Capítulo I: El inicio.

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Era una tarde de mayo del año 2012, apenas abría mis ojos debido a la luz del sol que pasaba por la ventana. Había pasado toda la noche anterior jugando en mi computador y conversando con mis amigos mediante Facebook, en ese entonces era uno de mis más grandes vicios; de los cuales, me iría alejando con el pasar de los días.

Esa tarde me encontraba solo en casa, mi madre había viajado junto a mi hermano por unos días. Lo mejor que me podía haber pasado, creo.

Estaba muy relajado, sin los gritos de mi madre ni los arrebatos de furia provenientes de mi hermano menor, John. Me levanté de mi cama y fui a la cocina.

Busqué en el refrigerador algún alimento para saciar mi hambre. Tenía varias horas sin digerir algo.

Mientras estaba sacando un paquete de salchichas de la nevera, pensé en fijar mi vista al reloj digital que se encontraba arriba de la cocina. No me había percatado de la hora, eran las 4:17 pm. Perdí las clases de ese día, se suponía que debía haber ido al mediodía.

Mis turnos escolares eran a partir de las 11:50 am hasta las 5:45 pm.

Me pareció raro el hecho de que no me haya llamado mi madre, debido a que siempre que había alguna falta, los directores y coordinadores llamaban al representante y este seguidamente me reclamaba la falta.

En fin, lo tomé como un toque de suerte. Puse las salchichas a freír en una sartén y comencé a cortar unos panes por la mitad: quería preparar unos ''Hot's dogs'' 

Mientras las salchichas se freían, quise buscar mi teléfono para mandarle un mensaje a Christian, un compañero de clases, para saber que hicieron en todo el día.

Al fijarme en mi celular pude observar que tenía varias llamadas perdidas de una amiga, Sophie. Se me hizo muy extraño, ya que la mayoría de las veces ella siempre se comunicaba conmigo a través de mensajes de texto o por WhatsApp.

Le marqué y de inmediato contestó.

— ¡¿Dónde estás Kyle?! —me preguntaba Sophie, bastante alterada al parecer.

— Me encuentro en mi casa... ¿Qué pasó, por qué me llamabas tanto? —respondí. Ya me estaba preocupando por la forma en que me hablaba.

— Ha pasado una tragedia... —dijo en voz baja—, el señor George, el conserje... ha fallecido.

— ¡¿Cómo sucedió?! —pregunté casi gritando, me desconcertó por completo.

— Pues, al parecer, fue asesinado... —respondió con zozobra—, específicamente... decapitado.

— No puede ser... ¿nadie más salió herido? —pregunté. Ya supe el por qué no avisaron a mi madre de mi falta: estaban ocupados con esa situación.

— No, todos estaban en los salones cuando lo atacaron —respondió. Mientras me hablaba se escuchaban las sirenas de la ambulancia en su fondo—. Tengo que cortar. Te llamo luego.

— Vale, Sophie. Ten mucho cuidado... —respondí. Seguido de esto, solo quedó el inquietante tono de un corte de llamada.

Me era muy preocupante saber que una persona murió dentro de un instituto de manera tan hórrida y escalofriante, más aún si es la institución donde yo estudiaba.

Debido a la noticia, mi apetito se fue por completo. De todas formas no iba a poder cenar bien, las salchichas se quemaron durante mi conversación con Sophie.

Agarré el mango de la sartén, y eché las salchichas o lo que quedaba de ellas en una bolsa de basura. Quise ir a mi habitación y dejar la cena para otro momento.

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