asustada, estoy feliz... feliz de poder escuchar de nuevo su voz, aunque pareciera un eco lejano... estoy segura de que era él.
-Te quiero.-digo por último y una lágrima cae de mis ojos.
Entonces me levanto, y creo a mi padre... y por una vez en muchísimos años, en mi alma se encuentra un ápice de esperanza.