Capítulo 3

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Sasha abre los ojos a más no poder, como si hubiesen dicho algo prohibido, un secreto que nadie debe conocer.

— ¿Novio? —pregunto.

No sabía que Sasha tuviese novio. No sabía que aquí pudieras tener algo como eso.

—Sí, Frank. —responde Clover mientras se quita el mono de entrenamiento, al igual que Barbie.

Sasha enrojece tanto o más que un tomate y sale corriendo de la habitación. Supongo que realmente son novios, ella irá a verlo ahora. ¿Eso ayudará a ambos a soportar esta tortura a la que están sometidos? No es justo. No es justo que nos obliguen a hacer esto, aunque yo aún no haya hecho nada.

—Chicas, a la ducha —anuncia Clover—. En una hora cenamos y hay que estar limpios, son las normas. Mañana será tu iniciación. —me dice, al ver mi gesto interrogante.

—Ah —respondo—. ¿Iniciación?

Comienzo a quitarme el vestido, que parece mas bien un montón de tela sucia sin forma alguna.

Suelto un gran suspiro pensando en todo lo que me ha pasado en las últimas veinticuatro horas: secuestro, banda de ladrones, el chico peligroso, casi muero y… eso de la iniciación.

En el baño hay tres duchas al fondo y muchos espejos y lavaderos. Cada una nos duchamos en uno de los compartimentos.

Nos sentamos a la mesa en un comedor grande, conozco a todos los chicos y a Trenk, ese hombre que me llevó a la sala de entrenamiento, pero las otras dos personas me son desconocidas. Hay una mujer rubia y alta, a la que todos llaman Wilda; también, junto a Wilda, se encuentra un hombre de pelo canoso y ojos azules, llamado Nash. Nash parece ser el que dirige realmente todo esto. Es el que más respeto me impone. Parece amable, pero es estricto y todos parecen temerle.

Me siento algo incómoda, a pesar de que la ropa que llevo no lo sea, es todo lo contrario. Clover me enseñó mi armario y resulta que tenía ropa dentro, que según ella nos dejan cuando somos nuevos, después hay que ganársela. Llevo puesto un vestido azul claro con círculos blancos que me llega por las rodillas, muy bonito.

Miro a todos los comensales y mi mirada se centra en Daniel, el “chico peligroso” me ha salvado de algo que ni siquiera sé lo que es, y por eso estoy agradecida, aunque me siga dando algo de miedo.

La cena está deliciosa, aunque no es nada muy elaborado. Pollo, arroz y patatas al horno. Tengo muchísima hambre, como si no hubiera comido en un mes.

Dirijo mi mirada al comedor. Esto es lo más raro que he visto en mi vida, estamos aquí por obligación, pero nos tratan como a reyes. No lo entiendo, o al menos mi cabeza no da más por hoy.

Frank y Sasha están sentados uno junto al otro. Parecen estar haciendo manitas bajo la mesa. Sonrío con algo de anhelo en mi interior, yo he dejado a alguien atrás y sé que nunca volveré a verlo, ellos me dan envidia. Yo he dejado a Rick.

Tras la cena, Barbie, Sasha, Clover, yo y los chicos, menos Daniel, volvemos caminando juntos hacia nuestras habitaciones. Es muy embarazoso, porque Matthew no habla mucho —no habla nada, en realidad— y me acabo de convencer de que lo de Sasha y Frank no es una broma, porque se pasan todo el trayecto haciendo… cosas de pareja.

Samuel, que es el único que parece normal en éstos momentos, se coloca a mi lado y charla conmigo.

—Y dime, Kira, ¿cómo era tu vida antes de esto? —pregunta.

—Hmmm… bastante buena —respondo—. Digamos que tenía la vida que todos quisieran tener y nunca me di cuenta hasta ahora.

— ¿Y te has dado cuenta en seis horas? —pregunta, con un tono burlón. Yo me río.

Trapped: Dark eyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora