»15: Enfermero:

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Después del desayuno no vi más al abuelo, pero no pude ocuparme en pensar en lo vacía y silenciosa que se sentía la casa sin el abuelo moviéndose de un lado al otro porque Calum llegó.

—Hola, bonito.—él se sentó junto a mi en el sofá. Tomé con fuerza las mantas que me protegían del frío que sólo yo parecía sentir.

—Hola.—respondí tajante. Miré la televisión como si fuese la cosa más interesante del mundo, aunque en parte era por la caricatura, también.

—Ya que soy tu enfermero personal; ¿deseas algo?—preguntó, estirando sus brazos sobre el sofá. Su mano tocó mi hombro.

Miré su mano en mi hombro y luego le mire a él, disparando hostilidad con la mirada, pero por Dios, no pude.

Cargaba un gorro de esos de enfermera y básicamente estaba vestido como una, claro que sin las medias y la falda, del resto el atuendo era el mismo.

—¿Qué mierda es esa que llevas?—pregunté sin contener más la risa. Él carcajeó junto a mí. Otra vez ese agradable sonido que era su risa.

—¿Qué tiene?—las risas ya habían cesado. Le miré al mejor estilo de ¿es en serio?

—Cámbiate. De otro modo haré que no existes.—ordené, mirando nuevamente al televisor.

—Igual lo haces en cualquier momento y con cualquier ropa.

Ouch.

Te pasate Luke.

Voten y comenten❤.

Un verano en 50 palabras - cakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora