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No distinguí nada más que no fuese Calum. Nada que no fuese la distancia acortándose. Nada que ni fuese la ansiedad que sedaba mis sentidos.

-¡Calum!-grité con fuerzas, él giró sobre sus talones, encontrándome con la mirada. Poco me importó lo inexpresivo que se mostró.

-¿Sucede algo?-preguntó severo cuando estuve frente a él.

Asentí enfáticamente, y sintiendo el tirón de mi estómago le tomé de las mejillas rápidamente, disparándome a sus labios igual de veloz.

Nuestros labios entraron en contacto y por primera vez le estaba besando, besando de verdad, no como en ocasiones anteriores que fueron en la mejilla o simples roces.

Sentí miedo cuando no respondió, pero al sentir sus manos ceñirse en mi cintura hizo que no solo apartarar el miedo, tambien lo sentí real. Real en todo sentido.

Durante este tiempo fue esto lo que quise verdaderamente.

Sentir el lento y casi urgido movimiento de sus grusos labios sobre los mios, que por el contrario eran finos, era néctar embriagante y encantador.

-¿Qué... qué demonios es esto?-preguntó sonriente tras habernos separado. Su frente estaba unida a la mia. Mis brazos alrededor de su cuello y sus manos en mi cintura.

-Esto... esto significa exactamente eso. Que me gustas y que realmente actuaba como idiota por miedo-dije y de fondo las olas rompían delicadamente-. Pero eso ya no importa, porque esto es real. Somos reales y lo que siento por tí igual.-y sin esperar mucho lo besé nuevamente.

¿Será que le hago segunda parte a esta historia?

Voten y comenten, thanks♡

Un verano en 50 palabras - cakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora