Capitulo 5

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Lena
Ansiosa, es poco decir. Mañana empezaré una nueva vida. Daré lo mejor para no cometer los errores del pasado. No se si podre soportar si los hechos se repitiesen.
Ayer, fui al salón de belleza. Quería estar lo mejor posible para mañana. Me hice manicura y pedicura. Me corte el cabello y me depile. Me hice una hidratación. Quede mejor de lo que pensaba.
Y hoy repase como me presentaría. Hice una lista de los detalles que debo omitir de mi vida anterior, y me la memorice. Tal vez sea estupido haber hecho eso, pero pensé que, si sabían lo que me habían hecho y lo que me había pasado, podrían recordarmelo, o lo que es peor, que sientieran lástima por mi. A pesar de todo, lo que mas odio es que sientan lastima de mi; que me miren con pena. Odio eso.
Suspiro. Es mucho que omitir y me duele la cabeza. Me levanto de la cama y voy hasta el baño. Saco el botiquín y busco una pastilla que me ayuden con este dolor. Mierda. No queda ninguna. Gruño y voy hasta la cocina. Paula esta por prepararse la merienda. Me acerco a ella y le paso el café, ya que ella no lo alcanza. Ella es seis años mayor que yo, pero yo soy más alta.
-Gracias -me dice Paula
-De nada. Emm, se acabaron las pastillas, voy hasta la farmacia. -Le medio digo, medio pregunto. Ella es mi tutora.
-Claro, ve. -suena la alarma del micronda. Su leche esta lista- ¿Queres que te prepare algo?
-Un té, por favor.
-Claro.
Salgo del departamento y bajo las escaleras. El edificio tiene ascensor, pero no me gusta usarlo. Aparte, son solo dos pisos que bajar.
Llego a la planta baja y salgo a la calle. El día esta bastante caluroso. Menos mal que me puse un short negro tiro alto rasgado al frente, con un crop-top, blanco. Mis zapatillas negras de verano son muy frescas y cómodas.
Agradezco a mi hermana que me dijo que me peinara. Una trenza espiga de costado hace juego con el conjunto. Me siento bien.
Llego al farmacity y busco lo que necesito. Aparte de las pastillas, me compro toallitas y una manteca de cacao con brillo fuccia. Voy a la caja y pago. No puedo evitar sonrojarme (no se me nota mucho, por mi color de piel) cada vez que compro toallitas femeninas, es tonto, lo se.
Salgo de la farmacia y, con lo torpe que soy, tropiezo con mis cordones y caigo de rodillas. La bolsa se cae y las cosas se desparraman. Mierda, que vergüenza.
Dos de las cosas que compre están cerca mio. Las recojo y busco la tercera cosa. Para mi mala suerte, un chico de mi edad, me sonrie con el brazo estirado, ofreciendome el tercer objeto; las toallitas, lo mas vergonzoso que me ha pasado. Bueno, miento, no es lo mas vergonzoso.
Encima este tío esta buenisimo. Rubio con ojos color miel. Y un cuerpazo para morirse.
Me quedo pasmada mirándolo. Solo a mi me pasa esto. Siento mi cara arder.
-Creo que esto es tuyo. -Me dice. Agh. Su voz es súper linda.
-Gracias -Es lo único que logro decir, antes de quitarle el paquete de la mano, meterlo en la bolsa y empezar a irme.
-Me gusta tu voz -Oigo que me grita mientras me alejo. Lo ignoro, como siempre hago.
Camino a casa pensando. ¿Por que un chico guapo diría que mi voz es linda? Es obvio que solo se fijo en mi acento, que es totalmente diferente.
-Le gustaste. -Me dijo mi yo soñadora, estúpida y fantaseosa.
-Fue amable y ya, ilusa. No te comas el cerebro pensando en el extraño. -Me dijo mi yo racional, sincera y realista.
Trato de hacerle caso a esta ultima, pero mi yo soñadora se encarga de crear amor donde nunca lo hay.
-Eso siempre pasa en las novelas. Luego se reencuentran,se enamoran y son felices.
-Pero nuestra vida no es una novela.
-Pero, podría serlo si nos dejáramos llevar por el amor.
-¿Como en primero de la secundaria? Cuando fuimos...
Unas manos me toman el brazo y me detienen antes de que cruce la calle con el semáforo dando luz verde hacia los vehículos. Me giro y me encuentro con el mismo chico de hace un rato.
-¿Qué haces aquí? -Es lo único que logro decir. Estúpida, me regaño mentalmente. Como es posible que el se encuentre aun sujetandome del brazo. Lo retiro rápidamente y frunzo el seño. ¿Sera posible...
-No te estaba siguiendo. -Me interrumpe, leyendome la mente- Solo que vivo allí -Me indico un edifico cruzando la calle.
-No es eso. Adiós. Gracias por evitar un accidente. -Digo cortante y cruzo rápidamente la calle y camino en dirección de mi nuevo hogar, dejando a tras a e ese extraño lindo.
Decido no decirle nada a Paula sobre los inconvenientes que tuve. Pobre de ella. Tiene muchas responsabilidades.
Llego al edificio y el portero no esta. Mierda, no traje llaves.
-Abreme -le pido a Pau, a través del comunicador. Escucho el ruidito que hace la puerta al destrabarse y entro al edificio. Subo las escaleras y, al llegar a mi piso, me dirijo a mi departamento. Dejo las cosas en la mesa y me siento. Agarro la taza de té que mi hermana me ha preparado y la endulzó a gusto. Tomo la pastilla con un trago de ella.
-Gracias -Digo y mi hermana asiente- Por todo -aclaro. Es la verdad. Ella siempre me ayudo en todo y se lo agradezco de corazón.
-De nada, ¿Lena? -pregunta graciosa ante el nuevo diminutivo de mi nombre.
-Si, a partir de ahora nada de los otros diminutivos. -Digo seria, quiero que me comprenda.
-Eres rara. No entiendo tu obsesión por los nombres y palabras extranjeras -se ríe. Tiene razón. -Se nota que eres adoptada. -Dice bromeando. Hace un año dejo de molestarme que me dijiera adoptada.
-Lo soy.
Tomo mi té acompañado de criollitos y facturas de crema pastelera.
Cuando me termino mi taza, me levanto y la lavo. Luego voy a mi habitación y me acuesto a leer.
Leo y sin darme cuenta, las lágrimas comienzan a descender sobre mi mejilla.
Espero que mañana todo salga bien. No podre soportar sentirme humillada, otra vez.
Después de llorar en silencio, retomo la lectura y sin darme cuenta, me quedo dormida.

***

Me despierto asustada. Me he quedado dormida ayer por la tarde. Solo espero no haberme levantado tarde. Miro mi celular y compruebo la hora. «6:15», bien, tuve suerte. Me levanto y me dirijo a el baño, haciendo el menor ruido posible, para no despertar a mis hermanas. Llego a baño y saco las toallas del estante y entro a la ducha. Me ducho tranquila, asegurarme de que todo mi cuerpo este perfectamente limpio. Hasta use en mi cabello un líquido abrillantador.
Cuando salgo de la ducha, me seco y envuelvo con las toallas. Me acerco al espejo y me aplico base liquida.
Una vez fuera y vestida con un conjunto para estar en casa, desayuno, hasta quedar mas que satisfecha. Y comienzo a prepararme.

Como lo SoñeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora