Mi vida había estado llena de felicidad y emociones, desgraciadamente, mi vida acabó con 21 años.
Todo terminó con el cumpleaños de mi bellísima y maravillosa novia, María. Ahora puedo recordar todo el amor que sentía por ella. Era tan maravilloso pasar los días simplemente mirando sus ojos, sus labios...
Al terminar la fiesta que organizamos para mi bella amada en su casa me despedí de ella como siempre y bajé a la calle para irme a mi casa. Pero la mano negra del destino tenía otros planes para mí.
Al otro lado de la calle me esperaba Marina, una de mis mejores amigas, que esperaba a que cruzase para saludarme y pasear un rato a Bady, su precioso beagle, juntos.
Pero cuando me disponía a cruzar la carretera, un coche que no pude esquivar acabó con mi joven vida y, junto a ella, con mis amistades, mis estudios, mis planes de futuro.
Después pude observar cómo Marina gritaba de horror mientras se acercaba corriendo a mi cuerpo maltrecho. Oía gritos de todas direcciones y una ambulancia intentó reanimarme. Yo seguía sintiendo todo lo que me rodeaba, pero parece que todo el mundo me daba por muerto.
Muy lentamente mis sentidos empezaron a nublarse. Sólo podía escuchar un pitido agudo y sordo, todo se volvió borroso y mi cabeza empezó a dar vueltas hasta que llegó el fin. La nada. El vacío.
De pronto, una luz pequeña empezó a borbotear a lo lejos, no alumbraba nada, pero me daba esperanza y calor: justo lo que necesitaba. La luz empezó a crecer lentamente y comencé a escuchar alguna cosa.
Después de un rato mis sentidos se agudizaron de nuevo, pero de una forma distinta, etérea, sobrenatural. Mis pies no rozaban el suelo, mis pulmones no se hinchaban, mis piernas no se movían. ¿Era un fantasma?, ¿un espíritu inerte? Al rato dejé de buscarle un nombre y afronté mi condición.
Me encontraba en el lugar de mi muerte, en el cruce de enfrente de la casa de mi novia. Mi cabeza se regó con los recuerdos de mi novia, no podía parar de pensar en cómo estaría cuando se enterara.
Floté hasta su habitación en lo más alto del edificio y entré a verla. No había nadie en su habitación. Me dispuse a buscarla por la casa. No duró mucho mi búsqueda al hallarla junto con Marina en el salón, llorando. Estaban hablando de lo sucedido.
No podía soportar ver a mi tierna María tan triste, y derepente, algo me sacó del trance al que las saladas lágrimas me tenían inmerso. Los ladridos de Bady ensordecían mis pensamientos y molestaba a mi cerebro. Fue tan intenso el ataque que tuve que huir, dejando atrás a mi bella compañera.
Salí de aquella esfera que contenía mis recuerdos, había tenido suficiente.
Algo tenía que hacer para aliviar a mi triste María y que dejara de sufrir. La amaba tanto que el simple recuerdo de su llanto me hacía sentir enfermo, cansado, triste, incluso donde los sentimientos han dejado de existir.
¿Han dejado de existir... verdad?Algo me abstrajo de mis pensamientos y me giré a ver de que de trataba. El minotauro esperaba paciente a que yo reaccionara y preguntara lo que fuera. Y creo que él también había estado en la esfera de mis recuerdos.
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El Sueño de un Enamorado Crónico
Short StoryEsta es la romántica historia que te deja enamorado de la idea del amor. El arma definitiva de cupido, el designio de los dioses, o tal vez el destino. Desearás enamorarte de esa persona que sabes que existe, sólo para ti, sólo con el propósito de q...