Black Paradise

26-El desafío

.

.

Pareciera que estás riéndote de mí

Intento seguir adelante y soltar tu mano pero tú solo te ríes

Siento como si hubiese hecho un pacto con un demonio y ahora no sé cómo huir

Te encontré en la oscuridad y pareciera que me has jalado hacia ella

Quiero salir pero solo si es contigo

Si vas a arrastrarme al menos no sueltes mi mano

Déjame ver en tus ojos alguna verdad

Dame algo a cambio antes de que me rompa

.

.

.

-Tu espalda es sexy-

Erick se me quedó viendo desconcertado

Yo tampoco entendía de dónde había salido mi comentario pero ver la espalda de mi hermano cuando se levantaba era sexy

El rubio sonrió felinamente y se inclinó sobre mí

-¿Soy sexy?-

Asentí jadeando cuando sus manos se deslizaron bajo la camisa de mi pijama

-¿Qué tanto?-

Mi espalda chocó contra el colchón y nuestros labios se unieron, su lengua exploró mi boca dejándome un extraño sabor dulce

Varick jamás ha sabido así...

-Mucho-

Bloqueé cualquier pensamiento y dejé llevar por las sensaciones

Desde que había aceptado comenzar nuevamente una relación con él jamás habíamos hecho el amor

Él había esperado pacientemente y en el fondo yo sentía miedo ante la posibilidad que decidiera abandonarme

¿Y si de pronto llegaba a la conclusión que no valía la pena?

-Matt...-

-¿Mmmmh?-

Enterré mis dedos en sus brazos y de pronto la imagen de mi hermano fue reemplazada por la cara de Varick

"Tu cuerpo siempre contradice tus palabras... eres un mentiroso"

Le empujé con todas mis fuerzas

-No puedo-

Erick me miró desde la esquina más apartada de la enorme cama con incredulidad

-¿Hice algo mal?-

No había forma en el mundo que yo reconociera lo que acababa de pasar

-No... solo...-

Mierda... ¿Qué podría decir?

Mi hermano se puso de pie y tomó mi mano

-Está bien-

Pero su mirada contradecía sus palabras

No estaba bien, él se sentía molesto

-Lo siento- me disculpé con honestidad

No era la primera vez que pasaba

No era la jodida primera vez que le rechazaba cuando las cosas se ponían más intensas

Pero no podía...