Un Matrimonio A Prueba

8. Serás una buena esposa.

Al día siguiente, Jang Keun Suk tenía que salir rumbo a las oficinas de Tree J Company, al tiempo que, Jung Sun Hee, quien había ido a pasear por el jardín y ya estaba de vuelta en casa, coincidía con él en la entrada de la residencia.

— Estoy a punto de partir a Tree J Company, y de ahí me voy a grabar un cameo para un drama y un programa de variedades para la siguiente semana; tal vez no regrese  hasta dentro de un par de días, hay mucho trabajo en la agencia y también fuera de ella. Si necesitas algo...

— Jiro Wang y los empleados me cuidará bien. Además Big Brother ha quedado conmigo para venir aquí  — terminó ella la frase.

— Bien, como digas. Por favor, debes asegurarte de que todo está como debe, eres la que manda  — concluyó el.

Sun estaba tan bonita que Suk sintió un urgente deseo de hacerle un gesto de cariño. Le puso los dedos debajo del mentón y le levantó el rostro hasta que los ojos de ambos se encontraron.

—Serás una buena esposa.

El pulso de Sun Hee empezó a acelerarse; él le sonreía y le guiñó un ojo.

— ¿Estás coqueteando conmigo Keun Suk?

Asia Prince rompió a reír.

— ¿Acaso eso no está permitido?—respondió, y rozó sus labios con los de ella.

Descubrió que no le bastaba con un roce. Miró esos labios suaves y ansió más besos. Posó su boca en la de ella con ternura, luego sus brazos ciñeron el cuerpo de Sun Hee y ella se apretó contra él. Jang le separó los labios con la punta de lengua y la introdujo con lentas e insistentes embestidas.

Su boca cálida y ávida provocó pequeños temblores en todo el cuerpo de la joven. Su perfume masculino le arrebató los sentidos y ella se rindió al ataque de su boca. Él introdujo el labio inferior de ella dentro de su boca como si fuese una cereza madura y la apretó con tanta fuerza que los pechos de Sun Hee quedaron aplastados contra el pecho de él. Había despertado en ella un enorme deseo, además de comprender que él comenzaba a responder a ella... comenzaba a nacer el amor.

*****

Al final Jang Keun Suk se ausentó por varios días, así que cuando regresó a casa, sentía el corazón oprimido. Era de noche, todos dormían, menos el Mánager Jung, pues llegó junto con él.

Keun Suk subió las escaleras y cuando llegó a la habitación de Sun Hee vaciló. Demoró largo rato sintiendo una sensación de vacío. Entró y comenzó a desvestirse lentamente. Al acercarse a la cama, dijo:

— Sun Hee, ¿estás despierta?—le pareció oír una exclamación contenida —No te asustes, soy Jang Keun Suk.

A continuación se metió en la cama y se desplazó hasta quedar apoyado contra su espalda.

—¿Jang Keun Suk?—exclamó ella, incorporándose.

Con sus brazos, él la rodeó y la obligó a acostarse otra vez. Le acarició el pelo.

—Calma, Sun. Duerme.

Poco después, sintió que la mano de él se deslizaba por su vientre y se detenía ahí, posesiva. Sun Hee sonrió en la oscuridad.

Por la mañana, Jung Sun Hee amaneció sola en la cama. No supo cuándo se había ido el padre de su hijo. ¿Habría sido un sueño? No, el cuerpo de él había dejado su olor impregnado en la cama.

Después de vestirse, salió al jardín a tomar un poco de sol. Se sentía triste, no entendía el comportamiento de Jang Keun Suk.

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