Capítulo 18

33.2K 2.1K 121
                                    

El tiempo pasó rápido y ya había caído la noche, me había encargado de hacerle creer a ambas que estabamos avanzando pero en realidad solo estabamos dando vueltas en circulos, en éste momento nos escontrabamos alrededor de una fogata contando anécdotas, riendo y de más

-Nick ¿sábes tocar la guitarra?- preguntó Ana, quién ya me había tomdo un poco mas de confianza, pero no tanta como la rubia quién me trataba como si me conociera de años

-no mucho pero me defiendo- dije encojiendome de hombros, ésta sonrió y entró a su tienda para luego salir con un guitarra

-¿nos haces el honor?- preguntó Ana

-¡sii, vamos Nick tóca!- dijo Clara entusiasmada mientras bebía de una botella de cerveza

-esta bien- dije tomando la guitarra, comenze improvisar y tocar cualquier cosa, mientras le agragaba cualquier letra, realmente era bueno con esto

(...)

Después de comer y beber cerveza nos quedamos contando historias de terror y esas cosas estúpidas que hacen en las fogatas

Ya había pasado de las doce y vi a la rubia acercarse a Ana para susurrerle algo en el oído

-vete a dormir, yo me encargo de él- dijo ésta, la morena rodó lo ojos y se levanto del tronco en el que estaba sentada, se limpió un poco lo jeans y se despidió diciendo que tenía sueño, entró a su tienda dejándonos a mi y a la rubia solos

Ésta se acercó lentamente a mí y tomó mi mano dirigiéndome hasta su tienda

Nos metimos en ésta y sentí como bruscamente me tiraba sobre una superficie suabe, quedé con los codos apoyados para poder sostenerme, la rubia comenzó a quitarse lentamente la ropa mientras hacía un extraño baile "sensual" aun que mas bien parecía una ridícula haciendo eso

Despues de terminar su extraño baile quedó en ropa interior, era roja y algo extraña, pero no dejaba de verse bien

Se sentó a horcajadas encima de mí y comenzó a besar mi cuello, mientras desprendía agilmente los botones de mis jeans y comezaba a manosear mi bulto ya erecto

Tenía manos muy ágiles debía admitir

Siguió besandome y manoseandome por mucho tiempo y ya me habia aburrido su estúpido jueguito por lo que giré quedando encima de ella, le tapé la boca y la tomé bruscamente de los cabellos, ésta me miró sorprendida al principio pero luego comenzó a temblar mientras sus ojos se aguaban

-shhh, no, no llores nena ¿sabes algo? Te daré un consejo, si existe eso de que después de la muerte reencarnas en otro cuerpo te aconsejo no ser tan puta ¿si?- dije para luego penetrar mis afilados colmillos en su cuello succionando su vida

Absorví hasta la última gota de su sangre, me separé de ésta y la dejé caer inerte

-si no hubieras sido tan puta hubieras tenido el honor de tenerme dentro de ti, pero al menos tu amiga si tendrá la oportunidad- dije sonriendo para luego salir de la tienda, limpié la sangre de mi boca con el dorso de mi mano y caminé hasta la tienda de Ana donde hize un pegueño corte con mis uñas para poder abrirla

Cuando lo hize entré siguilosamente y ví a la inofensiva chica durmiendo, no podía creer el pecido que tenía con Ana y eso me exitaba más

Me acerqué un poco más y ésta abrió los ojos, al verme tan cerca se sobresalto

-¿qu-que ha-haces?- preguntó la morena mientras se aferraba a las cobijas, como si eso podría protegerla

-tranquila- dije acercandome más a ésta

-¡alejate! ¡Clara! ¡CLA...- no pudo terminar de llamar a su amiga muerta ya que la callé entrelazado sus labios con los mios, ésta no me respondía de la misma manera lo que hizo que me enfureciera, mordi su labio inferior haciendo que pegueñas gotas de sagre salieran de éste, Ana abrió la boca para soltar un jadeo de dolor y aproveché esa oportunidad para meter mi lengua en su boca, recorrí toda su cavidad bucal mientras ella luchaba por liberarse

La liberé del beso y ésta comenzo a gritar

-no me hagas nada, por favor, por favor- suplicó ésta

Respondí con una sonrisa siniestra mientras comenzaba a quitarle la remera dejando al descubierto sus pechos, ésta forsejeba mientras gritaba que no le hiciera daño, pero no la escuchaba, en éste monento lo único que podía ver era el rostro de la perra de mi prometida, estaba cegado, recorde a Ana mientras se besaba con el idiota de Dániel haciendo que mi odio se incrementara

Desgarre su pequeño pantalón con mis garras quienes tomaron su forma natural convirtiéndose en puntiagudas y afiladas, dejándola solo en ropa interior, de verdad que tenía un gran parecido con Ana

-¿que vas a hacer? Basta por favor- dijo tratando de cubrir sus pechos con sus brazos pero los quité bruscamente

-¿de verdad no tienes ni una idea de lo que voy a hacerte?- dije quitandome rápidamente la ropa, arranqué sus bragas dejándola completamente desnuda, abrí sus piernas y la hale pegando completamente su sexo a mi erecto miembro

-¡NO BASTA! ¡BASTA POR FAVOR! ¡TE LO SUPLICO! CLARA CLARA- Gritaba desgarrando su garganta

-grita todo lo que quieras, nadie podrá escucharte, nadie te salvará de esto mi pequeña Ana- dije para luego penetrarla haciendo que ésta gritara por el dolor que sentía al tenerme dentro de ella

No me importó seguí penetrandola más y más fuerte, cada embestida se volvía mas rápida y profunda

(...)

Después de un largo tiempo terminé, salí bruscamente de ella lastimandola más, la observé, su cuerpo estaba lleno de cortaduras provocadas por mis uñas, su rostro estaba cubierto de lagrimas y sus piernas estaban manchadas de sangre

-¿por que me hiciste ésto? - dijo entre sollozos, no contesté porque ni yo lo sabía, la miré a los ojos por unos segundos para luego acercarme y beber su sangre hasta dejarla si una mísera gota

Iba a hacerlo, iba a tratar de cambiar por Ana, iba a pedirle perdón, iba a pedirle que lo olvidara todo y que me diera una oportunidad, pero ahora veo que ella ya eligió y eligió a Dániel, y sólo por eso iba a convertir su vida en un infierno...

¿Tuya? ¡Jamás!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora