Capítulo 18

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Lena
Como nunca, estoy tranquila y sin ninguna otra cosa que hacer mas que leer.
No hay nada que disfrute mas que una buena novela, y mejor aun si la leo en mi habitación con Somebody That  I Used to Know  de Gotye ft. Kimbra. La canción va perfecta con el momento de el libro.
En la pagina trescientos veinticuatro, justo en uno de los momentos mas intensos, la musica deja de sonar y un bip-bip se hace presente.
Maldigo al idiota que se halla dignado a enviarme un mensaje en el momento mas inoportuno. Cojo el teléfono y abro el mensaje. Es de un numero desconocido. Que extraño.

«Hola Lena, ¿Como estas? Por casualidad, ¿Estas en tu casa
¿Quien mierda es? Cinco segundos después, me entra otro mensaje, del mismo número.

«Por cierto, soy  Alex»
No dudo en contestar.

«Hola Alex. Yo estoy bien, ¿Y tu? Y si, si estoy en mi casa, ¿Por que?»
Este chico me sorprende, contesta al toque.

«Estoy muy bien. :) Y te pregunto porque da la casualidad de que estoy abajo. ¿Bajas tu? O ¿Subo yo
¿Que hace Alex abajo? O mas bien, ¿Que hace un chico como Alex en la puerta de de mi edificio?

«Bajo en cinco»
Contesto, e inmediatamente me levanto de mi cama y busco que ponerme, ya que no me saque el pijama desde que me levante.

***

Alex
No es exactamente como lo soñé, pero se acerca.
Me apoyo en la pared de Strega  y juego con mi skate, con el pie.
Agradezco a Karen por haberme dado tal consejo. Sin duda me hizo entenderme y aclararme. Pero sobre todo, por darme una fantástica idea.
Es obvio que no puedo besarla hoy; arruinaría todo. Ella no tiene pinta de ser una chica que besa a cualquiera. ¿Ya habrá dado su primer beso? No lo se. Pero si no lo ha dado aun, me encantaría ser el primero. Para ello, debo hacer las cosas bien; salidas en plan de amigos. Paso a paso, poco a poco.
Quiero conocerla bien a fondo, y si para ello debo abrirme, lo haré.

