El director me llevó a su despacho. Todo el camino lo empleé en pensar todo lo que le iba a preguntar, pero al sentarme en el sillón de su despacho sólo me acudió una duda a los labios:
"Antes ha dicho que no a todos se les daba su esfera de recuerdos... ¿por qué a mí sí?""Es por tu alma, me temo que es un alma fusionada, un alma unida a otra alma. Tenías derecho a saber quién era la otra mitad y bueno, ahora ya lo sabes"
María era parte de mí, su alma era la razón de mi existencia, mis recuerdos tomaron sentido y mi corazón tomó conciencia de su existente lazo. Un lazo que el destino selló con otro corazón, similar en forma pero igual en fuerza y sentimientos. Éramos almas gemelas.
"¿Somos almas gemelas desde que nacimos o este sello de amor eterno lo hemos creado nosotros?"
Al minotauro pareció hacerle gracia mi pregunta y me miró con ilusión y compasión.
"Sois almas gemelas desde hace siglos, pero recuerda que vuestros recuerdos se borran al reencarnaros"
Ya empezaba a asimilar todo lo que me decía pero que ya estuviera destinado a encontrar a María y a enamorarme de ella me había descolocado. ¿Toda mi vida estaba planeada? Se lo pregunté al director y éste no me dió respuesta. Sólo me dijo que tenía a mi disposición un centro de estudios y conocimiento y que no tuviese prisa.
Salí del despacho y me dispuse a entrar en todas las aulas que pude. Conocí a todo tipo de almas humanas y mitológicas, canté con las sirenas y reí con los faunos, les conté cuentos a las hadas y corrí junto a los centauros, pero nada podía borrarme a María llorando en mi cabeza...
Necesitaba ver a María feliz, necesitaba que dejara de sufrir por mí, quería que estuviese tranquila, que el paraíso la esperaba con los brazos abiertos y yo estaría amándola para siempre.
Quería mandarle un mensaje a María. Y le pedí ayuda a un cíclope que enseñaba a los espíritus a materializarse, mover objetos y bajar al mundo terrenal. Y este me dió unas cuantas clases para poder dejarle el mensaje que quería.
Tras unos cuantos ensayos y recibir unos consejos sabios de varias almas que me observaban, me dispuse a materializarme y hacerle una visita a mi amada María. ¿Cuánto tiempo había pasado?, ¿meses?, ¿años tal vez?
Debía dejar de pensar en ello, debía concentrarme en bajar a la tierra, salir del paraíso.
Poco a poco fuí visualizando mi objetivo y estiraba mis brazos para agarrar la dulce luz que empezaba a vislumbrarse a lo lejos. ¿Era la tierra? Fuera lo que fuese me estaba acercando cada vez más. Parecía un viaje largo, pero cada vez estaba más cerca.
Empecé a oir sonidos que reconocía: pájaros, niños y viento. Poco a poco ví formas y colores y después de un rato pude distinguir el rostro de María. No era un rostro triste, pero le faltaba algo. Le faltaba amor.
ESTÁS LEYENDO
El Sueño de un Enamorado Crónico
Short StoryEsta es la romántica historia que te deja enamorado de la idea del amor. El arma definitiva de cupido, el designio de los dioses, o tal vez el destino. Desearás enamorarte de esa persona que sabes que existe, sólo para ti, sólo con el propósito de q...