20-El juego que no comprendes

95 7 0
                                    

.

.

.

"Unos dicen que el mundo terminará en fuego, otros dicen que en hielo. Por lo que he gustado del deseo, estoy con los partidarios del fuego. Pero si tuviera que sucumbir dos veces, creo saber bastante acerca del odio como para decir que en la destrucción el hielo también es poderoso. Y bastaría".

.

.

.

Reprimí un grito cuando de alguna forma, Diego se las arregló para quitarle el arma a uno de los chicos que intentaba alcanzarle y sin siquiera darle una mirada extra, le rompió el cuello

El cuerpo cayó contra el piso y sentí algo muy pesado en mi estómago...

No era necesario que lo matara

Solo tenía que esquivarle...

Los demás se mantuvieron escondidos en las sombras, tal vez planeando una forma de llegar hasta el asesino sin acabar como su compañero

El tiempo parecía seguir avanzando pero nadie se movía, Diego permaneció en el centro del salón, con la cabeza ladeada y los ojos cerrados

Podía percibir los deseos de atacar que él emitía, casi como un cazador a punto de atrapar una presa

En ese instante, la única chica del grupo apareció disparándole a diestra y siniestra, sin siquiera dejar de caminar hasta él

El mayor esquivó cada una de las balas sin abrir los ojos, impresionándome de inmediato

¿Poseían esas habilidades todos los que estaban en el grupo de elite?

Miré de reojo a Dimitri, que seguía sonriendo tranquilamente, como si en lugar de ver muerte, estuviese disfrutando de una película cómica

El sonido de algo rompiéndose lentamente me hizo girar nuevamente. Diego sostenía las muñecas de la chica y estaba rompiéndoselas.

Me estremecí, pero ella no emitió sonido alguno pese a que su rostro estaba rojo, en señal de que obviamente hacía esfuerzos para no quejarse, los segundos pasaron y ella simplemente bajó su cabeza, reconociendo su derrota

El asesino la miro unos largos instantes, y luego asintió levemente

Me desconcertó verla retirándose, ¿Por qué ella si podía irse con vida y el chico que yacía en el suelo no?

Finalmente los cuatro restantes aparecieron, rodeando a Diego con cierta precaución

Una parte de mí estaba segura que intentarían acercársele de uno en uno, obviamente cometí un error. En algún momento todos ellos saltaron hacia Diego y perdí el seguimiento de sus movimientos

Podía ver cuerpos moviéndose, pero no era capaz de distinguir que parte pertenecía a quien, incluso el mayor parecía concentrado, pues había dejado de murmurar los aparentes detalles de su misión para centrarse en las cuatro personas que le rodeaban.

Me sentí dividido entre el desagrado por la muerte que acaba de suceder y la fascinación por aquellos movimientos rápidos y precisos. Golpes de puños, patadas, deslizamientos de dagas e incluso aquella enorme katana que el chico rubio había escogido, todo parecía suceder al mismo tiempo y me impedía procesarlo correctamente.

El sonido de un disparo resonó por el lugar, por una milésima de segundo me preocupé por Diego, pero cuando vi caer al chico que supuestamente la cargaba, olvidé cualquier pensamiento relacionado con la salud del asesino mayor

Black ParadiseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora