Puedo verte dormir, descansar tiernamente tumbada en el lecho del purgatorio. Donde yo veía una alfombra de césped cuidado y sedoso, tu verías un suelo frío y pétreo, incómodo y raro.
Primero te asustarás, y luego pasarás por todo el recorrido que tuve que pasar yo. Descubriendo tu condición inerte, tu alma eterna y los extraños edificios que se alzan ante ti. El director hará sanar tu visión y al fin podré verte... aunque... no te acordarás de mí.
La idea me estremeció. Pensé en hablar con el minotauro, pero estaba en su despacho, clausurado, esperando pacientemente la llegada de la nueva huésped del paraíso.
"¿Qué puedo hacer?" Pensé varios planes para recuperar sus recuerdos: ir al despacho del director y pedirselos o robarlos. Puedo contarle todo y esperar que lo recordara. Estaba hecho un lío.
Un zumbido leve pero intenso cruzó mi alma e hizo estremecer hasta el último de mis pensamientos. Al fín habías despertado.
No me veías, ni me podías sentir. O eso creía yo. Alzaste tu mirada envenenada con la mentira y dijiste mi nombre. Alto y claro. Regaste mi alma como la lluvia a los jardines, y mis dudas se disiparon.
Una luz alumbró tu pecho con el mismo color escarlata que reflejaban tus labios cuando la vida te inundaba. Reflejados en tus ojos ví esa misma luz en mi pecho. Nuestras almas se habían encontrado.
Tus ojos sanaron de su engaño. Tus recuerdos se unieron a los míos en medio de un torbellino. Un torbellino de aromas suaves y colores cambiantes y brillantes. Parecía hecho sólo para nosotros.
Nuestras almas se unieron al fín en un vergel de paz y humanidad, calida y tiernamente.
"No importa lo que pase, las almas son eternas" dijimos al mismo tiempo. Sonreímos. Después nos fundímos en un beso que recordaría a todo ser lo que realmente significa estar enamorado.
Tardé cierto tiempo en mostrarte todo, que conocieras a todas las almas que conocía y que entendieses la realidad del mundo que ahora te acunaba. Pero no me importó el tiempo.
Descubrimos una biblioteca que contenía entre las páginas de sus tomos infinidad de historias de personas reales del mundo de los vivos.
Descubrimos que Marina, la amiga que me vió morir, fue muy feliz el resto de su vida, conociendo a una persona magnífica que la entendía y la amaba. Era un hombre que tenía sus rarezas y pensaba que todo el mundo se reía de él, pero Marina aprendió el idioma de signos y vivieron felices para siempre.
También indagamos en vidas de familiares, desconocidos y famosos. Era como leer biografías verídicas y personales de personas que nos importaban o nos entretenían.
Cogimos nuestros libros, los que contaban nuestras andanzas y aventuras. El tomo de María era sensiblemente más grueso, pero no me importó.
Estuvimos recordando toda nuestra vida juntos, nuestra infancia, lo que sentimos al conocernos...
"María, quiero vivir de nuevo otra vida como la que dejamos atrás." Dije con cierta melancolía. "En este mundo no podemos avanzar más. Sin emociones, sin aventuras, sin retos ni metas... reencarnemonos y vivamos otra vida llena de deseos imposibles y compañías deshonestas. Quiero sentir mi carne rasgarse cuando me caiga y mis huesos romperse cuando me tropieze. Quiero sentir el calor de tus labios y el murmullo de tu aliento. Quiero sentir el agua deslizándose por mi cuerpo y el calor tostando mi piel. Quiero revivir en un cuerpo cerca de tí."
María, con un gesto melancólico me abrazó con cariño y asintió con la cabeza. Quería vivir.
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El Sueño de un Enamorado Crónico
Short StoryEsta es la romántica historia que te deja enamorado de la idea del amor. El arma definitiva de cupido, el designio de los dioses, o tal vez el destino. Desearás enamorarte de esa persona que sabes que existe, sólo para ti, sólo con el propósito de q...