***

Lena
Repaso el labial y me miro una ultima vez al espejo. Si, a veces soy una exagerada, pero nunca salgo sin maquillaje.
Cierro la puerta del armario, en donde esta el espejo y cojo el buzo de Alex. Lo abrazo y lo paso por mi nariz, por ultima vez.
Si, tengo un trastorno psicópata, y por eso amo oler la ropa con perfume de chico. Y el de Alex es exquisito.
Tomo mi telefono y me doy cuenta de que ya han pasado los cinco minutos. Salgo de mi habitaciacion y me acercó a Paula, que esta estudiando.
-Ey, Pau -le digo y ella me mira- Alex esta abajo. Tengo que devolverle su buzo -No se por que me pongo nerviosa, es solo ir a devolver un abrigo, ¿Que hay de malo en eso? Nada. Pero, ha, cierto; mi familia suele exagerar todo.
-Esta bien -dice con una sonrisa. Ella, definitivamente es la mas normal de mi familia.
En respuesta, me doy vuelta y salgo de mi departamento. Bajo a toda prisa por las escaleras y saludo al portero. El, me destraba la puerta y salgo del edificio.
Veo a Alex parado frente a la puerta.
-Hola -saludo tímidamente.
-Hola -me contesta con una sonrisa.
-Toma -le entrego el buzo y el lo toma, rozando mis brazos con sus manos. Odio lo nerviosa que me ponen los chicos- Gracias -le sonrio.
-De nada -contesta y notó que la incomodidad crece.
-¿Que haces aquí? -me ánimo a preguntar. Es obvio que yo no soy la chica a la cual todos los chicos buscan. Ni por el estilo.
-Nada… -Baja la mirada y se pasa una mano por el cabello. Este chico es igual de nervioso que yo- pasaba por aquí y pensé, no se… que tal vez, tu quisieras salir, a… el parque -este chico esta mintiendo, o no se le da hablar con los chicas. Pero, un segundo. ¡¿Me esta invitando a salir?! Se que es en plan de amigos, pero, nunca nadie me había invitado a salir.
Pienso que responder. Creó que es buena idea. No tengo otra cosa que hacer mas que leer o ver alguna pelicula. Aparte, ayer me la pase bien, a pasar de todo.
-Tengo que pedirle permiso a mi hermana -le digo y el asiente. No tengo ganas de subir, asi que toco el botón del comunicador y esperó a que Pau conteste.
-¿Hola? -dice al cabo de unos segundos.
-Pau, soy yo. ¿Puedo ir al parque? Alex me dijo que los chicos están allí.
-Ve. Pero vuelve temprano
-Ok, gracias -y corto la comunicación.
Me acerco a Alex.
-¿Por que le dijiste que nos juntamos con los chicos? -me interroga.
-Por que exageran todo y piensan mal -le cuento- En fin, ¿Que haremos?
-Primero, ¿Puedo dejar esto -levanta el buzo-  en tu departamento? -me pregunta.
-Claro -me da el buzo y yo lo tomo- vuelvo en un minuto.
-Esta bien.
Me doy vuelta y entro. Subo a toda prisa y entro a mi departamento.
-Pau, vengo a dejar el buzo -le digo y ella asiente.
Camino a mi habitación y lo dejo sobre la silla.  Abro el placard y tomo el labial y un espejo pequeño. Guardo eso y mi teléfono en los bolsillos de mi short negro y estiro el bajo de mi ombliguera.
Me acerco a la ventana y veo a Alex por ella. Esta apoyado en un árbol mirando hacia mi edificio. Sonrió y salgo de mi habitación.
Murmuro un adiós antes de cerrar la puerta de mi departamento. Bajo la escaleras y salgo del edificio.
-Ya esta -le sonrió a Alex.
-¿En que piso vives? -me pregunta cosa que me sorprende.
-En el segundo, ¿Por? -le pregunto y empezamos a caminar.
-Por que subes las escaleras, y no tardas mucho -me explica.
-Si -murmuro sin saber que decir- ¿Que haremos? -le pregunto.
-¿Te gustaría aprender a andar en skate? -levanta su skate con la mano y yo la miro horrorizada.
-Seguro me hago mierda con eso -murmuro, pero Alex me escucha y suelta una carcajada. Siento mi cara arder.
-No es tan difícil -dice, aun sonriendo.
-Creeme, seré un desastre con eso -suelto una risita nerviosa.
Aunque me gusta la idea de aprender a andar en skate, la idea de pasar vergüenza frente a un chico guapo, y seguramente mucha mas gente, no me convence.
-Tranquila -me dice y apoya una mano en mi hombro. Lo miro sorprendida y el, rapidamente, la quita- yo te enseñare, y prometo no reírme.
-Esta bien -murmuro- ¿Con una skate basta? -le pregunto y el cierra los ojos con fuerza, como si se acaba de dar cuenta que tengo razón.
-Mierda -dice y suspira- creo que tendremos que pasar por mi casa.
-No hay problema -digo y le sonrió, intentando calmar su preocupación. Seguro piensa algo como: soy un idiota.
Caminamos en silencio hasta su edificio y subimos hasta su departamento.
-Hola Lena, ¿Como estas? -me saluda Karen desde la mesa. Esta con sus hijos, haciendo las tareas.
-Hola Karen -Le sonrio- estoy buen, y ¿Usted?
-¿Ella es la novia de Alex, mama? -le pregunta la nena, que no debe tener mas de siete años. Karen sonríe.
-¿Que? No… -respondo nerviosa. Miro a Alex y el esta igual de nervioso que yo. Sus mejillas están de color rosa- soy, solo una amiga -le respondo nerviosa a la nena. Karen sonríe y Alex me toma del brazo.
-Ven -me dice y me tira del brazo. Camino torpemente hasta que  entramos a su habitación y por fin, me suelta- Elije una -me dice señalando el estante donde están todas sus skates.
Me acerco tímidamente, y noto que el no deja de mirarme fijamente. Miro el estante y veo las cuatro skates. La que el tenia ayer, es de verdad hermosa. De un lado es celeste y del otro rosa, pero tiene varios dibujos.
Hay un hueco, que es donde debería estar la que tiene ahora. Las otras tres, son lindas, pero no tanto como la primera. Miro a Alex y me hace una seña para que tome una. La que me gusta, esta muy arriba y no la alcanzare.
-Me gusta esa -digo tímidamente y la señalo- pero no la alcanzo -se ríe suavemente y se para a mi lado.
-Ya te la bajo -dice y yo asiento- Toma -me la entrega. Es mas pesada de lo que parece, pero no tanto- es mi favorita -dice con una sonrisa.
-Entonces dame la que no sea tu favorita, puede que la rompa -le digo y el se rie- lo digo en serio -digo la verdad y el suelta una carcajada.
-No la vas a romper. Están hechas para que te caigas y que no se rompan -dice entre risa.
-Si tu lo dices -contesto encogiendome de hombros.
-Vamos -empieza a caminar y yo lo sigo.

