¡Vendida! 4: Secretos (James Maslow & ____)

Cap:56 "SECRETO"

James me recuesta sobre la cama, mientras me besa los labios, para después bajar a mi debilidad, exacto, el cuello, me besa delicadamente como nunca lo ha hecho, pero en esos besos siento algo más que no logro descifrar. James para de besarme y me mira.

-Te Amo, ¿lo sabias?-Me pregunta y yo asiento con la cabeza.

No me sentía cómoda a punto de hacer el amor con la persona que amo por "ultima vez", cuando al mismo tiempo se que en pocos minutos sucederá algo malo.

-James...-Lo retire.

-¿Que sucede?

-No puedo, no cuando...

-Shh...-Me dijo en forma de que guardará silencio colocándome su dedo índice sobre mis labios. -Por favor, olvidate de ello por lo menos cinco minutos.

¿Olvidarme?, por supuesto que no podría hacerlo.
James sigue con sus besos, mientras sus frías manos acarician mi vientre, por debajo de mi blusa, de la cual me deshago, o mejor dicho James.

-Te Amo, te amo, te amo...-Repetía el una y otra vez.
Intentaba seguir el ritmo de James, pero era difícil, de un momento tenía unas inmensas ganas de llorar, por miedo, y no es que no quiera estar con James, pero sus palabras me intrigaban.

-¿Que sucede?-Pregunta una vez más.

-Nada.

-Dime.

Agacho mi vista, por la intimidad de sus hermosos ojos.

-Es solo que...-Suspire, las palabras no salían de mi boca.

-De acuerdo entiendo-Me miro triste.

-No, James, continua.

-No quiero hacer algo que tu no quieras.

-No es que no quiera solo...

-Tranquila, dije que entendía.

Se quita de encima mio, me pasa mi blusa, y se pone de pie.
Me la coloco, y lo miro esperando a que me diga algo.

-James...-Lo llame.

-Se ha donde quieres ir- Suspiro. -Ven. -Me pongo de pie y miro a Jayden.- Trae lo o deja lo.
Lo tomo en mis brazos, pero con mi mano libre tomo su sillita.
James toma unos papeles y una carpeta de un cajón de su mesita de noche, la cual nunca había visto abrir, ya que tiene llave.
Salimos de la habitación y miro a James.

-¿Quieres que te ayude?-Me pregunta refiriendose a la sillita.

-Yo puedo, gracias.

James asiente con la cabeza.

-Es por acá.

Caminamos hasta el final del pasillo.

-Nunca llegamos hasta aquí.

-Es mi despacho.

-¿Despacho?

-Si, solo que no lo he abierto desde que llegaste a esta casa.

-¿Por que?

-Por que me recordaba a mi padre; pero no vengo a eso.

James saca de su bolsillo izquierdo una llave, la inserta en la puerta y esta se abre.

-Entra.

Lo hago y miro el agradable lugar, lo primero que reconozco es el olor a James, a su colonia varonil; el lugar esta decorado con diferentes cuadros clásicos, sofás de piel, un escritorio de madera color vino, y detrás de el una ventana, la cual no se encontraba abierta, la cubría unas persianas negras.