My Bad Boy. (Calum hood) PAUSADA

Capitulo 38

Manejé a toda velocidad la moto hasta llegar a un antro que conocía muy bien. Estacioné y caminé hacia la entrada en donde se encontraba una larga fila y un gran guardia en la entrada decidiendo a quien meter y a quien no. Caminé hasta él quedando frente a frente.

— ¡Calum! Que alegría verte, hombre.

— Lo mismo digo— dije con ese tono arrogante—

— ¿Qué te trae por aqui?—chocamos puños—

— Ya sabes, lo que todos vienen a hacer aqui—le guiñe un ojo—

— Entiendo, pasa—quito el cordón y se hizo a un lado—

— Gracias, hombre—golpee su hombro con mi puño y pasé por la puerta—

La música se hizo presente y retumbaba en mis oídos, hasta podía sentir como castañeaban mis dientes al son de la música. Caminé hacia la barra, me senté en una de los taburetes de patas largas y le hice una seña al barman.

— ¿Que desea?—dijo el chico, limpiando un vaso con un trapo—

— Quiero tres vasos de whisky.

— Enseguida.

Miré hacia mi alrededor en busca de mi presa, habían mujeres de todos los tamaños y colores, literalmente. Rubias con cuerpos de infarto y morenas de piernas largas. De todo.

— Aqui tiene—dijo el barman poniendo los tres vasos de whisky frente a mí—

— Si, gracias.

Le dejé el dinero sobre la barra y moviendome en mi lugar agarré un vaso de whisky y seguí mirando a mi alrededor, muchas me miraban y ninguna me interesaba, me tomé el todo el vaso de un trago. Seguí mirando, ví a una morena con unos impresionantes ojos, un buen cuerpo y un hermoso cabello, me miró y me sonrió. Le guiñé un ojo. Tomé entre mi mano derecha el segundo vaso de whisky y me lo tomé de un solo trago también, sintiendo como el líquido iba desde mi boca hasta quemar mi garganta, ella le dijo algo a sus amigas y comenzó a caminar hacia mí. Me tomé el tercer y último vaso, dejandolo de un golpe en la barra, ella llegó hasta mí.

— ¿Que hace alguien como tú tan solito por aqui?— me dijo por sobre la música—

— Esperando que alguna chica guapa y sexy se acercara a preguntar— le dije cerca del oído—

— ¿Entonces... creo que es mi día de suerte?

— Eso creo—le guiñe un ojo a lo que ella se modió el labio inferior—

— Soy Savannah—me tendió la mano—

— Y yo tu suerte—tomé su mano y besé sus nudillos suavemente—

_____________'s POV

¿Qué le pasaba a ese imbécil? ¿Quién se creía para jugar así con mis sentimientos? Bien sabe que mi madre falleció hace mucho tiempo, ¿porqué tiene que hacerme recordarla y pensar que me salvó la vida su sangre? Es un idiota, eso es lo que es.

Decidí tomar una ducha, estaba muy estresada. Primero el balazo, luego el hospital por semanas, después mi tía con su manejo de mis amistades y ahora Calum con una broma pesada. ¿Qué es lo que esta pasando para que la vida me trate así? Me puse una pijama y me recosté en la cama, ya era de noche. No sé que hora pero está obscuro afuera.

Traté de dormir pero simplemente no podía, solo revolvía la sábana y movía mis almohadas, mi tía aún no llegaba por lo que podía estar tranquila aunque sea por unos minutos todavía. Cerré los ojos y millones de recuerdos golpearon mi cabeza, desde que conocí a Calum, cuando me consoló por lo de mis padres. Que ahora que lo pienso ¿Qué habrá pasado con mi padre?. Recordé todos los momentos en el hospital, cada que iba a visitarme con una flor diferente cada día. Se marchitaron pero son un lindo recuerdo. Recordé el encuentro con mi madre, ella seguía igual de hermosa como la última vez, sonreí sin darme cuenta hasta que un recuerdo me hizo volver a la realidad...

— Tambien te amo, mi amor— me dió una cálida sonrisa— y dile a Calum que no se asuste.

— ¿Qué?— pregunté confundida, ella dió una ligera risa—

— Ya entenderás.

Abrí mis ojos a tope, ¿será que a eso se refería? ¿que Calum  no se asustara por que ella vino a la tierra por que sabía que yo querría quedarme? No.. ¡No! ¿entonces él me decía la verdad? ¿No era una simple broma cruel? 

Corrí por toda la casa en busca de mi teléfono celular, marqué su número. Sonó una, dos, tres, cuatro, cinco, seis veces... me mandó a buzón.

— No Calum, contesta—susurré—

Volví a marcar. Sonaron otras seis veces y otra vez a buzón, eso de irse para siempre de mi vida ¿era verdad? ¿hablaba enserio? Intentaré llamarlo una vez más.