Capítulo 1

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Erika P.O.V

Sentí el celular vibrar en la mesita que se encontraba al costado de mi cama. Lo cogí para ver quién estaría malogrando mis hermosos sueños.

Erika
Alistate, preciosa. Fiesta hoy en casa de los hermanos Quinn.
Will.

Salté de golpe y sonreí mientras le enviaba la respuesta y a la vez le preguntaba sobre si Chloe iría, lamentablemente ella parecía seguir de viaje junto con su abuela y padrastro.

A pesar de que conocía a esas dos personas sólo un año y medio podía decir que eran las mejores personas y amigos que habría podido tener a mi lado. A Will lo conocí en clase de Cálculo y puede a simple vista parecer un maldito holgazán pero es realmente bueno en los números. A Chloe la conocí de todas las clases, algo bueno de ella es que tomó todas clases sólo para estar conmigo, ella debería de estar en un grado mayor que Will y yo pero por problemas personales tuvo que faltar un año y eso la retrasó. Chloe suele parecer la típica chica rubia superficial pero dale un libro y te ignorara hasta que se lo termine o se cansé por haberse olvidado sus lentes de lectura.

Mis padres amaban demasiado a Will y a Chloe, más a Chloe pero eso no era raro teniendo a los hombres que tenía como familia, para ellos toda mujer sería bienvenida pero los hombres tendrían que pasar por uno que otro interrogatorio. Empezando por mis tíos, de cariño, Sebastian, Jean, Franco, Blake y Gerald; siguiendo con mi tío Sam; luego, mi papá y finalmente mi abuelo Christian. Y ahí la razón por la que mi círculo de amigos hombres se reducía a Will.

Bajé dando saltos por la escalera, tenía que estar de buen humor para rogar a mi papá por una hora para que me dejara salir esta noche.

-¡Bu!

Tuve que cogerme de la barandilla que se encontraban en los laterales de la escalera para no caerme del susto.

-¡¿Qué te pasa?!

Golpeé a Thomas con un puño sabiendo que jamás en la vida le llegaría a doler. Cuando me sacó la lengua mis ganas de arruinar su atractiva cara comenzaron a florecer pero antes de que me lanzara hacia él, sentí una manos en mi cintura que hacía alejarme de él.

-Ya basta, niños.

Thomas frunció el ceño.

-No te creas mayor porque naciste un minuto antes.

-Me puedo creer lo que quiera y tú no puedes protestar porque eres menor.

Rodé los ojos mientras los gemelos comenzaban a pelearse por sus derechos de autoría.

Los llamaba por sus nombres cuando se comportaban normal o por cualquier otro adjetivo insultante cuando se comportaban como animales porque decirles tíos era escalofriante y raro ya que sólo me llevaban tres años y varios centímetros.

-¿Qué hacen acá a todo esto?

Ambos agacharon su cabeza para verme, odiaba cuando hacían eso. Me sentía lo doble de pequeña que ya era y me hacía recordar lo mucho que los odiaba por ser altos. ¿Tanto les costaba tener la altura normal de un chico de dieciocho años?

-Gracias por recibirnos así, sobrina.

Rodé los ojos.

-No digas eso cuando haya gente al rededor, Cole.

Él sonrió. A pesar de que eran gemelos para mí era fácil diferenciar quién era quien y por una simple razón, aparte de que tenían pequeñas diferencias físicamente, con Thomas sacaba más mi impulso agresivo y solía gastarme bromas. Con Cole, en cambio, también solía molestarme pero no era por eso que me molestaba, era porque cuando sonreía y me miraba con sus enormes ojos verdes provocaba algo extraño en mi estómago.

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