Capítulo Once - Pasará lo que debe pasar.

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La ceremonia fue aburrida para algunos. Triste para otros pocos pero emocional para casi todos. Era común ver a parejas así casarse todo el tiempo pero no había una buena explicación del porqué Noelle y James eran diferentes. Todos lo sentían pero no sabían por qué.

Si diera los detalles del festín, sería un tanto aburrido, pues ¿qué puede haber de interesante? Todo marchó conforme al plan. La ceremonia había dado comienzo al medio día, ahora estaba por atardecer. No había planes para salir de viaje. Londres era una opción.

Sí algo habían conocido de Noelle era que al atardecer, ella simplemente se aburría. No importaba donde fuera, o con quien estuviera, así que ella y su nana entraron a la casa para poder irse.

— ¿Qué pasará esta noche? —preguntó Noelle mirando por la ventana.

— ¿Qué quieres que pase? —le contestó su nana.

—Dicen que en la noche de bodas… debes consumarlo… ¿qué significa?

—Mi niña, creo que ese tema ya lo habíamos hablado hace un par de años… sabes lo que es… no me vengas con juegos Noelle.

—Lo sé, perdona —resopló molesta—. Es sólo que… no se qué hacer…

—Deja que las cosas pasen por sí solas, pero si tú no quieres… no te sientas obligada…  

—Nana… no ayudas en estos casos —dijo en tono de burla.

—Lo digo en serio…

—Nana… quédate tranquila… ¿te veré por la mañana?

—Probablemente, si es que no tienen otros planes… ahora, sal y despídete de tus padres.

La joven le dedico una sonrisa y tomo una pequeña valija saliendo de su habitación. Los invitados estaban aún en el jardín, disfrutando del festín que los Moran habían preparado. James la esperaba sentado en la sala, la señora Honington mando a llamar a los padres de Noelle y los señores Nicholls.

— ¿Tenemos algún tipo de plan? —Preguntó Noelle sentándose a lado de James—.

— ¿Plan? Amor, jamás pensé que tú me dijeras eso… ¿Qué paso con el factor sorpresa?

Factor sorpresa. James había vuelto a ver la cara de aventura de Noelle, curiosa de nuevo. Las “despedidas” no fueron largas, de hecho, nadie tenía nada más que decir pues ya todo se había dicho. Tomaron uno de los autos que habían alquilado y simplemente se fueron… como si nada hubiera pasado… El miedo de ambos se había desvanecido, como si sólo fuera una forma de negar lo que en realidad deseaban.

Después de un par de horas en el camino, James llevó a su ahora esposa donde vivirían. Aquella casa que le dieron a James por ser parte de la milicia, aquel lugar sería su hogar ahora. Dejaron el equipaje en la cajuela, sólo había sido una parada para descansar.

En los planes de James sólo era poder dormir junto a ella como solían hacerlo en veranos anteriores, sólo dormir. Los planes de Noelle eran los mismos pero ambos sabían que algo debía pasar y aunque los dos lo querían, no sabían cómo pedirlo sin que fuera una orden o algo que no quisieran hacer. Cuando entraron a la cama, Noelle se recargo en su pecho, como siempre. James sólo la abrazo. Ella lo miró, sonrió y lo besó. Aquel beso fue primordial, la respuesta una pregunta que jamás se hizo. El miedo, el nerviosismo volvieron a posarse en los cuerpos de ambos y en sus mentes.

El instinto fue quien tomo las riendas de asunto. James se movió hasta quedar encima de la joven, sus besos bajaron hasta su cuello y podía sentir los latidos de su corazón, acelerándose poco a poco. Sus manos se introdujeron hacía la ropa que llevaba puesta, frotando su espalda y alzando la blusa. Noelle miró a James quien sólo la admiraba con una sonrisa en el rostro. Busco sus labios y lo beso dejando que la intensidad aumentara entre sus besos y caricias. Poco a poco, sus besos pasaron a segundo grado, dejaron de ser intensos y sólo eran lentos, los dos ya estaban desnudos en aquella habitación que era testigo de ello.

Por un momento no hicieron nada. El silencio estaba en toda la habitación. Noelle miró de reojo a James, quien se había recostado a su lado y parecía nervioso. Ella también lo estaba pero ya estaba experimentando el deseo. Su mano acarició su pecho, él la miró. Ella comenzó a besarlo y se puso encima de él sin dejarlo de besar. Entre su miedo y su deseo, simplemente lo miró…

<< ¿Estás seguro de hacerlo?>> pasó por su mente al mirar a la chica. Sabía que tenía que pasar. 

Diario de Amor (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora