Capítulo 2

1.6K 110 7
                                    

Cole P.O.V

Conducía hacia el instituto de Erika. Recién volvía de viaje y lo único que hice fue dejar mis cosas en la casa de mis padres, ya que ellos insistieron en que Thomas y yo debíamos quedarnos allí, y salí para alcanzar a Erika. Claro que nuestro encuentro no fue el más agradable considerando que partí su patineta y estuve a un pelo de atropellarla.

Demonios, era tan tonta. Pudo haber sido otro y no haber frenado a tiempo. Suspiré y volteé a verla mientras me calmaba. La cogí mirándome.

Seguía con la estúpida sonrisa en mi rostro cuando volteaba a ver a Erika, quien se daba cuenta y soltaba un suspiro mientras volteaba su cara a la ventana ignorándome completamente. O eso al menos intentaba eso.

Sabía que la ponía nerviosa.

-¿A qué hora es tu entrada?

Volteó a verme y alcé las cejas mientras por su mejilla resaltaba un bulto gracias a ella que jugaba con su lengua. Sabía muy bien lo que significaba esa expresión.

-Llegas tarde, ¿no?

Torció el gesto.

-Sólo unos minutos.

-¿Cuántos?

Resopló.

-Iba a llegar a tiempo si no rompías mi patineta.

Negué. Tonta por todos lados pero aún así de tonta no me la quitaba de la cabeza.

-¿Te teñiste?

Bajó su cabeza a su cabello largo, y ahora negro.

-Lo oscurecí.

Asentí, hacía resaltar más sus enormes ojos azules. No sabía porque se lo teñía, ella tenía un hermoso cabello castaño en ondas. Aunque no le quedaba mal.

-Pensé que no regresabas hasta dentro de dos semanas.

Mordí mi labio nervioso. Cierto, el viaje se acortó y no fue porque la hubiera extrañado tanto, no haya dejado de pensar en ella, que haya estado desesperado por verla de nuevo. Y mucho menos fue porque me enfermé de la noche a la mañana casualmente en un lugar donde el sol parecía estar presente hasta en las noches. Y que posiblemente llamé avisándole eso a mi padre y él nos hizo tomar el primer vuelo a casa cuando Thomas me dijo que se me pasaría.

-No estaba tan divertido. -encogí los hombros.

Erika asintió y trató de ocultar su sonrisa aunque fracasó enormemente.

-Bueno, estamos aquí.

Estacioné en la acera y una figura masculina se me hizo conocida.

-¿Brenton?

Brenton agrandó los ojos.

-Co-Cole.

Estreché los ojos.

-¿Qué haces afuera?

Brenton miró a Erika y al parecer ellos tenían una telepatía extraña ya que la cara de Erika dejó de tener esa expresión confundida.

-Ah. Él es tan buen primo que me ha estado esperando y ...

-La verdad -exigí-. Recuerden que ambos son mis sobrinos.

Me arrepentí en decir eso cuando me di cuenta de lo asqueroso que sonaba decirle a Erika "sobrina".

-Me botaron de clases.

-¿Cómo?

-Puede que un compañero me haya estado molestando y posiblemente le pegué. Sólo es una posibilidad.

New GreyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora