Capítulo 4

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Cole P.O.V

No sé porqué seguía cediendo a venir a este tipo de fiestas. Ah, cierto, porque no quería que Erika viniera sola y algún idiota de éstos niños aguantados se aprovechara de ella.

Tampoco sabía porqué aún no le decía nada a mi hermano Ted. Él pararía sus salidas de Erika. Pero también tenía una respuesta a eso. Yo había tenido oportunidades para poder salir a la edad de Erika, no era bonito que te lo prohíban y de alguna u otra manera, la felicidad que había en los ojos de Erika al saber que tendría un poco de libertad a algo, le guste o no, valía la pena soportar esto. Sabía que ella no disfrutaba mucho venir a estas fiestas, pero supongo que sí venía, así se daría cuenta de que no todo es bonito ni correcto en la vida. Y talvez así, ella se refugie en mí.

Yo no estaba en contra de tenerla solo para mí.

Aunque me gustaría en este momento que por lo menos estuviera a mi lado, lamentablemente, otra vez la había perdido. No sabía donde rayos estaba, no estaba con Thomas, él estaba tomando y hablando con una chica en la barra. Ojalá y use protección.

Pasaba por el tumulto de gente estirando aún más mi cuello para tratar de verla. Lo primero que haría, sería buscarla en alguna competencia de tomar rápido, la última vez funcionó en buscarla allí. Esperaba, y la vez no, que estuviera en ese lugar.

Antes de si quiera llegar a la cocina, logré distinguir su cabellera oscura y larga con unas ondas destacables. Al menos no estaba ebria y con ningún trago a la mano, o por lo menos eso notaba al acercarme. Lo único que no me gustaba de esa escena era que había un tipo a su lado.

El chico castaño le hablaba cerca y no me gustaba, para nada.

-Erika.

Sus ojos chocaron con los míos y como todas las benditas veces que eso ocurría, surgía una ola de emociones y que conectaban mi corazón y un revuelo en la boca de mi estómago. Era una sensación alarmante y hermosa a la vez, cada vez ya se me hacía familiar y la disfrutaba más. Antes sólo me alarmaba al sentirla porque se suponía que eso se sentía en momentos especiales con personas especiales y eso sólo me pasó con una persona: Erika.

-Cole.

Quise sonreír pero la presencia del tipo que estaba a poca distancia de ella me lo impedía.

-Soy Will.

Una sonrisita encantadora, para cualquier ojo femenino, apareció en su rostro. Su cabello era algo largo y castaño, era un chico alto pero no tanto. A pesar de la escasez de luz, logré distinguir sus ojos castaños y su nariz respingada.

-Cole.

Apreté fuertemente su mano, advirtiéndole que no se acercara mucho.

Frunció sus labios, al parecer le hacía divertido que lo esté mirando de la manera en la que miras a alguien que quieres que desaparezca.

-El es mi mejor amigo.

Estreché los ojos ante las sonrisas que aparecían en sus rostros.

-Ya oíste -encogió los hombros-. El mejor amigo.

No me gustaba el tono que usaba. ¿Creía que iba a pasar por mí? Eso jamás nadie y mucho menos frente a Erika.

-Pues yo soy el-

Me corté yo mismo antes de decir una estupidez, si decía ser el tío, quedaría automáticamente en el suelo y sin ningún derecho sobre Erika. A parte, me estremecía, y no de la bonita manera, con el decir la palabra "tío" o "sobrina" en una oración que nos junte a Erika y a mí.

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