Una vez en la calle, Alex me pide;
-Ponela en el piso. Yo te ayudo a subirte.
-No. Aquí no, hay mucha gente, puedo lastimar a alguien -le digo seriamente pero el se ríe.
-No seas tan miedosa -deja de reírse al ver mi cara de pocos amigos- Esta bien, vamos al Parque Sarmiento.

***

Una vez en el parque, luego de que el me contara como se debe andar en skate y lo que puedes hacer con ella una vez que aprendes a manejarla correctamente, nos dirijimos a una parte con cemento.
-Pon la skate en el piso y dame la mano -indica. Me agacho para poner la skate en el piso y tímidamente le doy mi mano, el la aprieta y señala la pequeña cosa, con la que seguramente me gane una herida- sube uno de tus pies y apoyalo en el centro de la tabla -obedezco tímidamente y pierdo el equilibrio al apoyarme en la lija de la tabla- tranquila, sostente de mi -me indica y yo lo hago.
-No se si esto es buena idea -murmuro con voz temblorosa.
-Lo estas haciendo bien -me sonríe- Ahora, sube el otro pie -me dice con voz suave.
Subo en otro pie y pierdo totalmente el equilibrio. Pero para mi suerte, Alex me agarra a tiempo, evitando que mi rostro de en el piso. Una situación irreal, que solo sucede en las películas, y que nunca pensé que me sucedería a mi.
Miro a Alex. El esta inclinado, para sostenerme, y yo… bueno, yo estoy en una rara posición que no puedo describir.
Alex me mira fijamente y yo lo miro a el. Su muerde el labio inferior, provocando que mire lo apetecible que se ve. ¿Cuanto llevo sin besar a alguien? Mas de un año seguro.

-Los besos no sirven de nada Lena, ¿O es que eres una de esas mujeres tontas que necesitan a un hombre para estar bien?

No, no necesitó a nadie.

-Me alegro. No quiero volver a recordarte que el amor no existe.

No es necesario -le contesto a mi voz razonadora.

-El amor si existe  -interviene  la dulce voz soñadora.

El amor existe. Solo que no es eterno. Ni siempre es bueno.

El pulgar de Alex en mi mentón, interrumpe mi conversación mental. Noto que me mira los labios fijamente, y deduzco sus intenciones, así que reuno fuerzas y me incorporo como puedo. Aunque se que seguramente no me quiso besar, una pequeña parte de mi, la que tiene sueños de amor y esperanzas, desea que si lo hubiera besado
-¿Que te paso en el mentón? -me pregunta y descarto totalmente la idea de que quiso besarme.
-Me caí y tuvieron que coserme la herida -suelto una mentira. Aunque en gran parte es verdad.
-¿Y en la frente? -me pregunta el motivo de mi otra cicatriz.
-Tambien me caí -me mira incredulo- Soy muy torpe, aunque ya no tanto -confieso. Hace tiempo que no me lastimo fuertemente- por eso no quería que me prestaras tu skate favorita -suelto una risita nerviosa.
-Tecnicamente, no es mi favorita, si no que es la que mas uso. No me sorprendería que se rompiera confiesa.
-¿Y cual es tu favorita? -maldigo mi curiosidad.
-Una que esta guardada, tiene la bandera de Inglaterra y las iniciales de mi madre… -noto como las palabras van perdiendo intensidad, hasta que la palabra madre es un susurro casi inaudible.
Odio estar en situaciones como estas. No se que decir, y odio a las personas que dicen cosas como lo lamento o lo siento mucho. Decido hacer lo único que se hacer, que no terminara en una situación incómoda o vergonzosa.

Como lo SoñeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora