Melania seguía bailando encima del mueble, como si esto fuera una fiesta, una fiesta de tres, yo soy algo tolerantes con el alcohol y no me llega tan rápido al cerebro.
Yo no podía parar de reír al verla ahí, bailando y cantando una canción casi o bueno totalmente ininteligible, parecía que sólo tarareaba, pero no, ella estaba cantando.
Raúl estaba en el baño.
—Maritza!—gritó desde adentro.
Me acerque lentamente, aunque sentía que el suelo se movía un poco más de lo adecuado al momento de caminar, pero aún no estaba actuando como Any, eso creo.
—¿Que paso?—pregunté mientras el abría la puerta del baño.
Me jaló del brazo hacia el interior con mucha fuerza quedando frente a mi con un brazo en la pared y el otro cogiendo mi cintura, lo tenía muy cerca para poder aguantarlo.
Para decir verdad Raúl me ha gustado desde que lo vi por primera ves en la escuela, pero lo que sucedió en aquella fiesta, me hizo saber que era un completo idiota, y aunque me atrae aún, la decepción sigue ahí...
—Mary, Mary, Mary, que voy a hacer con lo que siento por ti?—susurraba cerca de mi, ordenando mi cabello detrás de mi oreja.
—No... No se a que.. Te estas refariendo... Refiriendo—de verdad odio tartamudear.
—Me gustas Mary, a eso me refiero—me cogió de los hombros con ambas manos.
—Si claro—hable corrido, cuando me enojo habló así—Si eso fuera cierto no hubieras inventado lo de esa noche en aquella fiesta, le mentiste a todos! Me calumniaste! Eres un mal...—y antes de que pudiera terminar mi última palabra colocó su mano sobre mi boca.
—Yo no invente nada—me miró a los ojos y casi pude sentir que era cierto—Carolina nos vio, se acercó a mi y me preguntó que pasaba, le respondí que me estabas acosando—fruncí el ceño—Lo dije en son de broma joder!, jamás pensé que se lo diría a todo el mundo!
—¿No conoces a Carolina?—dije aceptando que le creía—No me digas que eres más idiota de lo que pensé—cruce de brazos.
—Si, lo acepto—dijo con la voz ya más baja y con la cabeza gacha—pero cuando quise aclararlo contigo, tu ya ni me querías hablar—alzó la cabeza con una mirada que decía "básicamente la culpa es tuya" , o al menos eso interpreté.
—No es mi culpa—aclaré—Estaba triste y enojada—casi sentí que mis ojos se humedecían y se que el se dio cuenta de ello.
—Olvidemos eso si?—me agarró del mentón obligando a verlo a los ojos, puso cara de gatito.
-Si.
Me abrazo fuerte, sentí calor y protección, lo sentí a el.
—Me gustas mucho Mary—.
Me quede quieta, no sabía que responderle, sólo atiné a mover la cabeza en señal de afirmación. Que ridícula!
—Vaya... Vayamos a... Afuera—tartamudié—No quiero que Melania haga más destrozos.
El sólo sonrió, si, con esa sonrisa que me da cada ves más ganas de matarlo.
Cuando salimos no sentimos la bulla que Melania estaba haciendo minutos antes.
—Bu!—gritó saliendo de un salto de detrás de la pared y empezó a reír como desquiciada.
Raúl y yo dimos un salto.
—Pero que susto Any!—gritó el mientras que me alejaba de su cuerpo, si, por el miedo lo abrace, fue un impulso.
Yo no sabía que decir así que frunci el ceño y le tire un lapo en la frente que por cierto era grande y se notaba más con la cola de caballo que traía puesta.
-Oish!- se quejó dándose un golpe con la pared en cuanto quiso comenzar a caminar, en verdad estaba muy mareada.
—Bueno, ya me voy, tengo que pizzas que repartir—cogiendo su casaca—además tengo que llegar rápido ya que me pueden tirar la puerta en la cara como cierta persona que no quiero decir su nombre—no pude contener el calor en mis mejillas, el sólo sonrió.
—Me despides de Any, si logra ponerse algo cuerda—dijo y en seguida se acercó a darme un beso en la mejilla, yo le correspondí y sólo asentí cerrando la puerta y colocando mi cabeza sobre ella.
Sentí como mis cachetes estaban duros, los toque y pude sentir con la manos la gran sonrisa que traía en mi cara, baje la cabeza.
—Ya deja de bailar Melania—dije queriendo sonar enojada, pero sin querer solté una carcajada.
—Estas feliz eh?—dijo agitando la botella que aún traía en manos—Yo sabía que Raúl y tu iban a estar juntos en cualquier momento, pero en el baño? Ustedes son unos pervertidos.
Sonreí, me acerque a ella y le quite la botella colocándola en el suelo, puse su brazo sobre mi hombro para ayudarla a subir las escaleras ya que no dejaría que se valla a casa así, mañana era sábado, así que no había problema, eso creo...
***
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