Capitulo 17

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Nunca se me vino a la mente que tendría mi segunda vez en un mismo día y lo peor, jamas pensé que lo haría con un baboso exhibicionista que le gusta hacerlo con la ventana abierta, sonrío ante eso. Es loco en verdad.

Esta vez no me dolió 'tanto' que digamos, es decir, me ardía un poco y al subir las escaleras me sentía rara para caminar, es raro.

Me di un baño y me di con la no grata sorpresa que mi ropa estaba detrás de la puerta, mi sueño no era que Raúl me viera desnuda, es irónico ya que lo había hecho minutos antes, pero aun así, me da vergüenza.

—Oye!, ¿estás ahí?—pregunté atenta a la respuesta.

—Si, aquí estoy, ¿pasa algo?

—Si... Eh... Pasa que mi ropa esta ahí—mordí mi labio.

—Si, aquí esta.

—¿Me la puedes pasar?

—No—dejé caer mis brazos.

—¿Es enserio?—levanté un poco mi voz con deje de quisquillo.

—Ajam.

—Eres un espeso! No saldré!

—No salgas—pude escuchar su risa en un tono apagado.

—Por favor.

—Vale, abre la puerta.

—Claro que no!

—Y como supones tu que te entregaré tu ropa.

—Bien, pasa—abrí la puerta con desgano, sus ojos subieron de abajo arriba, recorriendo mi cuerpo, había toalla, pero no uso otra que no sea la mía—Hey!

—Perdón, eres hermosa—sonrió y me sonrrojé.

Le saqué la lengua y cerré la puerta con rapidez.

Ya cambiada, salí del baño y ahí estaba, viendo televisión con el torso desnudo.

—¿Raúl?—asintió sin despegar la vista de la maquina esa—Raúl, tengo que ir a mi casa, no he ido desde ayer, mi mama me matará.

—Mierda! Lo olvidé!—se levantó de prisa y empezó a buscar su polo.

—Pero si vamos y le explicas que estuvimos juntos, no dirá nada, ella tal perece que te tiene cariño ¿no?

—¿Qué me tiene cariño? Tal vez con algunas palabras comprenda al final, pero mi niña, no se si estarás enterada pero tu padre llega hoy—dijo simulando tranquilidad, pero era sarcasmo.

Hoy!! Dijo hoy!!

Es la primera vez que puedo sentir dos emociones fuertes en un mismo momento: miedo y felicidad.

El miedo de qué es lo que pueda decir, oh! No! Voy poco tiempo con él y mi papá lo matará!

—¡¿En serio?!—exclamé—y ¿tu cómo sabes?—arrugue mi frente y lo señale con el dedo.

—Tu madre se lo dijo a la mía la penúltima vez que fue a verla.

—Oh...

—Hey! Vámonos! Amo mi vida!—lo miré con confusión y luego entendí, una sonrisa malévola se formo en mi rostro, puede que sea divertido no?

Bajamos las escaleras de prisa, yo pedía en mi mente que la tierra me tragara, las piernas me dolían y mi vulva me ardía demasiado. Horrible!

Ya abajo me dirigí al auto y recordé—Oye, no recargamos la gasolina del carro.

SEXO DURODonde viven las historias. Descúbrelo ahora