Capítulo 10: La Cena

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*En galería una foto de Phil*

Capítulo 10: La cena

Hoy era el tan esperado jueves por mi padre y por mi.

El día anterior, cuando Rosie se fue, decidí contarle a mi padre sobre la cena de ingresados a la Universidad Davenport.

Su gesto fue ponerse a gritar de emoción. El no tenía la menor idea de que había ingresado a la universidad de filadelfia, justo la que habíamos soñado toda la vida.

Unas lágrimas escaparon de sus ojos después de decirme y repetirme lo orgulloso que  estaba de mi. Tan sólo saber que lo había logrado y que eso ponía a mi padre feliz, me hacía sentir la hija más estúpidamente satisfecha del mundo.
Había cumplido nuestra meta y se que a mamá le hubiera gustado verme hacerlo.

Me vi en el espejo por cuarta vez.

Me veía realmente elegante y formal. Mi vestido no mostraba demasiado pero tampoco era como el de una recatada.

—¡así te ves fabulosa! —me aduló Nina sonriendo.

El día de hoy se le había caído el cabello de la parte de atrás, todo.
Me sentía mal por ella y quería acompañarla pero no podía perderme la cena y se que ella no me dejaría quedarme.
Sus ojeras cada vez estaban más marcadas y sus cejas se hacían menos pobladas.

Lucía enferma y sabia que eso la desanimaba. No seguía siendo la misma Nina.

—Garret terminó conmigo hoy.

Me giré con los ojos bien abiertos.
Mi mejor amiga sonrió desanimada.

—Como lo sie..

—Por favor no me digas que lo sientes, ya estoy cansada de esa frase. Últimamente es la que más escucho— me cortó.

Sonreí y me senté a un costado de la cama, junto a ella.

—Pues es un idiota. Debería de amarte a ti, es una lastima que solo le interese lo vanal.

—Eres la mejor amiga que podría tener, Maya, de verdad.

La abracé.

—Tu también, Nina.

Una lágrima escurrió de mis ojos cuando nos separamos.
Nina me miró con desaprobación mientras limpiaba las suyas.

—Déja de llorar, contigo no han terminado y necesitas ir maquillada a tu cena.

Asenti tratando de sonreír.

—Eres como mi hermana, ¿Sabes?

—Claro que lo sé, Maya. Pero por favor, dejemos los sentimientos para después. Luces despampanante, seguro algunos ingresados querrán saber más sobre la chica del vestido azul.

Sonrió pícara.

—No creo que pregunten por mi.

—Les gusta lo difícil, más cuando de verdad les gustas.

—¿Cómo sabes todo eso? —pregunté.

—He estado con muchos chicos, los he besado, he tirado con ellos y hasta he conocido a sus familias. Prácticamente, no se me dificulta pensar como uno.

—Tienes razón. Todavía te agradezco que me hubieras llevado a aquella fiesta donde estaba Colton.

—Oye, no me agradezcas. No fue nada, de verdad, Garret estaba muy bien dotado— dijo levantando el pulgar.

—¡Eres una zorra!

—Y me encanta— sonrió.

Ambas bajamos a la sala donde estaba mi padre.

Maldito RetoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora