»2: Temprano:

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Apenas tenía un par de días con el abuelo, y mi hora de despertar había sufrido un cambio radical. Pasé de despertar a las dos de la tarde a preparar café y limpiar la playa a las cinco de la mañana.

—¿Crees que tendré una recompensa después de esto?—pregunté al abuelo mientras recogía latas de cerveza y envoltorios de frituras.

—Tal vez pueda llevarte a tomar clases de surf con Calum.—comentó él, cerrando la primera bolsa plástica... de cinco.

—Eso parece justo.

Un verano en 50 palabras - cakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora