Maldito Reto

Capítulo 3: ¿Sigues Pensando Que Soy un Idiota?

Capítulo 3: ¿Sigues Pensando Que Soy un Idiota?

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¿Era broma lo que me decía? Mis oídos parecían negarse a la idea de haber oído su "plan" para esta noche.

-¿Estás jugando, cierto?

Hunter sonrió con malicia y negó con la cabeza más serio.
Mi mente jugaba conmigo y tal vez se estaba imaginando cosas que no eran o que estaban fuera de lugar.

-¿Porqué iba a estar bromeando? Hablo en serio Maya.

Rodeé mis ojos. Aveces me parecía un tipo tan extraño.
Asentí mientras pensaba en si lo que me proponía podía considerarla como una opción.

Estaba en media calle con él molestandome, había policías en la casa en donde estaba la fiesta y el estúpido de Hunter dejó aparcado su auto ahí. Prácticamente no tenía otra opción más que aceptar (de nuevo), de lo contrario me quedaría sola y podía ser peligroso.

-Bien-mi tono de voz era tan bajo como mi dignidad.

-¿Que dijiste? -hunter ladea su rostro en un intento por oírme mejor. Obviamente solo lo hacía para burlarse de mi.

-¡Dije que está bien! -respondi gritando- dormiré en tu casa y eso no significa que tenga que dormir contigo, que quede claro.

Hunter comienza a reírse a carcajadas. Lo odio.

-¿Crees que quiero dormir contigo? -sigue riéndose y vuelve a hablarme cuando se recompone- Sigues siendo muy ingenua Maya, a mi no me interesas, creí que lo tenias muy claro.

¡Era un idiota!.

-Vete a la mierda, ¿Si? -pongo los ojos en blanco y comienzo a caminar hacia mi lado derecho dejando a Hunter atrás.

-¡No es por ahí! -grita cuando se que está lejos.

Siento mi corazón pararse de repente y parece que mi orejas comenzarán a arrojar humo. No lo soporto. Es como esos idiotas de las películas, ya saben, la típica película norteamericana de la invisible con el popular y los idiotas y...

-¡Oh por dios!

-¿Qué sucede? -siento a hunter posarse a mi lado al oír mi grito.

-¡Soy la chica de la película! -mi vista se concentra en algún punto del pavimento- ¡Soy la invisible del popular.. Los idiota.. Norteamérica!

Hunter me sacude por los hombros en un intento por hacerme reaccionar. Lo miro a los ojos, tiene el ceño fruncido. ¿Como no pude haberlo imaginado antes?

-¿Qué sucede contigo, fea? -pregunta alejándose de mi cuando nota que me está tomando los hombros.

-¿Tienes que recordarme el asco que te doy cada vez que puedes?

-Algo así-sonríe.

-¡Dios, es tan cliché! -levanto las manos agitandolas cual pulpo.

-¿Cliché?

El rostro de Hunter comienza a cambiar de colores consecutivamente. Primero azul y luego rojo.

Agrando los ojos y me dispongo a ver a la patrulla que se acerca a nosotros con las luces encendidas.

-¿Qué es lo que están haciendo aquí? -pregunta el conductor alumbrandonos con una lámpara.

Cubro mis ojos al instante en que la luz los ilumina. Hunter me mira y me atrae hacia él con seguridad sin darme tiempo de replicar.