Capítulo Tres - Feliz cumpleaños, Noelle.

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Tomó el brazo de James, le dio a cargar las cosas y se despidió de su nana agitando la mano en el aire. Se veía que quería salir de ahí. James le dio una última mirada a la señora Honington y ésta articulo con los labios "cuídala".

La joven pensaba que era una de sus historias vueltas realidad y eso era lo que James quería. Cuando ella era aún más pequeña, Noelle se la pasaba hablando de sus sueños y anhelos. Su nana los escuchaba todos los días a cada hora. Una historia era recurrente casi a diario.

—Nana ¿sabes que me gustaría hacer para cuando cumpla dieciséis? Sé que aún me faltan seis años pero papá siempre dice que es mejor planear con tiempo que esperar un ataque sorpresa. He leído Romeo y Julieta; quizás no quiero a un Romeo pero si salir de esta casona y ser libre por lo menos un día. Disfrutar lo que hay alrededor de esta propiedad.

Esa noche, Noelle escribió todo sobre aquello. Su nana solía recoger su diario todas las noches, pues se quedaba dormida pero esa noche fue diferente. Por primera vez, su nana leía lo que la niña había escrito.

"Aquella Noche Buena, cuando le pregunte a mi nana cuantos años tenía Julieta cuando conoció a Romeo, si tenía una respuesta pero aún es confusa... no puedo sentir esto... y quizá este confundida. Mejor dicho, estoy zafada del cerebro.

Cuando cumpla dieciséis, aunque sea un sueño absurdo, pero cuando haya encontrado a un buen chico, me gustaría pasar un día, lejos de aquí... escapar como Romeo y Julieta..."

Esa era una historia que James conocía a la perfección. La joven lo hablaba como sí él no fuera más que otro miembro de su familia pero él tenía otros planes. Quería que la sorpresa fuera una situación como ella lo soñaba. Una situación en donde sus padres no supieran o al menos una parte del regalo y lo demás lo sabría su nana. James planeaba hacerlo como ella quería pero algo lo hizo cambiar de parecer. Noelle ya no era una niña, era una hermosa jovencita. "Es absurdo" pensaba el joven cada vez que la veía.

—Absurdo. Todo esto es absurdo. Es una niña... ¿Lo es, James? No lo sé, dejo de serlo. Quizás me ha contagiado su fiebre hacia Romeo y Julieta y me haya enamorado de ella, perdidamente qué no existe una razón para no hacerlo.

El chico solía hablar mientras escribía. ¿Enamorado? Quizá lo estaba pero se prohibía aquellos sentimientos. Su padre era militar, el padre de Noelle era Militar... sabía lo que era preocuparse de más cuando su padre no estaba y ver la angustia en los ojos de su madre que le decía "todo va a estar bien" sin que en realidad pueda pasar. James no quería darle eso a Noelle. Ahora él quería ser militar. Servir a su país por el simple hecho de la forma en la que lo educaron y era "Da todo por tu patria".

Dos días antes del cumpleaños de Noelle, James fue a la casa de los Moran. Les dijo que le tenía una sorpresa junto con su nana, sólo para ella, cerca del río. Haciéndoles prometer que no le dirían nada a ella. El señor Moran dudó un poco pero fue la madre, que con una sonrisa accedió. También lo planeo con la Señora Honington.

—Sólo necesito que limpie el lugar. Nos de comida y cobijo y el resto yo lo hago.
— ¿El resto? –La señora frunció el ceño- Dígame ¿Cuáles son sus intenciones con Noelle?
— ¿Intensiones? –Sonrió de forma burlona- No tengo malas intensiones, más que darle el mejor regalo de cumpleaños. Lo que ella quiere... Usted es su nana, debería comprender que no todos los días se cumplen dieciséis. Es algo que ella quiere desde hace años y yo... quiero hacerlo realidad.

La anciana dudó un momento. Asintió con la cabeza y refunfuñaba al mismo tiempo.

Una vez que llegaron al río, Noelle parecía la niña de siempre. Hiperactiva y curiosa, sedienta de aprendizaje y de aventura. James acomodó una de las mantas debajo de un árbol del cual brotaban flores moradas. El sol brillaba a su máximo esplendor. El río hacía que el aire se humedeciera y fuera cálida la temperatura. Noelle sumergió sus pies en el río mientras dibujaba en su diario. James sólo la observaba y escribía.

