—Maritza! Despierta ya!—escuche a duras penas la voz de mi madre mientras daba fuertes golpes a la puerta.
—Que!?
—Despierta niña tonta, ya es tarde—.
Escuche sus pasos duros alejarse de la puerta, mire de reojo el reloj, eran las 7 de la mañana.
—Oh! Por dios! Llegaré tarde— pensé.
Me levante rápidamente de la cama mientras pateaba las sábanas, me sentí algo mojada— joder, que no sea mi maldita menstruación—susurré.
Me desvestí rápidamente y no, no estaba menstruando, entonces por que estaba tan mojada? En eso recordé el día anterior.
—Mierda! Tuve sexo con Raúl?—dije sumamente asustada—Pero, soy virgen, creo que fue un puto sueño, maldita sea! Soñé que Raúl me cogía—esto era fatal.
Salí de la ducha, me sequé rápidamente y me cambié, me puse mis jeans azules ajustados y una polera blanca sin nada abajo, odio usar sujetador, y no tengo los senos tan grandes así que daba igual.
Baje las escaleras rápidamente.
—Buenos días madre.
—Ya es tarde niña, a que hora pensabas despertar?
—Lo siento, me quede dormida.
—Ten dinero, ya no hay tiempo para que desayunes acá, desayunarás en la escuela—me decía mientras rebuscaba en su cartera dinero.
Extendí la mano para recibir la plata y guardarla en mi mochila.
—Adiós!
—No estaré para cuando regreses, te preparas algo para el almuerzo.
Asentí y cerré la puerta, corrí en dirección al colegio, de mi casa a la escuela era cerca así que sólo corrí, sentía mis senos subir y bajar, me dolía—Mierda, debí ponerme el sujetador—pensé, pero ya era tarde para ello, llegué, el timbre aún no sonaba, no era tan tarde.
Me dirigí a mi casillero, saqué mi libro de aritmética, y me dirigí al aula lentamente, justo cuando estaba a punto de entrar, el timbre sonó, Raúl estaba ahí sentado en el mismo lugar de ayer—Si supiera que soñé con el y su amiguito—sonreí para mi misma.
Me senté, Melania aún no llegaba—Por favor no me dejes sola hoy día también—pensé mientras su cara aparecía pasando la puerta, mi rostro se torno alegre.
—Menos mal llegaste, si no lo hacías te mataba—dije mientras la abrazaba.
—Si Mary, llegué—con una sonrisa—Llegaste a ir a la casa de Raúl ayer?
—Sin ti?, tu estas loca? Claro que no!
—Y te ha dicho algo ahora?
—No, yo también recién acabó de llegar.
—Hablaremos en el receso.
Asentí mientras colocaba mi libro de Aritmética y buscaba la página que el profesor asignó.
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—Supuse que Maritza no iría a mi casa si tu no estabas.
—Yo no pude ir, debía cuidar a mi hermana.
—Lo se, no te preocupes, entonces, cuando hacemos el trabajo.
—Yo opino que sea en la casa de Mary hoy en la tarde.
—Bueno, mi madre no estará así que esta bien—respondí.
—Perfecto, te llevo pizza si puedo—dijo Raúl mientras se levantan lentamente del asiento y me guiñaba el ojo, era tan irritable, pero así me gustaba un poco, sólo un poco.
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Llegué a mi casa, muerta de sed, corrí a la cocina y tomé como 3 vasos de agua sin parar, mi perrito me saludó, era gracioso como movía su cola, ya que la fuerza en que lo hacía le obligaba a mover todo su cuerpo, parecía que tenía epilepsia, se movía por todos lados.
—Eres una dulzura!—exclamé mientras lo sostenía en mis brazos y el trataba de lamer mi rostro.
Me fui a mi cuarto, me quité la polera y me coloqué un maldito sujetador, luego me volví a colocar la polera, me dirijo al baño a lavarme la cara, baje nuevamente las escaleras y me daba flojera prepararme algo—Voy a esperar que Raúl venga con la pizza—le dije a mi perro mientras este me miraba con la orejas levantadas tratando de averiguar que es lo que quería decir, sólo Sonreí.
—Son la 3:26, llegaran a las 4 hasta entonces veré televisión.
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Editado.