Con la llegada de mi padre fuimos a comer pizza en familia, ya extrañaba estas cosas y se que mamá también, aunque la mayor parte del tiempo y si que fue la mayor parte del tiempo, mi madre y mi padre no paraban de discutir de un sin sentido de cosas, yo solo reía, siempre tuve el presentimiento de que mientras mas discutían, mas se amaban.
Fuimos al cine, me sentía una niña pequeña, pero todo acabo con la llegada del día siguiente, osea, hoy, puaj.
Colegio, es que acaso existe un lugar peor, lo único bueno podría ser Raúl, pero si, lo se, sueno muy tonta.
El día igual que el anterior y todo similar a todo.
—Cuentame que sentiste, ay! Siento como si me hubieran desvirgado a mi—si, esa era la enferma de mi amiga Melania, gracias a Dios y Beatriz no estaba cerca, no me gustaría hablar de estas cosas con ella, aun no le tengo tanta confianza como para cosas así, además que la vi llegando con Carolina y luego entró de prisa al baño, Melania dice que eso no es coincidencia y yo, pues yo estoy bloqueada por el dolor en mi entrepierna.
—Arde—gemi con dolor.
—Lo se—respondió cerrando su casillero—A mi me pasó igual, con la diferencia de que yo ya iba poco mas de dos semanas con el—levantó sus cejas y me miró con picardía—Mi Mary se las sabe todas.
—Que hablas boba—la empuje despacio con mi hombro—Pasó y ya, yo no pedí que pasará, en ese momento como que mis hormonas estaban a flor de piel y no las pude detener—continué.
—Uy! Si! Hechale la culpa a las hormonas!
Mi amiga era tan estresante, obvio que era culpa de las hormonas!
—Basta mujer!
—Hey! Chicas!—Beatriz se acerca de prisa hacia nosotras—¿Cómo están? ¿Qué hay de nuevo?
—A Mary la desvirgaron, nada del otro mundo—Soltó Melania como si el tema fuera de un lápiz roto y ya, Beatriz abrió tan grande los ojos mirándome directamente y yo sentía fuego en mis mejillas, apuesto a que me veía como un tomate.
—¿Es eso cierto Mary?—puso el mismo tono interrogativo hasta en mi nombre alargando esta ultima con premura.
—No, digo si, Me... Melania es poco reservada—la fulmino con la mirada y trato de sonreír a Beatriz.
—No tienes por qué avergonzarte, todas pasamos por eso, solo espero que haya sido perfecto—pude notar como hizo contacto visual con Anny y ambas sonrieron pícaramente.
Rodé los ojos—Par de locas, y si, fue...—hice una pausa para buscar la palabra en mi escaso diccionario dentro de mi cerebro con la mirada al techo—... Fue, no lo se, único, perfecto, fue hermoso compartir esta experiencia con el—si, mi diccionario aquí arriba es muy escaso, baje la vista y me encontré con dos caras casi similares con el gesto que hacían ahora, parecía dos gatos chiquitos y hasta la posición de sus manos daba la impresión de dos gatitos.
Solté una pequeña risa—Ya! No se burlen—trate de poner mi cara de enojo.
—No nos burlamos—se adelanto Betty—En verdad nos parece bello, Raúl y tu son uno para el otro, merecen estar juntos y que mejor que dando este siguiente paso—sonrió y le devolví la sonrisa, es bueno poder recuperar esa amistad perdida, la extrañaba mucho y ahora estaba conmigo.