Bajo las anaranjadas luces que precariamente alumbran las abandonadas calles cercanas al cementerio,avanzo tan rápido como me es posible, a mi alrededor solo puedo escuchar mis apresurados y torpes pasos, que retumban y vuelven hacia mí.
La ciudad ya se sumió en un invernal descanso. De algunas casas aledañas puedo observar como de sus chimeneas se desprende humo, y el placentero olor a fuego puede percibirse en el aire.
Pese a que esta zona de la ciudad es carenciada, todo parece ser confort a mi alrededor en esas pequeñas"casuchas" donde todos parecen estar seguros, en cambio yo, yo he perdido lo poco hermoso que tenía en ésta vida, ya no existe para mí una zona de seguridad y confort, solo existe la inmensidad de mi vacío, no hay demonios, no hay ángeles, no hay voces ni pensamientos, solo estoy yo y la nada.
Con cada accidentado paso que doy me aproximo aun más a lo desconocido, cada paso que doy me aleja un poco más del último retaso de humanidad que mi alma tenía. No sé si soy un asesino, o presencié algo tan horrendo que mi propia mente me bloqueó, lo que importa ahora es llegar a mi habitación y entregarme a los placeres de dormir, quiero estar en ese mágico mundo por siempre donde los problemas se esfuman, donde no puedo dañar a nadie, y donde no existen miradas que me juzguen, solo mi mente y yo.
Alessandro tuvo que caminar varios kilómetros para llegar finalmente a la pensión que tenía por casa, atravesó diferentes calles, evitando siempre las principales y mejor iluminadas, tomando en cambio las que tenían casi nulo alumbrado. A medida que avanzaba la noche, era más improbable encontrarse con otra persona, y cuando eso sucedía, era en forma de siluetas oscuras que a la distancia se alejaban ante el temor de que fuera un asaltante, por lo que logró pasar desapercibido, el viaje fue de unas tres horas de caminata incesante en aquella decadente ciudad, y cuando la madrugada ya regentaba en todo su esplendor Alessandro se vio frente a aquella fachada antigua, con aquella gran puerta de madera tallada, y ventanas grandes con verdes persianas,había llegado a su casa.
Todos los habitantes de la pensión parecen estar dormidos en sus habitaciones, desde el recibidor de la antigua pensión me dispongo a llegar a mi habitación por los pisos de madera ya curtidos por los años, la primera puerta por la que debo atravesar es la cocina, donde no parece haber nadie, enseguida de la amplia cocina debo caminar por un corredor con paredes manchadas por la humedad, antiguos cuadros de paisajes, donde están las diez habitaciones. Paso una por una las puertas de las diferentes habitaciones, hasta la del final del pasillo que es la mía.Logré atravesar con éxito el largo corredor, intento abrir la puerta con mi llave de la manera más discreta posible, y justo cuando estoy por cumplir mi cometido,siento el rechinar de una puerta detrás mío, cuando me vuelvo con el temor de ser visto en la oscuridad del pasillo veo como de una puerta entreabierta una mirada se posa en mí apenas alumbrada por una tenue luz que provenía de la habitación, que al ser descubierta cierra la puerta súbitamente. No conozco la persona que renta ése cuarto que hasta donde a mi me concierne, estaba vacío desde hacía semanas, ya no tengo fuerzas para averiguar que es lo que vio.
Una vez adentro de mi habitación me dispongo a bañarme, pero el cansancio, la confusión y la melancolía me obligan a quitarme la sangre, arrojar la remera a uno de los costados, y tenderme en mi pequeña cama que está en el centro de la habitación, frente a la única ventana de la habitación, que dispongo a cerrar, cuando todo es oscuridad, y siento que la fuerza abandona mi cuerpo, deseoso de reposar, ruego una especie de plegaria casi murmurada: -Por favor, si existe un ser que sea superior a todo, y es misericordioso como te pintan, no me dejes despertar para vivir otro día. Solo quiero dormir por siempre.
Cuando por fin estoy en ese estado en el que no estoy dormido, pero tampoco despierto, comienzo a sentir otra presencia en mi habitación, pese a que estaba oscuro, pude sentir con horror el sonido de pasos, y pude sentir claramente como alguien posaba su mirada directamente en mí. Horrorizado intenté moverme, pero fue inútil, cuando vi con espanto como un negro espectro, reptaba por la habitación libre dirigiéndose a mí sin respetar las leyes de la física y alternando su andar por paredes,piso, y techo, como en una grotesca danza, hasta que se plantó frente a mí inmóvil, y con una aterradora voz ronca me dijo: - Has hecho lo que te pedí Alessandro y por eso se que hice bien en elegirte- Aterrado y sin poder mover un solo músculo de mi cuerpo por alguna causa que desconozco solo pudiendo contemplar aquel espectro de pesadilla, que continuó hablándome: -Se que asesinar a tu hermana no te fue fácil, pero has pasado la prueba.
ESTÁS LEYENDO
El mundo de la mente
Mystery / ThrillerDescubre en este libro hasta donde podemos llegar en situaciones límite. Ponte en la piel de Alessandro, y desciende junto a él a un mundo de asesinatos, desesperación y locura del que no podrá salir impune. En la vida no siempre esta claro el libre...