"Junio 20, 1910.

Es el cumpleaños número dieciséis de Noelle. Como lo he dicho antes, dejó de ser la niña que encontré en la biblioteca. Claro, sigue siendo la misma persona pero algo diferente hay en ella.

Es como una flor y, sé que suena absurdo pero, aunque no haya abierto sus pétalos por completo, lo que puedo ver es una joven de hermosa sonrisa que me incita a sonreír junto con ella. Su cabello es largo y un poco ondulado. Sus ojos azules, en serio hacen que te hundas en ellos y puedas ver que aún es inocente, qué aún es una niña pero el tiempo dice lo contrario.

La niña que encontré en la biblioteca se convirtió en la dueña de mi corazón pero ella no lo sabe aún. ¿Me corresponderá? Siento que somos de la misma familia. Yo la veía como una hermana menor y ella como su hermano mayor... he aquí el dilema. Ella se volvió en lo más importante que siempre quiero verla, escucharla y en mis deseos más profundos... quiero hacerla mía.

De nuevo he decir que son sólo deseos profundos, pues la respeto, como un militar respeta su uniforme..."

Noelle se acercó y bajó el diario de James para que pudiera verla.

— ¿Nos quedaremos aquí o iremos a explorar? –sonrió mientras James se levantaba.
—Disculpa, pensé que querías quedarte aquí...
—El día es joven... nosotros también... ahora... vámonos.

La chica se sostuvo del brazo a James, éste guardo su diario en el bolsillo derecho de su pantalón. Noelle parecía una niña, curioseando, reaccionando y viviendo el momento. James no podía esconder la sonrisa de su rostro, estar con ella en ese momento, era como un sueño.

El bosque era un poco inmenso, oscuro en algunos lados pero claro la mayor parte. Noelle se había preparado para esto desde pequeña. Subió los arboles con cuidado, dibujaba lo que podía, después bajaba y repetía el ciclo. James sólo trataba de recordar cada momento para después escribirlo en su diario.

Comenzó a oscurecerse cuando decidieron volver. Noelle estaba tan cansada que James la cargó hasta sentarla sobre la manta debajo del árbol. Ella sonrió y dejó su diario en el pasto y saco sus botas para poder descasar. James encendió una fogata y preparaba algunos sándwiches con lo que la Señora Honington había puesto en la canastilla. Cuando terminó, se sentó a lado de Noelle, dándole algo de comer.

— ¿Qué tal? –Preguntó James después de un rato-
—Nada mal. Nana los hace mejor, pero fue un buen intento –sonrió incrédula.
—No me refiero a los sándwiches. Tú regalo...
—Oh, pues... estuvo bien. Al principio pensé que me quedaría en casa y que mis padres me harían una cena enorme. Después pensé que le ayudaría a limpiar la cabaña pero esto, es como lo quería...
— ¿De verdad?
—Eso creo... siempre soñé que sería con... alguien más –fulmino a James con la mirada sonriendo divertida-. Es broma... no conozco a nadie más que a ti, así que estuvo bien pasarlo contigo.
—Noelle, me habías asustado –río sin quitarle la vista a la joven-. Feliz cumpleaños.

Noelle recargo su cabeza en el hombro de James. Por un tiempo así se quedaron. Observando la noche y escuchando el sonido de la naturaleza. Al poco rato, Noelle se quedo profundamente dormida. James la acomodo de un modo que no la despertara. Tomo su diario y comenzó a escribir.

"¡Funciono! Jamás pensé que funcionara. Su rostro irradiaba felicidad y para ser honesto, verla en ese estado me hizo sentir completo.

Cuando yo tenía su edad, no pensaba de todo en las mujeres y el amor. Tenía una idea pero era muy fantasiosa, típica de un adolecente. Ella es así... y yo, bueno yo tengo veintitrés. Según mi padre, a esta edad el ya pensaba en el matrimonio con mi madre.

Quiero a Noelle como mi esposa, la amo. Quisiera ver su sonrisa todas las mañanas y ser yo el causante de que tan bella risa salga de ella. He sido su compañero y cuidador todos estos años pero quisiera ser su compañero por las noches, cuidarla sin límites de tiempo. Pero vuelvo a lo mismo... dudó que ella sepa que todo lo que hago es porque en realidad la amo".

Diario de Amor (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora