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Abrí los ojos con pesadez, no tenía ni una pizca de ánimos para ir al colegio aquel día, en realidad justo ahora podría irme a vivir debajo de un puente con tal de no ir al colegio... Pero, por desgracia ¡En verdad quiero ser veterinario!

Me senté en la cama con lentitud y vi la hora ¡Las tres de la mañana! ¿Qué puedo hacer a las tres de la mañana?

Caminé al baño y me di una larga ducha, eso logró despertarme y darme un poco de relajación para comenzar el día, salí y me cambie para salir a dar una "caminata de madrugadores",como suele llamarlas Rapunzel, en verdad tenía ganas de salir en ese momento.

Caminé con precaución y salí del departamento para después montarme en el elevador. Ahí estaba Mérida.

—Hola —saludé.

Ella me miró algo de impacto.

—¡Hey! —sonrió—. Hola ¿Qué haces despierto a las cuatro de la mañana?

La miré y reí.

—Supongo que lo mismo que tú —contesté.

— ¿Y qué crees que voy a hacer? —preguntó arqueando una ceja.

Miré su vestimenta, jeans negros y una simple sudadera, seguí mirando para encontrarme con Angus.

—No tengo perro —afirmé—, sólo saldré a caminar.

Rió, y por primera vez dudé del encanto de su sonrisa, aunque me seguía pareciendo bella.

—Puedes acompañarnos —propuso—. ¿Verdad, Angus?

Angus me miró y se puso en dos patas para ponerse a mi altura, en verdad era un perro bellísimo. Me lamió la cara en señal de aprobación y volvió al suelo.

—Bueno, estaré encantado de acompañarlos —contesté mirando los enormes ojos de Mérida.

(...)

Caminábamos por el parque que estaba a unas cuadras del edificio, una de las ventajas de vivir en departamentos es que siempre hay un parque cerca para visitar.

Al llegar Mérida soltó a Angus y este corrió hacia los juegos como si fuese un niño, Mérida lo miraba con orgullo.

Nos sentamos en una banca y miramos a Angus tirarse de las resbaladillas, ¡era como un niño!

—¿Así que Jack se enfadó porque dejaste tus llaves en su casa?—preguntó Mérida rompiendo el silencio.

La miré.

—Algo así —susurré—, es que está en sus días y le dan los cambios de humor muy fuertes.

Reímos. Miré a Mérida, se carcajeaba, era como mirar una película, ella a la luz de la luna en verdad tenía mas encantos.

Me acerqué poco a poco a su rostro y por impulso le planté un beso, en verdad no me la creía, era la primera vez que la besaba.

Por un minuto me di el lujo que comparar este beso con los de Jack, pero me fue imposible encontrarle mejoría.

Nos separamos y abrí los ojos lentamente para encontrarme con los penetrantes y bellos ojos de Jack, hipotéticamente miraba su rostro frente al mío sonriéndome con picardía.

Parpadeé y de nuevo abrí los ojos para encontrarme con una Mérida confundida, me miraba con una ceja arqueada y una sonrisa tímida.

—¿Qué fue éso? —preguntó casi en susurro.

Reí antes contestar:

—Un beso —contesté— te acabo de besar.

Mérida desvió la mirada algo sonrojada, se levantó y palmeó su pierna para llamar la atención de Angus, el cual llegó a su lado corriendo.

—M...Me tengo que ir —tartamudeó antes de salir corriendo rumbo a casa.

Miré el amanecer sólo, de nuevo. No podía digerir que la había besado, era mi sueño desde la secundaria y ya lo había logrado.

Pero, la pregunta es:
"¿Qué sentí?"

Sinceramente creí que sería un momento mágico en el que yo le pediría ser mi novia y seríamos felices para siempre hasta que... Todo esto pasó. No fue como yo esperaba... No sentí nada.

(...)

Salí del elevador arrastrando mi existencia por el pasillo hasta llegar a mi departamento, saqué mis llaves y las miré con melancolía... Jack. Abrí la puerta y me tiré en el sofá, siendo las cinco de la mañana faltaban dos horas para que la sociedad despertara.

Prendí el televisor encontrándome con que Rapunzel de seguro se había quedado a ver la televisión en la noche, había un anime puesto.

Decidí ponerle play para mirar, era un anime de gays.

Por lo que entendí, uno se llamaba Takano y otro Onodera, Onodera no quería aceptar que amaba a Takano y Takano lo acosaba... En cierto sentido me recordaba a mi vida...mApagué el televisor al imaginarme con Jack, siendo una pareja formal...
En verdad ya no quiero pensar en él.

(...)

Rapunzel manejaba rumbo a la escuela, yo iba en la parte trasera mirando las calles, era muy rutinario en mi vida.

Una vez que apagó el auto nos bajamos de el y caminamos a donde estaban Jack y Kristoff platicando, miré a Rapunzel en busca de ayuda y la abracé.

—A noche vi tu anime —hablé cambiando de tema.

Ella se puso pálida para luego hablar:

— ¿Viste Sekaiichi Hatsukoi?

Asentí.

—¡Genial! —habló—. Bien por ti.

La miré mal, esperaba una plática larga. Saludé a Kristoff, el cual miraba su Nintendo como si este fuera la razón de su existencia, decidí que Jack no existía en ese instante y entré al plantel para ir por libros a mi casillero. Escuchaba pasos detrás de mí, pero no quería voltear, sabía que era Jack.

Me detuve en mi casillero y puse la combinación. De pronto, me estamparon contra el casillero.

—¡¿Porqué siempre tiene que ser así?! —chilló Jack tomándome por los hombros—. ¡¿Acaso siempre me tienes que dejarme tirado en el piso de algún lugar después de besarnos?!

Editado: 29 de marzo del 2016.

"Friendzone" [Hijack/Frostcup]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora